
Juan Felix Marteau es especialista en criminalidad financiera, fue dos veces coordinador nacional para el combate de la financiación del terrorismo y tiene profundo conocimiento sobre la problemática del terrorismo. Desde hace 20 años promueve espacios de debate y especialización relacionados a esta materia en Argentina, con el objetivo de perfeccionar marcos legales que acompañen las decisiones geopolíticas del Poder Ejecutivo.
DEF conversó con él acerca de la actual postura de la Cancillería Argentina respecto a la guerra entre Hamas e Israel, los aliados del grupo político y militar, y las medidas que están al alcance para combatir al terrorismo desde Sudamérica.
-El jueves se cumplieron dos meses del atentado terrorista de Hamas y en este lapso de tiempo tuvimos comunicados de Cancillería que hablaban de actos de terrorismo pero que no apuntaban a Hamas como una agrupación terrorista. ¿Por qué crees que esa definición de la Cancillería todavía no sucedió?
-La respuesta es que la Cancillería ha mostrado una enorme ambivalencia con relación a cuál debe ser el posicionamiento estratégico de la Argentina en la actualidad. Con la justificación de que el país tiene que ser socio de todo el mundo, en una cosmovisión amplia acerca de las relaciones internacionales, y no tener enemigos innecesarios, la Cancillería adoptó esta posición que lleva a algún tipo de condena con relación al ataque, pero no a una determinación completa sobre la enemistad que implica Hamas como organización terrorista. No solo para la comunidad global, sino para la Argentina en particular, habida cuenta de que hubo muchos rehenes y víctimas argentinas.
-¿Creés que están dados los elementos para que Hamas sea considerada como agrupación terrorista? ¿Qué implicancias y consecuencias tendría propiamente esa determinación?
-La determinación de Hamas como una organización terrorista es una potestad de los estados nacionales, que tienen una obligación internacional para designar a las amenazas que consideren oportunas con relación a la paz y la seguridad nacional e internacional. Por lo tanto, creo que definitivamente frente a los acontecimientos actuales debería ser designada como una organización terrorista, al igual que sus líderes.
Esto trae aparejado la designación de lo que se llaman sanciones financieras selectivas, que implican que a todo aquel que intente comerciar, intercambiar bienes o dar soporte material a este tipo de organizaciones, también le caben una serie de sanciones de orden económico. La designación tiene por consecuencia producir un menoscabo en la logística operativa de la organización terrorista designada, de modo tal que, por lo pronto, implique un debilitamiento.
Por supuesto que desde el punto de vista de la política real uno podría decir que lo que haga nuestro país no implica de alguna manera un menoscabo directo a Hamas, pero lo que pasa es que si la Argentina lidera una posición regional, puede producir una escalada, un reposicionamiento de toda la región en este sentido. Entonces, todos aquellos actores individuales o compañías que de alguna manera financian a Hamas, pueden verse debilitadas en esa tarea.
Para mí es importante que la Argentina se expida, no solo porque ya sucedieron cosas muy graves en el país, hubo dos ataques de organizaciones terroristas como Hezbollah, sino que además nuestra colectividad judía es muy importante, tiene un peso específico en la identidad argentina y, por lo tanto, hay fundamentos para que se tome este tipo de definiciones.

-¿Para Argentina, Hezbollah es una agrupación terrorista? ¿Hay otros grupos en la consideración de Cancillería?
-Lo primero que hay que señalar es que la Argentina tiene un sistema de designación muy endeble, una estructura y un marco jurídico muy precario, porque hay un estándar internacional que obliga a los países a tener la capacidad de designar terroristas y la Argentina ha cumplido formalmente de modo muy débil esa obligación. Ha habido esfuerzos anteriores para designar a Hezbollah, eso se hizo hace unos años. Se ha incorporado un registro de terroristas que fue creado en el ámbito del Ministerio de Justicia, por orden judicial, involucrando básicamente a algunos líderes de Hezbollah y a algunas personas que operaron bienes más recientemente, esto anterior con relación a AMIA.
Últimamente, con respecto a un caso en la triple frontera, donde había actores que eventualmente estarían vinculados con Hezbollah, todos ellos fueron incorporados al registro. Tenemos esa designación de Hezbollah con cero consecuencia económica, porque en verdad no se obtuvo ningún resultado en ese sentido. Además de Hezbollah no hay ninguna otra agrupación terrorista designada por Cancillería como tal.
Dentro del mecanismo de designación nacional existe la obligación de incorporar a todos los agrupamientos, o a todas las personas que han sido designadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tiene una resolución muy importante, que es la 1267 del año 1999, a partir de la cual se designaron a los talibanes, a Osama Bin Laden, a al Qaeda, posteriormente a ISIS. También existe una resolución que se dictó apenas ocurrido el ataque a las Torres Gemelas, la resolución 1373 del 2001, que obliga y refuerza la tarea de designación.
La Argentina tiene un mecanismo de recepción de las listas de Naciones Unidas, por lo tanto el país y todos los bancos sujetos obligados en materia de lavado de dinero y financiación del terrorismo tienen que incorporar esas listas. Y te traigo a colación, solamente como ejemplo, que esas listas de Naciones Unidas más eventuales y otras listas que han producido otros países tuvieron repercusión cuando sucedió lo del avión iraní venezolano. En ese entonces, fueron a cargar nafta y cuando el operador iba a hacer la factura, le saltó una alerta que el cliente estaba en una lista de los Estados Unidos. Eso impidió que el avión despegara. Es un ejemplo muy concreto de una sanción financiera selectiva.
Este es el esquema: Hezbollah tiene una designación más particular y después está incorporada la lista de organizaciones y personas terroristas del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
-Más allá de la determinación de que sean agrupaciones terroristas, reconocerlos como tales y enfrentarlos, ¿es una cuestión más moral que de efecto concreto?
-Mirá, no lo veo así. ¿Por qué? Porque vos tenés el epicentro de la actuación de Hamas, por supuesto, en la zona de Gaza enfrentado al Estado de Israel. O sea, la zona de incumbencia es Medio Oriente. Eso parece muy lejano. Ahora bien, lo que sabemos muy claramente es que las organizaciones terroristas que operan en la región se nutren de fondos globales.
Entonces lo que ha surgido ahora con mucha evidencia es que Hamas, a quien se consideraba eventualmente una organización terrorista con poco poder de fuego, tiene detrás una enorme cantidad de dinero y de sponsors aportando no solo armamento, sino también una serie de mecanismos que le permiten jugar tan fuerte como han jugado en su aventura del terror.
Por eso no es solo una cuestión moral cuando ves que se puede construir una malla, una cadena más larga, que permita ver que, eventualmente, las comunidades más radicalizadas o más afines a estas organizaciones terroristas, también pueden estar en la región. Todas forman parte o se ubican en estados que han decidido considerar a Hamas nada más ni nada menos que enemigos de la república. Entonces en ese sentido creo que hay que buscarlo por ahí, alcanzar la visibilidad regional y una sanción financiera selectiva en conjunto.
-Justo mencionaste a los sponsors y siempre se presume que Irán es el actor que está detrás de este tipo de organizaciones. Estados Unidos tiene la lista de patrocinadores del terrorismo y en esa lista están Corea del Norte, Cuba, Siria y también Irán. ¿Argentina podría ir hacia ese tipo de determinaciones, hacer una lista concreta y sancionar no solo a las agrupaciones sino también a los países?
-Es una posición clara que la Argentina necesita. Argentina no es un país marginal, forma parte del G20, integra mal o bien la economía global con aportes sustantivos en materia alimentaria, es un lugar geopolíticamente estratégico. Forma parte de la toma de posición de un gran país. Tocar estos temas vinculados al terrorismo, a la amenaza a la paz y a la seguridad internacional, forma parte de la espalda de un gran país.
Muchas veces sucede que la acción de un país produce un efecto dominó en otros, entonces la Argentina tiene mucho para dar y mucho para contribuir en la región en esta materia. Pienso que la Argentina debe orientar bien su política exterior porque, por supuesto, la política exterior es un mero reflejo de lo que es la política interna.
Necesitamos tener también claridad sobre qué es una amenaza para la seguridad y la paz nacional, es decir, quiénes son los actores que nos están haciendo daño o que eventualmente nos pueden hacer daño, porque esta es una posición preventiva también. Eso es lo que la Argentina tiene que resolver rápidamente, en el nuevo concierto de un gobierno y de una nueva etapa.

-En relación a esta lista de patrocinadores o a las propias sanciones a Hamas como agrupación terrorista, si se da el caso, ¿hay mecanismos legales a desarrollar? ¿Argentina ya está dispuesta o amparada para accionar inmediatamente?
-Como todo en la fórmula de una decisión planificada, lo más importante es la decisión. Por lo tanto, sería muy interesante que Argentina desarrolle un marco legal y un dispositivo institucional adecuado para que esto sea hecho con la mayor legitimidad posible y que ningún juez pueda decir: “hubo abusos en la designación de una persona, de una entidad o de una corporación que financia el terrorismo”.
La decisión tiene que estar bien planificada y, por supuesto, la fórmula legal está a disposición para ser aplicada si el gobierno decidiera tomar los proyectos que están en danza o que se pueden sumar, producto de muchas organizaciones de la sociedad civil que pueden aportar por su especialidad en esta materia.
Pero volviendo al principio, aún sin tener este mecanismo, creo que va de suyo que el próximo gobierno directamente dicte un decreto de necesidad y urgencia diciendo que condena a Hamas, la designe como una organización terrorista y la someta a todo el sistema de sanciones selectivas financieras que corresponden. Además debe llamar a todos los países de la región a hacer lo mismo, en el contexto de una cooperación internacional.
Después de eso se construirá el dispositivo adecuado. Pero es muy importante tomar decisiones en esto.
-En relación a lo que sucede en nuestra región, ¿contemplamos a las agrupaciones guerrilleras y su área de acción cercana como terroristas?
-No, eso no sucede. Generalmente, uno distingue entre el actor terrorista concreto que realiza el acto de terrorismo, pero lo que ha quedado en evidencia desde el 2001 a la fecha es que hay una actividad que se llama financiación del terrorismo, que es muy significativa.
Entonces, a veces no tenés la organización terrorista cerca y tenés financistas que están haciendo el fundraising para la organización terrorista y eso implica asociarse con el narcotráfico, con bandas criminales importantes, con el contrabando, con el robo, con extorsiones. Entonces, a esos actores hay que mirarlos de una forma muy estratégica porque no son los tipos que están con el fusil en la mano o con la cara tapada. Eso requiere una sofisticación del Estado: servicios de inteligencia que funcionen, dispositivos de las fuerzas de seguridad ajustadas a entender los movimientos de determinados actores en cierto momento. Eso es una inversión que hay que hacer en la modernización del Estado argentino.
-¿Cuáles creés que son los pasos a seguir para empezar a tomar ese tipo de determinaciones y cuáles son los puntos criticables a lo largo de este tiempo?
-Con relación al conflicto tan grave que se ha producido, con consecuencias todavía difíciles de precisar a través del ataque de Hamas al territorio israelí, creo que el gobierno argentino que asume con el nuevo oxígeno, sin el lastre de tantas ideologías que persiguieron a la anterior gestión que nunca pudo explicar bien cuál era el posicionamiento en este sentido, debe tomar una posición contra Hamas, designarla como terrorista y provocar todas las sanciones en este sentido.
Asimismo, hay un gran trabajo por hacer en materia de contraterrorismo en la Argentina en general mirando lo que está pasando en el mundo actual, donde la planificación y el ataque ya no requiere de una organización enormemente montada en tu territorio. Son actores individuales, agrupamientos más chicos que están siendo soportados para producir terror. Esto es lo que está a la orden del día.

Entonces, muy rápidamente, las tareas son tener una legislación antiterrorista adecuada. En segundo lugar, hay que fortalecer los servicios de inteligencia en esta materia, creando un cuerpo especializado que detecte este tipo de amenazas, y por supuesto las fuerzas de seguridad son importantísimas en este sentido. Esa es la tarea, es vasta pero muy concentrada. Deberíamos apoyar al gobierno si va en esta dirección.
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