
Julio Cortázar, creador de universos literarios fascinantes, dejó una huella indeleble en la cultura y la literatura contemporánea. Sus obras, que van desde los relatos en Final del juego hasta la innovadora estructura de la novela Rayuela, transportan hacia mundos donde la lógica se desafía y la imaginación no tiene límites. Cortázar no solo creó historias, sino que construyó laberintos de palabras que invitan a los lectores a explorar nuevas realidades, jugando con el tiempo, el espacio y las emociones. Su capacidad para fusionar lo cotidiano con lo extraordinario ha inspirado a generaciones, convirtiéndolo en un referente indiscutible en la narrativa en español y un ícono de la literatura argentina para el mundo.
Ahora, Cortázar es protagonista de una exposición única en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires. La muestra, titulada Comienzo del juego, reúne por primera vez en el país una colección de objetos personales del escritor, incluyendo fotografías de su infancia, primeras ediciones de sus obras, cartas y audios con su voz. La exhibición, que se enmarca en el “Año Cortázar” -una iniciativa del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires para conmemorar los 110 años de su nacimiento y los 40 años de su fallecimiento- ocupa una extensión de 1500 metros cuadrados y está alojada en el área bautizada como Cronopios, J y C, inaugurada en 1994 en su honor.

La exposición se puede visitar hasta marzo de 2025 y ofrece al público la oportunidad de interactuar con obras de arte e instalaciones sonoras, explorando la vida y obra de Cortázar de manera accesible para todas las edades. Las salas del Recoleta están diseñadas para conectar a los visitantes con escenas de relatos emblemáticos como “Casa tomada” y “Continuidad de los parques”. Según los curadores Maximiliano Tomas, Pablo Gianera y Rodrigo Alonso, la biografía del escritor se divide en dos etapas: desde su infancia hasta su viaje a Francia en 1951, y desde su consagración hasta su muerte en 1984.
Al ingresar, se puede visitar la sala J se enfoca en los años de su infancia en Banfield y su juventud, una etapa en la que se dedicó a la docencia, escribió sus primeros textos, empezó a publicar y cultivó una intensa y variada pasión por la lectura. Allí uno se encuentra con los álbumes de fotos originales de su familia, sus primeros acercamientos a la lectura, con ejemplares extraídos de su biblioteca, así como sus primeras publicaciones firmadas como Julio Denis. También se puede ver el ejemplar de Anales de Buenos Aires” donde Borges publicó por primera vez el “Casa tomada”.

Por otro lado, la sala C evoca su vida en París, a donde arribó en 1951 a los 37 años y donde se consolidó como escritor. Entre los objetos exhibidos se encuentran un sombrero negro con orejeras, una pipa con la boquilla desgastada, una tabaquera, un cenicero con forma de zapato, y una radio portátil que parece un libro con brazos. Estos objetos, que nunca antes se habían mostrado en Argentina, provienen del Museo del Escritor en Madrid, fundado por los coleccionistas argentinos Raúl Manrique Girón y Claudio Pérez Miguez. Muchos de estos artículos fueron donados por Aurora Bernárdez, esposa de Cortázar y albacea de su obra hasta su muerte en 2014.
La exposición también incluye fotografías del álbum familiar de Cortázar, cartas manuscritas y mecanografiadas, y cintas grabadas con mensajes y poemas. Una de las piezas más destacadas es la primera edición de Último round, un libro interactivo que permite al lector componer la página a su gusto, considerado un antecedente de las “ventanas” de Internet. Además, se exhibe un diccionario de inglés que Cortázar utilizaba para sus traducciones, junto a un libro de cuentos de Edgar Allan Poe que él mismo tradujo.

Pablo Gianera y Maximiliano Tomas supervisaron los contenidos de las salas J y C, donde se segmenta la vida de Cortázar en dos periodos principales: antes y después de su viaje a Francia en 1951. Según ambos curadores, ese viaje se convirtió en un hito en la vida del escritor. Por esa razón, decidieron que sería el punto final y el comienzo de las dos salas donde se destaca hechos bibliográficos del protagonista. Además, incluye la proyección de dos cortometrajes del cineasta Eduardo Montes-Bradley, con imágenes capturadas por el propio autor en sus viajes por India. Al tratarse de la muestra de un escritor, no pueden faltar fragmentos de sus cuentos más conocidos, ya que la idea principal de la misma es atraer a los fanáticos, pero también a aquellos que se encuentran por primera vez con su obra.
Rodrigo Alonso, uno de los curadores, diseñó un pasaje de 90 metros que conecta los espacios denominados salas J y C. Este pasaje “está profundamente ligado a la literatura de Cortázar”, involucrando al visitante en experiencias inspiradas en los títulos de sus obras. Aquí el curador hizo volar su imaginación y conectar el mundo de Cortázar con las obras de reconocidos artistas.

“Se nos ocurrió hacer una estructura en la cual justamente se va pasando de un espacio a otro a través de una serie de pasadizos y al mismo tiempo le damos la oportunidad al espectador que elija su propio recorrido como quiera hacerlo, son espacios independientes que están conectados por un túnel y que se pueden visitar de cualquier manera. En cada uno de estos espacios hay una pequeña muestra de artistas visuales que remite al imaginario de Cortázar”, remarcó Alonso. Además, detalló cómo Cortázar utilizó múltiples “dispositivos literarios” en su carrera: cuentos, novelas, poemas y más. Estos relatos crean “atmósferas fantásticas” que desafían la percepción cotidiana de la realidad.
Este trabajo se puede observar en la sala Cronopios, donde los visitantes encontrarán obras de artistas como León Ferrari, Marta Minujín, Edgardo Giménez y Pablo Suárez, entre otros, quienes en muchos casos se inspiraron en la obra de Cortázar. “Rodrigo Alonso, gran curador, jugó a imaginar con completa libertad un mundo de fantasía atravesado por las artes visuales. Entre las dos salas se van a encontrar en el medio de un túnel, de un pasaje que van a poder recorrer de la forma que quieran, se van a perder, desembocando en ocho situaciones en las que se van a encontrar con muchos de los más grandes artistas visuales argentinos seleccionados por Rodrigo”, contó Tomas.

Sobre el final del recorrido, hay una instalación sonora interactiva con audios originales del autor donde los visitantes podrán combinar tocando las piezas de un teclado que permite que se reproduzcan juntas o por separado. Así se renueva su voz tan característica. Por otra parte, también se masterizó un audio epistolar que le envió a la escritora Alejandra Pizarnik, con quien compartía una profunda amistad.
* Comienzo de juego está abierta al público, con entrada libre y gratuita, hasta el 23 de marzo de 2025, de martes a viernes de 13 a 22 hs., y sábados, domingos y feriados de 11 a 22 hs. en el Centro Cultural Recoleta (Junín 1930, C.A.B.A.).
[Fotos: Prensa Centro Cultural Recoleta]
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