Teatro con “sensación de colapso”: Piel de Lava presenta una disruptiva programación

Las creadoras de “Petróleo” son curadoras de un ciclo que incluye obras de Brasil, Uruguay y Finlandia, y que se pondrán en escena en el Teatro San Martín y Estudio Los Vidrios. “Son narrativas del fin del mundo”, dice el colectivo más relevante de la escena teatral argentina

Compartir
Compartir articulo
Valeria Correa, Pilar Gamboa, Laura Paredes y Elisa Carricajo, integrantes del grupo "Piel de Lava" (Foto: Ramiro González)
Valeria Correa, Pilar Gamboa, Laura Paredes y Elisa Carricajo, integrantes del grupo "Piel de Lava" (Foto: Ramiro González)

El grupo Piel de Lava, quizá el colectivo teatral más relevante del momento en Argentina, fue convocado para curar un nuevo ciclo llamado Temporada Fluorescente. Elisa Carricajo, Valeria Correa, Pilar Gamboa y Laura Paredes, las integrantes, eligieron tres piezas dramatúrgicas de Uruguay, Brasil y Finlandia que serán dirigidas por argentinos, y se podrán ver entre el 2 de septiembre y el 30 de octubre en Buenos Aires. Mientras tanto, reestrenarán su gran éxito Petróleo -una ácida catársis sobre el estereotipo masculino- en septiembre, con solamente cuatro funciones, y luego partirán de gira a España.

¿Cuál es el hilo conductor de este ciclo? La sensación de colapso, responden las curadoras, sin dudarlo. Freeshop, de la autora uruguaya Victoria Vera, tendrá dirección del colectivo artístico BESA. Es una comedia sobre unas vendedoras del free shop en Buquebus, durante el conflicto de las papeleras de 2006. Segunda naturaleza, que aborda el tema de la animalidad y el problema de posicionarse como especie privilegiada, fue escrita por la finlandesa Pipsa Lonka y estará a cargo de la dupla Cecilia Meijide y Diego Rosental. Ambas obras se presentarán en el Teatro San Martín.

En este mundo loco, en esta noche brillante, de la brasileña Silvia Gomez será dirigida por Nayla Pose y se podrá ver en Estudio Los Vidrios, en el barrio de Villa Urquiza. En la obra, una vigilante de una pista de aviones ve interrumpida su rutina por la presencia de una chica delirante que yace en la pista.

Las integrantes de Piel de Lava en una escena de "Petróleo", la obra de teatro que fue una sensación en la cartelera de Buenos Aires
Las integrantes de Piel de Lava en una escena de "Petróleo", la obra de teatro que fue una sensación en la cartelera de Buenos Aires

El ciclo fue desarrollado por Plataforma Fluorescente, una organización de gestión cultural que vincula proyectos artísticos transdisciplinares con instituciones y organizaciones, buscando atravesar las fronteras y, especialmente, apuesta por el trabajo colectivo. Malena Schnitzer, quien está a cargo de la producción, dice sobre la plataforma: “Queremos corrernos de los lugares comunes y esperados para forzar situaciones, en el buen sentido”.

Esta será la primera edición de la Temporada Fluorescente. Las integrantes de Piel de Lava, además de seleccionar las tres obras, convocaron a Wo Portillo del Rayo, Paco Fernández Onnainty, Lula Bauer, Juan Laxagueborde, Leandro Arecco, Soledad Barruti y a Zypce a formar parte de una publicación digital, un “catálogo expandido” que reunirá reflexiones que provienen de otros campos, como la sociología o la música, en torno al proyecto y a los temas que transitan. Una particularidad es que los textos están escritos en primera persona. En el caso de Piel de Lava, es una primera persona colectiva. El catálogo usará como punto de partida el texto escrito por Piel de Lava y tomará como disparador el colapso.

En diálogo con Infobae Cultura, Piel de Lava contó cómo fue, por primera vez como equipo, ser curadoras, qué fue lo que jerarquizaron y cómo ven el mundo hoy.

Colectivo BESA, Cecilia Meijide, Diego Rosental y Nayla Pose, las y los directores argentinos que estarán a cargo de las tres obras que presenta "Temporada Fluorescente" (Foto: Ramiro González)
Colectivo BESA, Cecilia Meijide, Diego Rosental y Nayla Pose, las y los directores argentinos que estarán a cargo de las tres obras que presenta "Temporada Fluorescente" (Foto: Ramiro González)

—¿Es su primera experiencia como curadoras?

Elisa Carricajo: —Sí de manera colectiva. Hemos tenido distintos vínculos con la curaduría, pero nunca lo habíamos hecho de manera grupal. Ser un grupo haciendo curaduría es otro caos más (risas). Siempre nos convoca y nos conmueve el caos de lo grupal, y este fue un nuevo desafío de caos, de multiplicidad y de tener que ponerse de acuerdo.

—¿Cuál es el concepto curatorial?

Valeria Correa: —Cuando nos encontramos con los materiales de los tres países comenzamos a sentir una especie de ola que circulaba en general que podíamos intuir: una sensación de colapso. Incluso las dramaturgias que quedaron fuera de la selección estaban atravesadas por esta intuición. Ya no esa sensación pandémica de lo distópico, sino una sensación de pospandemia. Insisto con la palabra “sensación” porque no es una afirmación ni una certeza, es completamente subjetivo y ahí está nuestra mirada.

EC: —Además, son tres directoras mujeres. Eso nos hizo cierto sentido, aunque eso no tenga ninguna condición particular, aparecían ciertas líneas temáticas a partir de una mirada que se sitúa en lo femenino: la posibilidad del cuidado [En este mundo loco, en esta noche brillante] o la forma de ser pesimista [Segunda naturaleza]. Eran mujeres desde distintos lugares del mundo escribiendo sobre temas cercanos para nosotras.

"En este mundo loco, en esta noche brillante", de Silvia Gomez (Brasil) se presenta con dirección de Nayla Pose (Imagen: Wo Portillo del Rayo y Paco Fernández Onnainty)
"En este mundo loco, en esta noche brillante", de Silvia Gomez (Brasil) se presenta con dirección de Nayla Pose (Imagen: Wo Portillo del Rayo y Paco Fernández Onnainty)

—¿El colapso está en la narrativa o en la temática?

EC: —Sí, está a nivel narrativo. Son narrativas del fin del mundo. En este momento, la sensación de colapso está circulando, y, aunque no sea una verdad, es una sensación. Nos interesa el choque entre los discursos establecidos, el progreso, el patriarcado, etcétera, contra la idea de la Tierra como un organismo vivo total y lo que se deduce de esta idea. Ese choque nos interesa, y eso aparece en los abordajes de estas tres obras.

VC: —Y a nivel universo también. Nos interesaba ver, a partir de esa sensación, cómo dialogaban las obras con el colapso. La obra uruguaya [Freeshop] lo hace con mucho humor. La respuesta a esa sensación de colapso la da desde el género, desde la comedia, más allá de la temática. La brasileña [En este mundo loco, en esta noche brillante] es un paisaje del fin del mundo totalmente colapsado y roto, pero da una posibilidad de futuro con una mujer que salva a otra con un superpoder del cuidado. Hay una salida. Finalmente, la finlandesa [Segunda naturaleza] hace el revelado que habla de lo mismo desde otro lugar, asumiendo el colapso quizá sin necesidad de buscar una salida positiva, que quizá es algo muy latino (risas). Asume el colapso, se hace cargo y lo muestra. Esas lecturas las hicimos nosotras, es lo que nos interesó y lo que hacía sistema entre las tres obras.

Freeshop, de Victoria Vera (Uruguay) se presenta con puesta en escena de BESA (Imagen: Wo Portillo del Rayo y Paco Fernández Onnainty)
Freeshop, de Victoria Vera (Uruguay) se presenta con puesta en escena de BESA (Imagen: Wo Portillo del Rayo y Paco Fernández Onnainty)

—¿Creen que hay una narrativa distinta, de antemano, en una narrativa escrita por mujeres que por hombres?

VC: —Quizá hace 15 años esa pregunta tenía una respuesta distinta a la que daría hoy. Al día de hoy, la respuesta está condicionada por un contexto feminista. En esta curaduría hay ejes transversales de lectura y de diálogo en relación al patriarcado, al feminismo. Entonces sí, a priori hay una narrativa distinta. Quizá en otra época hubiera dicho que no, defendiendo la “igualdad” desde otro lugar.

EC: —Además, ese fin del mundo, de alguna manera, es un fin del mundo en relación al colapso del planeta Tierra, pero también es un fin del mundo tal como lo entendíamos. Que sean mujeres escribiendo sobre el fin del mundo desde distintas geografías (y nosotras leyéndolas desde otra geografía) sí tiene que ver con una posición de las mujeres en este momento donde para muchas de nosotras sí hay un mundo que se terminó, o sí deseamos que se termine.

VC: —El colapso deja la semilla del “renacer” (qué palabra polémica), de otro mundo que podemos empezar a visualizar para bien. Muere un mundo, pero nace otro, ¿y cómo va a ser ese otro que nace? Ya que está vacío, le podemos proyectar todos nuestros ideales.

"Segunda Naturaleza", de Pipsa Lonka (Finlandia), se presenta con dirección de Cecilia Meijide y Diego Rosental (Imagen: Wo Portillo del Rayo y Paco Fernández Onnainty)
"Segunda Naturaleza", de Pipsa Lonka (Finlandia), se presenta con dirección de Cecilia Meijide y Diego Rosental (Imagen: Wo Portillo del Rayo y Paco Fernández Onnainty)

—¿Vieron algo de las obras de ustedes en las obras que eligieron?

VC: —Sí, la obra uruguaya nos recordó a nuestras primeras dos obras. Está muy atravesada por el mismo lenguaje que Colores verdaderos y Neblina, y nos llamó mucho la atención, para bien.

—¿Cómo trabajaron para hacer una curaduría en grupo? ¿Se dividen el trabajo? ¿Hay disputas?

VC: —Es parecido al resto de nuestros trabajos grupales. Así como cada obra tiene su propia dinámica, no podemos repetir el esquema de la obra anterior. Cada obra requiere lo suyo y eso se comprende en el proceso. Aquí lo mismo, no hay disputas, pero sí discusiones, intercambios, y naturalmente llegamos al acuerdo. Precisamente, esa discusión nos hace trabajar juntas. En este caso, nos encantó que, si bien hay una célula nuestra ya unida, también somos individualidades y aquí se vio porque intercambiamos ideas sobre obras que vimos, que es algo que no podemos hacer en general. Cada una contó las obras que vio y lo que le interesó. En general, no tenemos tiempo para hablar en profundidad de los trabajos de otros. Forzar una situación hace avanzar el trabajo creativo. En este caso fue así, porque nos invitaron a ser curadoras. Esa situación nos trajo un momento muy vital.

—¿Ya conocían a las autoras de las obras que eligieron? ¿Ven el rol de la globalización en las ideas?

EC: —En este caso, no conocíamos a las autoras que elegimos, nos encontramos con ellas en este proceso. Nos sorprendió la cantidad de comunidades parecidas a las nuestras que hay en el mundo, nosotras nos vimos hermanadas con alguien que está produciendo en Finlandia. El contacto, las preocupaciones y las temáticas aparecen de formas similares.

El grupo Piel de Lava es curador invitado del ciclo teatral "Temporada flourescente" (Imagen: Wo Portillo del Rayo y Paco Fernández Onnainty)
El grupo Piel de Lava es curador invitado del ciclo teatral "Temporada flourescente" (Imagen: Wo Portillo del Rayo y Paco Fernández Onnainty)

—¿El teatro tiene que tratar temas importantes, o también puede ser buena una obra banal?

EC: —Todo. La curaduría no fue a buscar los temas importantes. Lo importante es cómo encarna cada obra esa particularidad, si es la banalidad o si son los grandes temas, en un material, y cómo ese material consigue su dimensión. Una obra puede ser igualmente buena si no aborda nada importante o una obra que se meta con los grandes temas de la humanidad. Es difícil cuando están todos los temas juntos no bajar línea, pero, incluso así, puede haber un material hermosísimo. En este caso, los temas aparecieron. ¡Estaban en el aire! Mujeres desde distintos lugares del mundo están escribiendo sobre que el mundo se está terminando. Hace veinte años estamos viendo movimientos de la escena y la escena va y viene de los grandes temas. Hay momentos en que los grandes temas, o la agenda, se impone, y hay momentos en los que hay que retirarse. La bajada de línea no es lo mejor, pero a veces el mundo necesita hablar en las obras.

—A partir de esa idea de colapso, de derrumbe que atraviesa la Tierra pero también los valores tradicionales, ¿cómo piensan el presente y el futuro? Siendo mujeres, latinoamericanas y en un país tercermundista, haciendo teatro, ¿qué horizontes éticos tienen?

VC: —A mí me viene la idea del reciclaje. En primer lugar, estamos en el derrumbe de todo el sistema. Está todo podrido, y lo podrido está vivo. Vivimos en lo podrido, y, tal vez, se muere o quizás hay que asumir la podredumbre como algo vital. Pienso que hay que saber convivir con lo podrido. Hay que saber reciclar lo que hay, que no se termina de morir nunca.

EC: —Y cada vez sirven menos algunas ideas. Como si, en lugar de buscar horizontes nuevos, las respuestas siempre vinieran de los procesos y de lo que ya sabemos. Creo que hay que volver a lo más básico: ¿Qué es lo fundamental? ¿Cómo nos cuidamos? ¿Cómo interconectamos? En los textos de las tres obras estos son temas que aparecen. O en el catálogo curatorial, Leandro Arecco usa la idea del teatro como celebración de la vida y de fiesta permanente. Creo que debemos pensar en cierta vitalidad más horizontal, relacionada con la forma grupal que tiene el teatro o las redes de cuidado del movimiento feminista. En esas líneas están las respuestas para transitar esa podredumbre de la que habla Valeria. Y, además, creo que hay que entregarse a la incertidumbre.

Imagen colectiva de los participantes del ciclo "Temporada flourescente" (Foto: Ramiro González)
Imagen colectiva de los participantes del ciclo "Temporada flourescente" (Foto: Ramiro González)

—¿Cómo aparecen estas ideas en sus prácticas cotidianas?

Malena Shnitzer (Plataforma Fluorescente): —En el ensayo de ayer recuperaban un texto de Raúl Zurita [”Amor y apocalipsis”] que hablaba de la urgencia que implica la muerte. Y esa urgencia nos permite amar, porque si no nos urgiera, no amaríamos ni tendríamos la urgencia de crear ni de hacer nada. Esa urgencia de colapso inminente no nos lleva a pensar en grandes saltos, sino en lo más cercano, real o simbólicamente. Pienso que la respuesta está más cerca de lo que creemos: cuidándonos. Creando otro tipo de redes. En ese caso, el teatro nos permite corrernos de la literalidad de ese caos y pensar en otro mundo posible.

VC: —Hace veinte años yo me fui a España, como tantos otros, durante el 2001. Un poco desorientada, le mandé un mail a Elisa, con quien ya nos conocíamos, y le pregunté “¿qué hacemos?, ¿qué hago?”. Ella me respondió: “Lo bueno es que acá, con tal nivel de caos, ningún adulto pretende que tengamos ninguna decisión tomada de cómo va a ser nuestro futuro (risas). ¡Tenemos esa libertad!”. Y tenía razón: ¿En medio de ese caos alguien nos iba a decir que no podíamos hacer teatro, y que teníamos que hacer una carrera universitaria, terminarla y vivir de eso? ¿A qué adulto le daba la cara? Yo creo que ahora nosotras tenemos una responsabilidad similar, dada por la adultez. En medio de este caos, ese mismo mensaje se lo pasamos a otras generaciones.

SEGUIR LEYENDO