
Vuelve el Nobel de Literatura y las especulaciones no cesan. Luego de la distinción a Bob Dylan puede ocurrir cualquier cosa. Ya no hay candidatos, como ocurría años atrás; ahora el ganador irrumpe con la fuerza de la novedad. A veces ocurre que todos lo esperaban, pero la mayoría suele ser una verdadera sorpresa. Mientras tanto la Academia Sueca, la institución encargada de dar el veredicto, enarbola un hermetismo a prueba de balas para que las expectativas suban al cielo. ¿Y quiénes son los favoritos de este año?
Uno de los posibles nombres que se dirán el 8 de octubre en la ceremonia online es el de Joyce Carol Oates, la novelista estadounidense —invitaba estrella del Filba— que ganó el Premio Cino del Duca en mayo, un galardón que suele pensarse como la “antesala del Nobel”. El argumento es que autores como Andréi Sajarov, Patrick Modiano y Mario Vargas LLosa lo recibieron antes del que otorga la Academia Sueca. Nadie podría decir que Joyce Carol Oates sería una mala elección. Su prolífica obra es celebrada en el mundo entero.
La autora de Blonde, Infiel y Memorias de una viuda, entre otros libros, nació en Lockport, Nueva York, en 1938, y es una acérrima opositora a Donald Trump, por lo que su posible obtención del Nobel podría significar un posicionamiento político que repercuta en todo el ámbito literario. Además, escribe sobre el racismo estadounidense, las desigualdades sociales y la necesidad de reclamar por los derechos negados. Debido a la gran inequidad de género —desde la primera entrega en 1901 hasta hoy sólo lo obtuvieron 15 escritoras— se especula con la posibilidad de que lo gane una mujer.

La Fundación Nobel anunció días atrás que aumentará en 111 mil dólares el premio a los ganadores del galardón más famoso, que ahora embolsarán más de 1,1 millones, nueve años después de verse obligada a recortar el monto por motivos financieros. De este modo, para los ganadores del 2020 el cheque que acompañará al premio será ahora de 10 millones de coronas. Esto significa que ganar el Nobel no significa sólo posicionarse como un autor internacional, también obtener una suma millonaria e inédita para cualquier concurso.
Jamaica Kincaid es el nombre de una autora nacida en Antigua y Barbuda en 1949 que suena con fuerza. Autobiografía de mi madre es tal vez su libro más conocido, pero también escribió Annie John, Lucy, Mr. Potter, Un pequeño lugar y Mi hermano, entre otros. Kincaid es profesora de estudios africanos y africanos-americanos en la Universidad de Harvard y fue elegida por la American Academy of Arts and Letters en el 2004. Estará presente en el Filba dando una conferencia.
No se podría quitar de esta lista al “eterno candidato” Haruki Murakami. Tiene 71 y hace por lo menos diez que sueña como ganador. Creó de éxitos mundiales como Tokio Blues (1987), que lo convirtió en un ídolo en su país; Kafka en la orilla (2002), elegida por The New York Times como la mejor novela del año; o 1Q84, que vendió un millón de ejemplares en un mes. Sin embargo, muchos aseguran que su constante aparición como candidato para el Nobel está más relacionada con su condición de best seller que con el clamor de la crítica literaria.

Los rumores señalan África, continente olvidado por la Academia Sueca. El nigeriano Wole Soyinka y los sudafricanos Nadine Gordimer y J. M. Coetzee son los tres únicos casos. También podría nombrarse a Albert Camus, que si bien nació en Argelia se nacionalizó francés. En ese sentido, en esta edición del premio los dedos apuntan a Ngũgĩ wa Thiong’o, el escritor africano con mayor proyección internacional de la actualidad. El diablo en la cruz, El brujo del cuervo y Nace un tejedor de sueños: el despertar de un escritor son algunos de sus libros.
También figuran como candidatos el somalí Nuruddin Farah (escribió Eslabones y Huesos cruzados, entre otros), la sudafricana Antjie Krog (País de mi calavera es su libro más conocido: una crónica sobre la violación de los derechos humanos en el Apartheid) y la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie (Todos deberíamos ser feministas y Querida Ijeawele: cómo educar en el feminismo).

Por otro lado, el periodista español Juan Cruz Ruiz, uno de los editores del diario español El País, dio más nombres posibles: los españoles Javier Marías, Antonio Muñoz Molina, Almudena Grandes, Juan Mayorga y Fernando Aramburu (autor de la aclamada novela Patria), los colombianos Fernando Vallejo y Juan Gabriel Vásquez, el venezolano Rafael Cadenas, el chileno Raúl Zurita y el cubano Leonardo Padura. Entre los europeos mencionó al rumano Mircea Cartarescu, el húngaro László Krasznahorkai, la rusa Liudmila Ulitskaya, la francesa Nina Bouraoui, la finlandesa Sofi Oksanen y el noruego Jon Fosse. Y luego completó con los siguientes nombres: la antillana Maryse Condé, el israelí David Grossman, estadounidense Don DeLillo, el canadiense Michael Ondaatje y el británico Ian McEwan.
Otros medios apuntaron a la narradora y periodista estadounidense Joan Didion, autora de libros como Según venga el juego, El año del pensamiento mágico y Los que sueñan el sueño dorado, sólo por nombrar algunos; y a la poeta canadiense Anne Carson, que escribió libros como La belleza del marido, Eros: el dulce-amardo, Autobiografía de rojo y Red Doc. Además, nadie olvida a la canadiense Margaret Atwood, autora del Cuento de la criada y del reciente Los testamentos, ni al argentino César Airea, quien forjó una enorme obra vanguardista y silenciosa en el sur del planeta.

Muchos de estos autores que hoy figuran como favoritos del Nobel 2020 que no lo obtengan tal vez sigan siendo candidatos en los años siguientes. Y es probable que muchos nunca sean reconocidos por la Academia Sueca. No sería extraño, hay grandes escritores que han sido ignorados por el Nobel. Rubén Darío, Marcel Proust, Vladímir Nabókov, Franz Kafka, Jorge Luis Borges, Augusto Roa Bastos, León Tolstói, Émile Zola, Henrik Ibsen, Paul Valéry y César Vallejo son algunos de los tantos ejemplos.
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