Bitcoin, la máquina perfecta

Pensamientos sobre cómo la Revolución Industrial fue solo un aperitivo

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Las máquinas, esas cosas caprichosas y delicadas, habilitaron la Revolución Industrial (Cuadro de Otto Bollhagen (1861-1924), Krupp Stahlwerke ca. 1912)
Las máquinas, esas cosas caprichosas y delicadas, habilitaron la Revolución Industrial (Cuadro de Otto Bollhagen (1861-1924), Krupp Stahlwerke ca. 1912)

Nota de opinión por Rodrigo Benadon Oks
Cofundador de Cripto247

Máquinas: bujías de progreso y cambio
Durante la Revolución Industrial, nos dimos cuenta que podíamos mejorar nuestras vidas mediante la construcción de grandes sistemas capaces de fabricar productos, como ropa o automóviles, y brindar servicios, como luz eléctrica o saneamiento, a grandes grupos de personas. Inventamos maquinarias industriales y desarrollamos los medios para la producción en serie.

Antes de la Revolución Industrial, también podíamos hacer cosas, pero el desafío fue hacerlas a gran escala. Con ingenio, suerte y dedicación pudimos hacer cosas más rápido, más barato y mejor.

Nuestras máquinas, y dónde las alojamos, formaron ciudades, definieron nuestros sistemas de transporte, sistemas educativos y rutinas diarias. El impacto que han tenido las máquinas en dar forma a nuestras vidas tal como la conocemos es inmenso.

Los historiadores coinciden que la Revolución Industrial fue el evento más importante en la historia de la humanidad desde la domesticación de animales y plantas.

Todo construido a cuestas de las máquinas.

Todo tiene un precio
Más rápido, más barato y mejor está perfecto. Sin embargo, las máquinas son cosas caprichosas y delicadas. Cualquiera que haya intentado arreglar una alguna vez sabe que son quisquillosas. Se descomponen, requieren servicio y mantenimiento permanente, o se vuelven obsoletas. (Ni toquemos el tema de la "obsolescencia planificada" ni el estrangulamiento al desarrollo cuando va en contra del bottom-line de las empresas).

Las máquinas también fueron las catalizadoras del traspaso de las asimetrías sociales en nuestras relaciones: de los aristócratas a los empresarios industriales. Los empresarios necesitaron inversores, y los inversores necesitaron ganancias, y aquellos que inventaban, optimizaban, mantenían y operaban las máquinas necesitaron dormir y estar debidamente motivados para seguir adelante. En definitiva, una redefinición de la estructura social.

No es difícil argumentar que las máquinas dieron lugar a muchas cosas horribles: las miserias de la vida en fábricas, la explotación de los trabajadores, las luchas de clases, el consumismo, la contaminación, las guerras comerciales. Las máquinas no son perfectas.

Bitcoin: la máquina perfecta
Bitcoin es una máquina indestructible de sellado de tiempo (time-stamping), validación de datos, transferencia de valor digital y de coordinación global. Es la red computacional más grande, más segura y más distribuida del mundo. Es la primera de su clase y única en todos los sentidos.

La definición de máquina
La definición del diccionario para la palabra 'máquina' tiene tres acepciones premonitorias:

1) un equipo que usa electricidad o un motor para hacer un tipo de trabajo particular
2) un sistema u organización grande y bien controlada
3) alguien que está tan cansado o aburrido que trabaja sin pensar

Según estas definiciones, Bitcoin es 100% una máquina.

El protocolo de proof-of-work de Bitcoin requiere electricidad. Cuesta dinero (en forma de electricidad) que los mineros creen nuevos bloques en la cadena de bloques. Es un mecanismo de riesgo-recompensa perfectamente equilibrado.

Una gran organización. Podría decirse que Bitcoin es la organización y el sistema organizativo más grande del mundo. Sin duda, el servicio público transnacional más grande del mundo. Es una máquina de coordinación transparente.

Y, por último, es una máquina aburrida que realiza una sola tarea: proteger la red y la integridad de sus datos, de forma autónoma y agnóstica. "Sin pensar"…

Bitcoin, 100% en actividad 
La máquina Bitcoin ha estado operativa el 99.992464236% del tiempo desde su inicio el 3 de enero de 2009 a las 02:54:25 GMT. Muy pronto, el protocolo bitcoin habrá estado en servicio, funcionando según lo previsto, por su primera década.

Esto en sí mismo es un logro extraordinario. Sin embargo, una mirada más profunda revela una realidad aún más excepcional: Bitcoin ha estado operativo y funcionando durante una década sin un jefe, sin inversores, sin contratos, sin marketing, o más bien, a pesar de todas esas cosas que aparecen sin invitación.

Se mantiene funcionando gracias a voluntarios y a un sistema de incentivos automáticos perfectamente alineados.

Bitcoin, en construcción, también es perfecta
También es sobresaliente que esta máquina ha estado funcionando mientras se encuentra en construcción. En otras palabras, nunca está offline, incluso mientras se está en desarrollo. Las propuestas de mejoras enviadas por voluntarios pueden o no ser adoptadas por la comunidad de usuarios, desarrolladores, mineros, y es posible que muchas de las mejoras no sean ni siquiera retrocompatibles. Se adoptan por consenso y no necesitan ser aprobados por un comité, representantes o gerentes. Las mejoras propuestas deben sostenerse por sus propios méritos, baja la premisa 'nada o ahógate'.

Bitcoin, cuando atacada, es aún más perfecto
La máquina Bitcoin es valiosa. Hay miles de millones de dólares en juego. Y por eso, no solo se está mejorando mientras está en pleno funcionamiento, sino que también es un blanco para hackers, ladrones, luditas y negocios que se ven amenazados por su existencia.

Es como remplazar las hélices a un avión por turbinas en el aire mientras es atacado por una flota de helicópteros militares.

¿Cómo es esto posible?

Creo que es la primera máquina del mundo capaz de existir, y prosperar, mientras se encuentra bajo ataque. Siempre que ha habido una máquina que necesita ser desmantelada, reprimida, o aniquilada siempre ha habido una forma a través de las conspiraciones, fuerzas del mercado, la diplomacia, guerra.

Bitcoin no está en ninguna parte y en todas partes. Es autónoma. Es inmune a los críticos y simpatizantes por igual. Es anti-frágil, se hace cada vez más fuerte con cada ataque. Permite que los registros de nuestras interacciones sean más rápidos, mejores y más baratos.

Si de hecho las máquinas de la Revolución Industrial fueron las chispas del progreso y responsables de dar forma a nuestro futuro, imaginemos lo que Bitcoin, la máquina perfecta, será capaz de desatar.

RB

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