Un total de 700 organizaciones sociales, agrupadas en la Coordinadora Humanitaria, han solicitado al Gobierno Nacional y al ELN que retomen la mesa de conversaciones y el cese al fuego bilateral.
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En una carta pública, estas organizaciones expresaron su preocupación por el deterioro de la situación de las comunidades en los territorios afectados, instando a ambas partes a tomar medidas urgentes para frenar la violencia.
Los firmantes califican como “aterradora” la situación actual en algunas regiones y advirtieron sobre el riesgo de que la violencia siga escalando si no se toman acciones inmediatas.
En este sentido, sugirieron la creación de una Comisión Humanitaria Permanente, que incluya dos representantes de cada parte, tal como lo establece el Acuerdo 20, con el fin de crear canales de comunicación efectivos y establecer un marco para la intervención de la comisión.
También se destacó la importancia de reactivar el mecanismo de monitoreo y verificación del cese al fuego. Desde diferentes organizaciones, se ha señalado que esta medida es crucial para garantizar que se respeten los acuerdos alcanzados y para reducir el impacto de los conflictos armados en las comunidades vulnerables.
Las organizaciones enfatizan la necesidad de proteger a las poblaciones que han sufrido las consecuencias del conflicto y reiteraron su llamado a ambas partes para que se comprometan a dialogar y alcanzar soluciones pacíficas que beneficien a las comunidades afectadas.
Iglesia también pide reanudar los diálogos de paz
En una carta dirigida a las delegaciones del Gobierno colombiano y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la Conferencia Episcopal de Colombia expresó su preocupación por la suspensión de los diálogos de paz y pidió que se retomen de inmediato.
La iglesia, por medio de su delegado en la mesa de conversaciones, reafirmó su disposición de seguir colaborando activamente en el proceso de monitoreo del cese al fuego, comprometiéndose a brindar garantías para facilitar las negociaciones entre ambas partes, de acuerdo con información obtenida por la emisora colombiana W Radio.
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En su misiva, la Conferencia destacó la importancia de la participación de la Iglesia Católica en el Mecanismo de Monitoreo y Verificación del Cese, una labor que considera esencial desde su misión pastoral.
Según el documento, la Iglesia busca contribuir a la paz y reconciliación del país, y su trabajo está guiado por el deseo de mejorar la situación humanitaria de las comunidades más afectadas por el conflicto armado.
La carta también subraya las graves consecuencias que tiene la suspensión del proceso de paz, señalando que los más perjudicados son las comunidades vulnerables. En el contexto de la guerra, son principalmente los jóvenes, mujeres, y las poblaciones étnicas quienes enfrentan mayores amenazas a su vida e integridad. A esto se suman los impactos negativos sobre el medio ambiente y los ecosistemas, que también sufren a causa del conflicto armado.
Por tanto, la Conferencia hizo un llamado urgente para que las partes involucradas en el diálogo encuentren soluciones que les permitan avanzar hacia una Colombia pacífica y reconciliada. En sus palabras, es vital “encontrar caminos que nos alejen de la violencia” para seguir perseverando en la búsqueda de un país en paz.
Además de la petición para retomar el diálogo, la Iglesia reiteró su disposición a continuar con su papel dentro del Mecanismo de Monitoreo, brindando apoyo para garantizar que el cese al fuego se mantenga de manera efectiva. La Conferencia subrayó la relevancia de su participación no solo desde una perspectiva religiosa, sino también como una forma de atender las necesidades humanitarias y de bienestar de las comunidades afectadas.