Problemas para la reforma laboral: se canceló el primer debate

La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, hizo un llamado a los congresistas para que apoyen el proyecto que sigue afrontando las críticas de varios gremios

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Foto de archivo. Miembros del congreso de Colombia. REUTERS/Luisa González
Foto de archivo. Miembros del congreso de Colombia. REUTERS/Luisa González

Pese a que el primer debato sobre la reforma laboral estaba programado para que se diera este 30 de mayo en las horas de la mañana, por falta de quórum decisorio para adelantar las discusiones en la Comisión séptima de la Cámara de Representantes, se ordenó levantar la sesión. De acuerdo con los medios colombianos, debido a que se levantó la sesión, Agmeth Escaf, presidente de la Comisión, levantó anunció que mañana a las 9 a.m. continúa la discusión.

Pese a que la sesión cerró, hubo espacio para retomar lo mencionado hace unos días por Germán Vargas Lleras, uno de los fuertes opositores de este proyecto. De acuerdo con la revista Semana en medio de la plenaria, la representante y ponente de la reforma, María Fernanda Carrascal, aseguró que:

“Eso que anda diciendo por ahí un exvicepresidente, que entonces lo que le están diciendo que todo el mundo va a echar gente, pues no es verdad. Lo que me han dicho los gremios y los empresarios es todo lo contrario. (...) La tal crisis y la narrativa que han querido instalar es una narrativa perversa. Uno no juega con la comida de la gente. Generar pánico sobre el mínimo vital de la gente no solamente es mezquino, es criminal. Se cree con derecho de jugar con la comida de la gente”, puntualizó la representante del Pacto Histórico.

Por su parte, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, hizo un llamado a los representantes para que no se aplace más la discusión y se le dé el apoyo que necesita el documento:

“Esta reforma laboral y la reforma pensional, que radicaremos hoy en la tarde, son reformas que necesita y requiere la sociedad colombiana”.

Por ahora, pese a los intentos del Gobierno de buscar apoyos, desde los gremios empresariales siguen creciendo la resistencia, ya que señalan varios asuntos insostenibles y que podría ser un cambio peligroso en términos generales, tanto para los empleadores como para los empleados. Además, la mayoría coincide en que, por un lado, va a aumentar el desempleo, y por otro, solo las grandes empresas pueden sostener lo que significa este cambio.

Por ejemplo, uno de los argumentos que más sé a fortalecido es el del desempleo que generaría y es que esta posición fue respaldada hasta por el Banco de la República, que en un análisis mencionó:

“Debido al aumento de los costos salariales, se estima que en el escenario medio la reforma podría reducir el empleo formal alrededor de 454.000 empleos, equivalentes a una disminución del 2,1% de la tasa de formalidad, en un lapso de entre tres a cuatro años. Por otro lado, el aumento planteado en los costos de despido podría tener efectos más grandes, pero a plazos mayores (alrededor de dos décadas). Sin embargo, estos últimos efectos son más difíciles de cuantificar por la menor disponibilidad de estimaciones de las elasticidades relevantes en la literatura”.

Por su parte, Bruce MacMaster en entrevista con la revista Semana, señaló que desde la Andi se ven muchas deficiencias que podrías “conducir el rumbo hacia la generación de pobreza”.

Realmente la reforma es un sofisticado mecanismo para fortalecer a los conglomerados, porque conduce a que todas las empresas grandes tengan que integrarse verticalmente: que tengan su propio transporte, sus contadores, que todo su servicio de aseo y vigilancia sea interno, que desarrollen su software, que produzcan su materia prima”.

En esta misma línea, una encuesta de Fenalco advirtió que para sobrevivir lo primero que harán las empresas es tratar de reducir costos y en los casos más extremos comenzar a reducir la nómina para responder a las nuevas demandas de llegarse a aprobar la reforma como está hoy día planteada.