
Novak Djokovic vivió en dos meses de 2022 lo que la inmensa mayoría de los tenistas no vivieron en toda una carrera: de la ambición del décimo título en el Abierto de Australia y el vigésimo primero de Grand Slam a la amenaza de prácticamente no jugar en toda la temporada. Y ahora, en un nuevo giro de la saga del serbio, la posibilidad de jugar en Montecarlo y el Abierto de Francia.
Jean Castex, primer ministro francés, anunció este jueves que a partir del 14 de este mes su gobierno ya no exigirá el pase sanitario (o pasaporte de vacunación) para ingresar al país. Esto beneficia directamente a Djokovic, que admitió públicamente no estar vacunado, razón última de su deportación de Australia.
“La situación sanitaria está mejorando”, declaró Castex el jueves a la televisión TF1. Las mascarillas tampoco serán necesarias en los espacios cerrados a partir del 14 de marzo, a excepción del transporte público.
Sin embargo, el pase de vacunación sigue siendo obligatorio para acceder a los centros de atención a domicilio para personas mayores, añadió el primer ministro.
Hace dos semanas, durante una entrevista con la BBC, Djokovic confirmó las sospechas de que no se ha vacunado contra el coronavirus, aunque fue mucho más allá: está dispuesto a arruinar su exitosa carrera tenística.
“Sí, ese es el precio que estoy dispuesto a pagar”, dijo Djokovic durante una entrevista en la que explicó lo sucedido en el reciente Abierto de Australia, en el que no pudo competir por decisión de las autoridades del país.
Djokovic dijo que no se considera parte de un movimiento antivacunas y explicó sus razones para no vacunarse contra el covid-19.
“Porque los principios de decisión sobre mi cuerpo son más importantes que cualquier título o cualquier otra cosa. Intento estar en sintonía con mi cuerpo todo lo que puedo”.
Hasta el anuncio de Francia este jueves, la no vacunación significaba para Djokovic, muy probablemente, no jugar la mayoría de los torneos de la temporada 2022, en la que su ambición era seguir sumando títulos de Grand Slam y romper el empate 20-20-20 en cuanto a trofeos que tenía con el suizo Roger Federer y el español Rafael Nadal. Tras el título en Australia, Nadal suma ya 21.
En lugar de eso, lo que ocurrió es que Djokovic pasó una semana luchando por entrar en Australia para terminar siendo deportado. Las autoridades federales australianas lo consideraron un peligro para la salud pública como posible potenciador del movimiento antivacunas.

El número uno del mundo no descarta la posibilidad de vacunarse en el futuro. Dice tener la “mente abierta” en ese sentido: “Todos estamos intentando encontrar, de forma colectiva, la mejor solución posible para acabar con Covid”.
Y añade: “Nunca he estado en contra de la vacunación. Entiendo que, a nivel mundial, todo el mundo está tratando de hacer un gran esfuerzo para manejar este virus y ver, con suerte, el fin pronto de este virus.”
La decisión de las autoridades francesas es el primer dato positivo en 2022 para Djokovic, que además de ser deportado de Australia y perder el número uno del mundo a manos del ruso Daniil Medvedev, esta semana se despidió de Marian Vajda, uno de sus entrenadores por más de 15 años.
“Juntos hemos conseguido cosas increíbles y me siento muy agradecido por la amistad que tenemos y su dedicación en los últimos 15 años. Aunque deje de ser parte de mi equipo siempre será parte de mi familia”, dijo el serbio en la despedida.
Tras el anuncio de Francia, que desbloquea la situación en Roland Garros, el US Open se perfila como la incógnita para Djokovic, que tiene buenas posibilidades de jugar Wimbledon.
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