Feministas de varios países explican cómo podemos cambiar el mundo

Por ID STAFF

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See Red Women’s Workshop: Feminist Posters 1974-1990
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Hemos hablado con voces valientes y feministas de sus países para saber qué problemas quieren que se erradiquen conforme continúa su lucha por la igualdad.

España

"El principal problema al que nos enfrentamos las mujeres en España es que no se toman en serio los problemas de las mujeres. Mientras 2017 empieza con la cifra más alarmante desde 2008 de mujeres asesinadas a manos de sus parejas, y compañeras en la Puerta de Sol de Madrid están en huelga de hambre pidiendo un pacto de Estado contra la violencia machista, me entero de que el presupuesto contra la violencia de género es 22 millones de euros menos que en 2009. Vivimos en un país que ha convertido a las mujeres en sujetos vulnerables a la violencia.

Y no solo estamos expuestas a la violencia machista a manos de parejas o familiares, los salarios precarios y trabajos feminizados; la cultura de la violación, la hipersexualisación, la transfobia, la putofobia o los roles de género hegemónicos que nos quieren como madres y esposas sumisas, también son formas de violencia con las que convivimos todas. No debería ser necesario convocar un paro nacional de mujeres para que se entienda que vivimos hartas y con miedo. Los derechos de las mujeres son derechos humanos y velar por ellos debería ser algo prioritario y constante, sin recortes y con medidas efectivas.

El primer paso para superar los problemas de las mujeres es empezar a reconocerlos y dejar de invisibilizarlos como algo excepcional que le pasa a unas pocas. España necesita un cambio estructural, en donde el feminismo ocupe espacios primordiales en las instituciones entendiendo que los problemas de las mujeres atañen a toda la sociedad. Hacen falta diálogos honestos y recursos para construir una sociedad de progreso en donde las mujeres nos empoderemos social y económicamente. Deberíamos poder ser libres de vivir como queramos sin miedo a la discriminación o a las agresiones. Mi apuesta es un feminismo que sume, un feminismo plural que llegue al gobierno para que este haga lo que al fin y al cabo es su trabajo: proteger y garantizar los derechos de todos y todas las ciudadanas".

Natalia Ferrari, 25, trabajadora sexual en Barcelona y autora de la columna "Pregúntale a una puta" en Broadly en Español

"Las mujeres no somos un colectivo, sino más de la mitad de la población en la que se ceban las desigualdades e injusticias. A las trabajadoras precarias nos afectan las políticas de austeridad, la pobreza energética, la amenaza de desahucios; a las migradas les afecta la Ley de Extranjería; a las activistas nos afecta la Ley Mordaza… La transversalidad es fundamental: no ciñamos nuestra agenda a violencia machista, aborto y brecha salarial.

Luchar contra la violencia machista exige atender las expresiones de ésta que afectan a las mujeres diversas (lesbianas, trans, migradas, trabajadoras del hogar, trabajadoras del sexo, sin techo, presas…). Separar violencia machista y LGTBfobia es un error de bulto, así como separar las políticas de igualdad de género de las de diversidad sexual y de género.

Si tuviera que elegir un tema prioritario, me quedo con la atención a la dependencia. Los recortes en la Ley de Dependencia no han movilizado al feminismo como el intento de reformar la ley de aborto, y sin embargo nos atraviesa a todas. Porque se espera de todas que cuidemos a nuestros familiares dependientes; porque la mayoría de las cuidadoras remuneradas son mujeres (y un alto porcentaje migrantes) y sus condiciones laborales son muy precarias, y porque la situación de las mujeres con enfermedades discapacitantes es también especialmente preocupante e invisible."

— June Fernández, periodista y coordinadora de Pikara Magazine

México

"Latinoamérica está lidiando con la normalización del sexismo; está tan integrado en nuestra cultura que incluso algunas mujeres piensan que no merecen las mismas oportunidades y los mismos derechos que los hombres. El acoso sexual e incluso el asesinato suceden cada día y muchas mujeres no saben que realmente podrían cambiar las cosas si alzaran la voz".

"Trabajo como activista para avanzar en el reconocimiento de los derechos sexuales de las mujeres en México, me gusta defender el cambio hacia una sociedad más igualitaria para todos. Trabajo en una organización feminista cuya finalidad es contribuir a la creación de una sociedad más democrática mediante el conocimiento, la innovación y la formación académica con una perspectiva de género y un enfoque intercultural".

— Sofia Alesso, del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, una organización feminista que lleva 16 años dedicada a dar voz a las comunidades y está especializada en la formación de líderes sociales mediante el fortalecimiento de las capacidades y el conocimiento.

Estados Unidos

"Entre los problemas más importantes a los que se enfrentan las mujeres en Norteamérica se incluyen la escasa representación femenina en los pestos de poder e influencia, la brecha salarial, la brecha sanitaria, la falta de una política de baja por maternidad y la desigualdad en el acceso a programas de cuidado infantil para las familias trabajadoras".

"Sin embargo, bajo todos esos problemas subyace la normalización de la misoginia y el discurso del odio en Norteamérica. Este tipo de lenguaje sirve para dividirnos y para impedir que nos unamos y consigamos un progreso significativo en temas y políticas que ayudarían a las mujeres y, por lo tanto, ayudarían a nuestra sociedad. Por fortuna podemos hacer algo para cambiar este ciclo. En el Día Internacional de las Mujeres, The Representation Project va a ampliar nuestra campaña #NotBuyingIt (no lo aceptamos) para acabar con el discurso de odio y especialmente con los sitios web que fomentan el acoso online. Vamos a pedir a las compañías mainstream (empezando por Amazon) que cambien sus algoritmos de publicidad y veten sitios web extremos como Breitbart, que utilizan lenguaje sexista, racista y xenófobo. Incluso aunque sea difícil, debemos condenar el odio y proteger nuestra sociedad civil".

— Jennifer Siebel Newsom, The Representation Project

Marcha por la liberación de las mujeres, Washington D.C.,1970. Imagen © Warren K. Leffler vía Flickr Creative Commons
Marcha por la liberación de las mujeres, Washington D.C.,1970. Imagen © Warren K. Leffler vía Flickr Creative Commons

Japón

"Japón se sitúa en el undécimo puesto dentro del Índice Global de Brecha de Género, que está diseñado para medir la igualdad de género. La brecha de género se produce sobre todo debido a la diferencia en las condiciones de empleo, las estructuras salariales entre hombres y mujeres y la dificultad que encuentran las mujeres para cambiar de trabajo. Este problema ha sido ampliamente ignorado en Japón. Excepto por las mujeres que realmente sufren el problema de la brecha de género, la mayoría de gente parece creer que como nuestro gobierno ha hablado sobre ofrecer una sociedad mejor para las mujeres, es imposible que todavía exista esa brecha de género".

"El hecho de que haya tanta gente sorprendida por el lugar que ocupa Japón en el Índice Global de Brecha de Género es exactamente el motivo por el que Japón ocupa un puesto tan bajo. Las mujeres deberían ser capaces de encontrar un trabajo después de ausentarse del mercado laboral para criar a sus hijos, pero la realidad es que rara vez encuentran servicios de cuidado infantil que les permitan regresar al trabajo. Es preciso que reconozcamos este problema y que aceptemos que nuestra sociedad no ha logrado solucionarlo. Dado que Japón ocupa el undécimo puesto en el citado índice y el 157º en términos del número de políticas femeninas en el poder, que es casi el más bajo del mundo, debemos preguntarnos si podemos llamar a nuestra nación 'país avanzado' con esas cifras tan terribles".

— Erina Nakagawa, activista feminista y estudiante universitaria, trabaja como activista política / feminista organizando el Making-Love Club, un lugar de debate donde se dialoga sobre todo, desde la política hasta el sexo.

"El problema es que la sociedad japonesa sigue siendo profundamente patriarcal y mucha gente considera que eso no es un problema. Pero lo es, es un problema enorme. Piensa en por qué se culpa a las mujeres cuando sufren una agresión sexual. ¿'Cuidar bien del vello corporal' te convierte en una mujer perfecta? ¿Por qué te insulta la gente cuando dices que te gusta el sexo, pero no es un problema cuando un hombre dice lo mismo?".

"Mi rímel, mis medias de rejilla desgarradas y mi lápiz de labios rojo… Todo lo que llevo es para mí, para empoderarme y no para entretener a los hombres. No pienso mostrarme sumisa cuando se espera de mí que lo sea, después de acosarme con estúpidos chistes sexistas, porque conozco mi valía y ahora quiero que tú hagas lo mismo. No, no hace falta que vayas por ahí odiando a los hombres. Solo quiero que dejes de tener miedo. Sé que hay cientos de insultos que te harán sentir inservible, pero el ciclo puede romperse si las mujeres viven sin miedo y se apoyan las unas a las otras. Creo que eso es lo que puede desmontar el patriarcado. Estamos aquí para crear un lugar mejor para todos en nombre de la igualdad y eso es exactamente de lo que trata el feminismo. ¿Te suena ofensivo? Entonces eso solo significa que TÚ eres el problema".

— Wakako, bloguera feminista residente en Tokio

Australia y Nueva Zelanda

"Uno de los principales problemas que vemos en nuestro trabajo es la falta de liderazgo equilibrado en lo que respecta al género. Es preciso que veamos cómo los hombres y las mujeres comparten el poder y la influencia en organismos clave de toma de decisiones de toda Australia: en nuestros parlamentos, negocios, instituciones y comunidades. Como país, podemos hacerlo realidad poniendo en duda las presuposiciones que tenemos, tanto a nivel consciente como inconsciente, sobre los hombres y las mujeres y sus roles en la sociedad. Podemos ayudar y animar a los hombres que eligen desempeñar un papel activo en la vida familiar y en las responsabilidades de los cuidados y necesitamos organizaciones que derriben las barreras estructurales que impiden que todos vivamos en igualdad de condiciones".

"Uno de los papeles que desempeña una organización como la nuestra es brindar apoyo a las mujeres mediante las redes y las capacidades que necesitan para conseguir sus objetivos de liderazgo, como ser candidatas a puestos políticos. A fin de cuentas, los hombres y las mujeres comparten el mismo papel a la hora de crear un cambio y lo mejor de todo es que todo el mundo sale beneficiado".

— Amy Mullins, directora ejecutiva del Women's Leadership Institute Australia, una organización que lucha por incrementar la visibilidad de las mujeres en los puestos de liderazgo y por catalizar soluciones capaces de cambiar el sistema para lograr una representación equilibrada en términos de género.

"En Nueva Zelanda, el desequilibrio salarial entre hombres y mujeres sigue siendo un gran problema. Actualmente las mujeres ganan semanalmente un 61,1 por ciento de lo que ganan los hombres. Seguimos ocupándonos de la mayor parte del trabajo fuera de la oficina, lo que significa que trabajamos más que nunca con una responsabilidad todavía menos compartida y una compensación monetaria inferior".

"Hay algunas campañas épicas en funcionamiento en Nueva Zelanda que tratan de presionar al gobierno para que emprenda acciones para cambiar esta situación. Treat Her Right es un brillante ejemplo de organización comunitaria que pone su granito de arena para tener un impacto potencial enorme en todas las mujeres de nuestro país".

— Taryn Kljakovic, cofundadora de Women's Collective, una organización neozelandesa comprometida con entablar conversaciones sobre temas globales que afectan a la comunidad local.

"Las mujeres de este país reciben muy poco apoyo en términos de seguridad y representación en todos los aspectos. Las mujeres aborígenes mueren en custodia, las mujeres musulmanas son acosadas a plena luz del día, las mujeres trans luchan por sobrevivir día a día".

"E incluso cuando las mujeres encabezan las manifestaciones, las marchas y las revueltas, o practican el activismo mediante su arte, siguen sin aparecer en los medios o se cuestiona su integridad. Superar todo eso significa aceptar acciones pasadas que resultan tóxicas. Significa verbalizar la desigualdad a la que nos enfrentamos. Y, como mujeres, también significa reconocer que hay otras comunidades marginadas que necesitan nuestra fuerza".

— Listen, grupo de presión a favor de la música de las mujeres feministas australianas.

Gloria Steinem en una conferencia de prensa, Women’s Action Alliance, 12 de enero de 1972. Imagen © Warren K. Leffler vía
Gloria Steinem en una conferencia de prensa, Women’s Action Alliance, 12 de enero de 1972. Imagen © Warren K. Leffler vía

Reino Unido

"En gal-dem intentamos ser más que reactivas ante los ataques que recibimos por parte de la prensa y que demuestran una y otra vez que los medios siguen sin estar a la altura de la realidad que supone la diversidad. Como revista escrita exclusivamente por mujeres de color, durante el último año y medio nos hemos hecho eco de las voces de las mujeres y las personas no binarias que siguen pensando que sus narrativas no tienen prioridad en el entorno mediático dominado por los hombres blancos. Nuestro objetivo es demostrar que las mujeres de color no solo merecemos que se nos represente en los medios sino que también podemos triunfar sin ayuda de los rancios hombres blancos que se sientan en lo más alto de casi todas las grandes corporaciones del Reino Unido y del extranjero y que se lamentan por las políticas de identidad sin darse cuenta de siguen rodeados de personas que tienen exactamente el mismo aspecto que ellos".

— Charlie Brinkhurst-Cuff es una de las editoras fundadoras de gal-dem y también trabaja actualmente como periodista para la revista Dazed. Escribe sobre feminismo, raza y política y está trabajando para convertir gal-dem en un negocio sostenible junto al resto del equipo.

Polonia

"Resulta difícil elegir cuáles son los problemas más importantes a los que se enfrentan las mujeres cuando hay tantos y además se retroalimentan entre sí. Han pasado 24 años desde que se prohibió el aborto en Polonia, lo que condena a algunas mujeres y las sentencia a una vida llena de sufrimiento y soledad. Y sobre todo resulta doloroso para las mujeres con menos recursos y que viven en la exclusión social. La prohibición del aborto es una de las formas más importantes de violencia institucional y opresión por parte del establishment. Pero allá donde hay opresión debe haber resistencia. Necesitamos un cambio social y ese cambio surge de la ira".

— Porozumienie Kobiet 8 marca, es el grupo responsable de las manifestaciones de Varsovia (Warszawskie Manify).

"El problema más grande al que nos enfrentamos es ni siquiera reconocer la existencia de los problemas de las mujeres. Los crímenes como las violaciones y las agresiones no se están castigando de forma suficientemente estricta. Constantemente nos bombardean con mensajes sexistas. Como mujeres y ciudadanas no podemos tolerarlo y tenemos que ejercer presión sobre el gobierno, organizar eventos y donar dinero a organizaciones que luchen por los derechos de las mujeres".

— Feminoteka – organización benéfica, servicio de información y la primera librería feminista de Europa centrooriental.

"Los problemas más importantes a los que se enfrentan las mujeres en Polonia ahora mismo son: la negación de sus derechos reproductivos, la falta de acceso a un aborto legal y seguro cuando se necesite, la falta de educación sexual, la peligrosa relación entre feminismo y neoliberalismo, la explotación económica, el trabajo femenino no remunerado y la feminización de los trabajos que se consideran menos prestigiosos y rentables. La violencia contra las mujeres, tan común y tan frecuentemente invisibilizada, que empieza con la aceptación de los chistes sexistas y acaba con la violencia doméstica, está justificada por la moralidad católica. Todos esos problemas tienen un origen común, se entretejen y refuerzan entre sí. La respuesta se ve sobre todo en los movimientos comunitarios. Debemos construir una sociedad basada en la solidaridad, sin agresiones ni supremacía, porque el feminismo es la resistencia contra el poder, la lucha contra toda forma de discriminación y exclusión".

— Codziennik Feministyczny – plataforma feminista impulsada por periodistas para mujeres y otros grupos marginados que experimentan exclusión y violencia.

Angela Davis entra en el Royce Hall de UCLA en octubre de 1969 para ofrecer su primera conferencia, vía
Angela Davis entra en el Royce Hall de UCLA en octubre de 1969 para ofrecer su primera conferencia, vía

Holanda

"Creo que los problemas más importantes para las mujeres en Holanda en general se encuentran en el dilema al que deben enfrentarse en la actualidad. Las mujeres han obtenido más derechos y oportunidades en la última década, pero sus obligaciones no han disminuido. De modo que lo que sucede ahora es que las mujeres siguen obligadas a hacer las denominadas 'tareas femeninas' ―como cuidar del hogar y la familia―, pero aparte de eso también tienen que trabajar, ser activas en diversas asociaciones e involucrarse en política. Por supuesto eso es diferente para las madres y las mujeres solteras jóvenes, pero creo que la presión para hacerlo TODO es una de las principales razones tras la epidemia de hartazgo que estamos viviendo actualmente. Una solución pasaría por facilitar que los hombres asuman algunas de las tareas que tradicionalmente se han considerado como femeninas".

— Iris Weges, editora de la revista feminista Lovers

"El mayor problema de las mujeres pertenecientes a los círculos LGBT en Holanda es la falta de representación y la falta de diversidad. Esto podría solucionarse reconociendo que la homosexualidad y la diversidad de género no están únicamente restringidas a ser de raza blanca o a coincidir con determinada imagen estereotipada de las personas LGBT".

— Adwoa Édou de The Feminist Club Amsterdam

Ms. magazine, otoño de 2006. En él se cita a Andrea Bowers
Ms. magazine, otoño de 2006. En él se cita a Andrea Bowers

Alemania

"Solo puedo hablar desde mi punto de vista y explicar lo que yo experimento como una persona de color, gorda, discapacitada, queer, no binaria y musulmana. Para algunas puede ser el hecho de que la legislación en torno a las agresiones sexuales es tan inherentemente racista que pronunciarse contra el abuso puede desembocar en una deportación si no tienes papeles alemanes. Este es un problema enorme para las mujeres de color y para las mujeres refugiadas en particular. Para solucionarlo necesitamos un sistema de apoyo para las víctimas de violencia sexualizada y una ley que las proteja. Para otras, lo que supone un gran problema es que el trabajo de cuidados y emocional no se paga de forma justa, de modo que su importante labor no es apreciada y puede afectar a su salud mental. Necesitamos derechos para las trabajadoras y salarios más altos para los trabajos de cuidados. Y en lugar de criminalizar, patologizar, estigmatizar y señalar con el dedo a las trabajadoras sexuales, es preciso que mejoremos sus derechos".

— Hengameh Yaghoobifarah, activista

"Uno de los problemas más importantes a los que deben seguir enfrentándose las mujeres en Alemania es la falta de respeto, reconocimiento y apreciación del duro trabajo que hacen y son capaces de hacer. Y no solo me estoy refiriendo a las mujeres que ocupan los puestos más altos o las que tratan de llegar a ellos, sino también a las que están criando a los niños que son nuestro futuro, a nuestras nuevas generaciones, o a las que lo hacen todo al mismo tiempo: las madres. Resulta frustrante que todavía tengamos que luchar por la igualdad en estos tiempos. Los (súper) poderes que todas las mujeres albergan en su interior son ilimitados y deberían tratarse y celebrarse como tales. Es nuestro deber Y el deber de nuestra nación crear un entorno en el que todas las niñas dejen de sentir que existen limitaciones con respecto a lo que desean ser y debemos asegurarnos (cueste lo que cueste) de que todas ellas reciben las mismas recompensas que el otro sexo".

— Dominique Booker, fundadora de Positiv / Negativ y portavoz de POC in Germany

"Sigo teniendo la sensación de que, como mujer de color en 2017, uno de nuestros principales problemas es la existencia de estereotipos. Resulta decepcionante ver todo el camino que nos queda por recorrer para demostrar nuestra valía y muchas mujeres de color todavía sienten que su voz no es escuchada. Como país deberíamos hacer el esfuerzo de situar a las mujeres marginadas en el centro de atención y, mientras lo hacemos, deberíamos asegurarnos de eliminar los absurdos estereotipos".

— Olive Duran, organizadora de Black Lives Matter en Berlín

Italia

"Algunas de nosotras tenemos ahora derecho a votar, amar, trabajar, viajar y elegir. No dejaremos de hacer ruido hasta que las mujeres tengan la misma libertad independientemente de su clase, raza, orientación sexual o género".

— Miriam Goi, escritora para la plataforma feminista Soft Revolution Zine, para Prismo. Es fundadora y editora de Collage Mag, una publicación italiana vinculada a Medium.

"Creo en la lucha para crear una cultura y una sociedad que garantice a las mujeres y a todos los géneros la libertad de elegir la vida que quieren y de sentir que su vida es válida".

— Cristiana Bedei, escritora feminista. Su obra se centra en los derechos de las mujeres, los problemas de género, la salud reproductiva femenina y la sexualidad. También es autora de Where Are All the Women?, una plataforma digital sobre desigualdad de género en el mundo del arte.

Publicado originalmente en VICE.com