El nuevo comisario europeo de Interior, Magnus Brunner, se mostró este jueves abierto a la idea de incentivar los retornos voluntarios de ciudadanos sirios, incluso a través de un apoyo financiero.
Aunque la situación de los ciudadanos sirios no estaba en la agenda del Consejo de ministros de Interior celebrado este jueves, algunos Estados miembros abordaron el tema, indicó Brunner en rueda de prensa al término de la reunión.
El comisario europeo opinó que la UE podría centrarse en los retornos voluntarios de los ciudadanos de ese país y respaldó la posibilidad de un apoyo financiero.
Advirtió de que, “de momento, los retornos forzosos no son posibles” y llamó a ser “prudentes”, dado que “es muy pronto” para saber cómo va a evolucionar la situación en el país.
“Es muy importante seguir los consejos y estar en cooperación con la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR)”, dijo Brunner.
Consideró asimismo que la UE puede apoyar a los sirios “animándoles a regresar y dar a Siria un buen futuro y reconstruirla”.
Y se declaró “optimista”, a la vista de la manera en que los sirios han “celebrado” lo ocurrido en su país y lo han considerado algo “positivo”.
En la última semana, diferentes países europeos, como Alemania e Italia, han paralizado el proceso de peticiones de asilo de ciudadanos sirios, mientras la Comisión Europea (CE) dijo este martes que los Estados de la UE son competentes para decidir al respecto y subrayó que todo retorno debe ser “voluntario” y tener lugar en condiciones “seguras y dignas”.
A finales de octubre había más de 100.000 casos pendientes en todo el bloque, según datos oficiales.
El derrumbe del régimen de los Al Assad, que durante medio siglo han dirigido Siria, ha abierto expectativas de un cambio que permita el regreso de sus nacionales, que durante años han escapado y buscado refugio en diferentes países.
Según datos de ACNUR, los desplazados sirios han pedido asilo en más de 130 países, aunque la gran mayoría vive en naciones vecinas dentro de la región: Líbano, Jordania, Irak, Egipto y, sobre todo, Turquía, donde hay unos tres millones de ellos.
La guerra en Siria, desatada por la sangrienta represión de las protestas por parte de Assad en 2011, ayudó a desencadenar una crisis migratoria que llevó a más de un millón de personas a llegar a Europa en 2015.
Viena señaló esta semana su intención de deportar a los refugiados a Siria. Pero Brunner (que es austríaco), dejó claro, tras las conversaciones con los ministros del Interior en Bruselas, que una medida de ese tipo sería prematura.
Las fuerzas rebeldes sirias lideradas por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) han nombrado a un primer ministro interino para dirigir Siria hasta marzo y han prometido instaurar el “estado de derecho”.
Pero como HTS tiene sus raíces en la rama siria de Al Qaeda, la alegría por el derrocamiento de Assad ha estado acompañada de incertidumbre sobre el futuro de este país multiétnico y multiconfesional.
(Con información de EFE y AFP)