La espectacular fuga de un desertor norcoreano que estaba preso en China por varios delitos

Las autoridades chinas ofrecieron una recompensa de 150.000 yuanes (23.300 dólares) por la captura de un convicto norcoreano que escapó de la cárcel de Jilin, en el noreste de China, el lunes por la noche, según un aviso ahora eliminado de la policía de la ciudad.

El fugitivo, identificado como Zhu Xianjian, de 39 años, era un trabajador de una mina de carbón de la provincia norcoreana de Hamgyong del Norte que cruzó ilegalmente al condado de Tumen en Yanbian, una ciudad fronteriza de China en 2013.

Una vez en China, cometió una serie de delitos, incluido apuñalar a una mujer para robar 1.482 yuanes en efectivo (230 dólares) y cheques de depósitos bancarios, según un fallo judicial.

Fue condenado a 11 años y tres meses en 2016, plazo que se redujo en 2017 y nuevamente en 2020 por buena conducta y una muestra de remordimiento. Cuando Zhu escapó, le quedaban menos de dos años de cárcel para cumplir, según documentos judiciales.

En las imágenes de vigilancia publicadas en las redes sociales chinas por la agencia de noticias China News Service y obtenidas por Reuters, Zhu estaba trabajando en el patio de la prisión cuando se subió a la parte superior de un cobertizo en el borde de la cárcel, usó lo que parecía ser una cuerda para dañar la cerca eléctrica que rodea la pared de la prisión, provocando una serie de chispas. Luego se trepó a la cerca para llegar a otra de metal y desaparecer detrás de los altos muros, mientras los prisioneros y los guardias lo miraban.

Otro video de vigilancia muestra a Zhu rodando por el suelo después de saltar desde la valla alta. Se queda quieto un rato antes de levantarse y salir corriendo.

Tras la fuga, la policía ha bloqueado las entradas a las aldeas cercanas y ha realizado una búsqueda casa por casa, según el periodico estatal chino Global Times.

Además ofreció una recompensa de 15.600 dólares por información que ayude a la policía a atrapar a Zhu. El monto podría aumentar a 23.400 dólares por pistas que conduzcan directamente a su arresto. La cifra es casi cinco veces el ingreso anual promedio de los residentes de Jilin y más de nueve veces el de los de las áreas rurales.

El fugitivo mide 160 cm de alto y vestía un uniforme de prisión cuando escapó, decía el aviso.

Según documentos judiciales, Zhu admitió que irrumpió en varias casas del pueblo para robar dinero, teléfonos celulares, zapatillas y ropa después de nadar a través del río desde Corea del Norte hasta una aldea en Tumen.

En la tercera casa, una anciana lo descubrió y gritó pidiendo ayuda, según el documento judicial.

“Una abuela vino a la parte trasera de la casa, me descubrió y gritó. Saqué un cuchillo y la apuñalé por la espalda“, dijo Zhu. “Entonces me di cuenta de que llevaba una cartera. Traté de quitárselo pero no me soltó, así que la apuñalé unas cuantas veces más”.

Tomó el bolso de la mujer, que contenía efectivo y artículos personales como cheques de depósito bancario y tarjetas de identificación personal, según el documento judicial.

La mujer sufrió heridas en los pulmones y sufrió un shock hemorrágico, lo que constituyó una lesión corporal grave, según el documento.

Zhu fue a la estación de tren y se subió a un taxi, que fue detenido por la policía. Zhu todavía tenía el cuchillo con él y fue arrestado, dice el documento.

La fuga de la prisión, algo poco común en China, cautivó a los usuarios chinos de las redes sociales. Un hashtag relacionado en Weibo, la plataforma similar a Twitter de China, atrajo más de 22 millones de visitas, según el Global Times.

Tras el revuelo, la censura del régimen de Xi Jinping eliminó el aviso de recompensa de la cuenta de redes sociales de la policía penitenciaria de Jilin, y algunos hashtags y publicaciones relacionados también se eliminaron de Weibo, incluidas las imágenes de la fuga de Zhu.

Aún así, varios usuarios especularon que Zhu logró escapar porque los guardias no podían salir de la prisión para perseguirlo ya que, debido a la pandemia de Covid-19, las autoridades chinas ordenaron un sistema de servicio cerrado en el que los guardias de la prisión debían permanecer dentro del recinto durante al menos siete días, según declaraciones de las prisiones de las provincias de Guizhou y Guangdong.

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