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El holandés Willem Holleeder, conocido por su participación en el secuestro del dueño de Heineken en 1983, fue condenado este jueves a cadena perpetua por ordenar seis asesinatos entre 2002 y 2006, entre ellos el de su propio cuñado.
Esta condena se aplicó a petición de la Fiscalía, que insistió desde el pasado marzo en exigir esta pena para Holleeder, de 61 años, uno de los criminales más temidos del país, puesto a disposición de la Justicia por sus propias hermanas, testigos protegidos de sus crímenes.
Astrid y Sonja, que se encuentran alojadas en una casa de seguridad, grabaron en secreto las conversaciones de su hermano mientras reconocía estar detrás de los crímenes de los que se le acusa, y ahora denuncian estar amenazadas de muerte por Holleeder y sus colaboradores.
Holleeder rechazó todas las acusaciones durante las decenas de sesiones judiciales que se llevaron a cabo durante los últimos cinco años, mientras que sus abogados solicitaron su absolución por "falta de evidencias", como llamadas telefónicas o restos de ADN.
Sin embargo, la Fiscalía ha logrado construir el caso contra Holleeder a partir de declaraciones de varios testigos que coincidieron en afirmar que había formado una banda criminal, liderada por él, que ordenó asesinatos, secuestros, y participó en el crimen organizado, al menos desde principios de los años 2000.
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Tras una hora de lectura del veredicto, las familias afectadas aplaudieron puestos en pie que el acusado se verá obligado a pasar el resto de su vida en prisión, mientras que el resto del público siguió con atención la sentencia retransmitida por las televisiones y por internet, a iniciativa del tribunal.
Willem Holleeder fue arrestado a finales de 2014 acusado de estar presuntamente involucrado en el asesinato de dos personas, aunque en 2015 las investigaciones demostraron que también dio orden de matar a varios hombres más desde 2003.
En 1983, Cor van Hout (su cuñado y entonces su principal socio) y Holleeder secuestraron al magnate de la cerveza holandés, Freddy Heineken, y pidieron un rescate de unos 16 millones de euros (el equivalente a 35 millones de florines), convirtiéndose así en los criminales más famosos de Holanda. Fueron condenados a once años de prisión por ese hecho.
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Tras cumplir su pena, Holleeder, ya un criminal de alto perfil, volvió a cometer varios delitos, entre ellos varias extorsiones y un asesinato por los que fue condenado en 2007 a nueve años de cárcel. Fue puesto en libertad en 2012 y detenido un año después por los asesinatos por los que se le condenó este jueves.
Con información de EFE
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