La brutalidad que atenaza México desde hace más de una década volvió a mostrarse con toda su crudeza en Tijuana, Baja California (al norte del país). Dos niños, de 3 y 8 años, fueron asesinados a principios de 2020 en la colonia Aguaje de la Tuna.
Este viernes, la Fiscalía General del Estado informó sobre la captura de dos presuntos participantes del crimen. Se trata de Valente “N” alias el “Vale” y Jack “N” alias el “Pollo” presuntos miembros del Cártel de Sinaloa, quienes, en complicidad con cuatros sujetos más, privaron de la libertad y luego quitaron la vida a los menores, como represalia por una deuda de narcomenudeo con el padre de los niños.
De acuerdo con los análisis forenses, la causa de muerte de las víctimas fue por quemaduras en las vías aéreas superiores y contusiones craneoencefálicas.
En la investigación se establece que los homicidas privaron de la vida a los menores en un domicilio ubicado sobre la calle Diente de León de la colonia Villegas, de ahí se llevaron los cuerpos y los calcinaron en la calle Guillermo Prieto del Aguaje de la Tuna, delegación Sánchez Taboada, para luego huir.
Derivado de las investigaciones realizadas por elementos de la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Vida a través de la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación, se estableció la presunta responsabilidad de Valente “N” y Jack “N” en los hechos, por lo que fueron detenidos por el delito de homicidio calificado.
La Fiscalía General del Estado continúa con la investigación y labores de inteligencia a fin de capturar al resto de los responsables, quienes ya están plenamente identificados.
Baja California vive ahora mismo la irrupción del Cártel de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
La guerra entre las organizaciones criminales por el control de la plaza ha estallado, según el semanario local Zeta Tijuana, en 2019. Ese año, Los Salazar —vinculados al Cártel de Sinaloa— decidieron ingresar “sin permiso” a Mexicali, capital de Baja California, para asesinar a los narcos que huían de Sonora, donde actualmente se asientan. Para 2020, la célula dirigida por Crispín Salazar Zamorano, ya se encontraba instalada en la zona suburbana de esta ciudad.
A partir de ese momento las cifras de homicidio en Baja California se dispararon. Tan sólo el año pasado, el estado acumuló 2,938 carpetas de muertes violentas, y en los primeros 28 días de enero de 2021 contabilizó 246 homicidios.
En la primera fase del plan de invasión aparece otro nombre: Néstor Ernesto Pérez Salas, el “Niní”, jefe de pistoleros de Los Chapitos — conocido también por comenzar una guerra con el “Mayo” Zambada—. La avanzada del “Niní” consistió en la instalación de “cabezas de playa”.
En noviembre pasado, en la zona urbana de Mexicali 12 presuntos sicarios fueron detenidos por elementos de la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación (GESI). Según un reporte de la Fiscalía General de Justicia del estado, se trataba de sujetos reclutados por el Cártel de Sinaloa del centro de rehabilitación Jóvenes de Mazatlán, una Oportunidad de Vida, AC, a quienes les fueron prometidos 2,000 pesos semanales.
Los imputados fueron vinculados al asesinato de José Luis Marmolejo, Abraham Guadalupe Martínez y Ramón Omar Peralta, todos identificados como narcomenudistas bajo el ala de Felipe Eduardo Barajas Lozano, el “Omega”, hombre de confianza de Jesús Alexander Sánchez Félix, el “Ruso”.
Pérez Salas, alias el “Nini” y el “Ruso”, operador de Ismael el “Mayo” Zambada, mantienen una disputa en la zona norte de la ciudad de Culiacán, Sinaloa, batalla que habrían arrastrado hasta Baja California.
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