El corrupto funcionario mexicano que dio el impulso inicial a la carrera de Luis Miguel

Su casa, al sur de la Ciudad de México, era conocida como "El Partenón de Tlalpan", por tener una fachada que simulaba al famoso templo griego. A principios de los ochenta, el valor de la estructura estaba calculado en 1.675 millones de pesos (USD 34,9 millones al tipo de cambio actual).

La fastuosa residencia tenía caballeriza, galgódromo, ruedo, canchas de tenis, casa de tiro, invernadero, casa de juegos, cobertizo para exposiciones de autos, dos lagos y una discoteca que era una réplica de Estudio 54.

Se trata de Arturo Durazo Moreno, apodado "El Negro Durazo", uno de los personajes más famosos en la historia de la política mexicana por sus excesos como jefe de la Dirección General de Policía y Tránsito de la capital del país entre 1976 y 1982, al que llegó gracias a su amistad con el presidente José López Portillo, misma que también le permitió convertirse en general por decreto y no por tener carrera militar.

Su fama está ligada a casos de corrupción, homicidios y abusos policíacos. Uno de los más recordados es cuando durante su gestión aparecieron 12 cuerpos con huellas de tortura, tirados en un colector.

A sus amigos cercanos les regalaba centenarios con la leyenda "Del General Arturo Durazo".

También era famoso porque usaba a los policías a su mando albañiles y meseros en sus fiestas.

"Era un verdadero gandalla (aprovechado) siempre de muy bajo nivel económico y nula formación intelectual. Tenía fama de golpeador, pero ni siquiera a pistolero llegaba. Cuando lo conocí le servía de guardaespaldas a uno de los más grandes hampones que se han dado en México… Durazo siempre quiso esconder su incierto origen, por lo que jamás mencionaba el lugar de su nacimiento ni su ascendencia familiar; nunca vivió con su familia ni se le conocieron parientes cercanos", escribió en el libro Lo Negro del Negro, escrito por su jefe de ayundantes, José González.

"El Negro" y "El Sol"

Durazo Moreno falleció en el año 2000, a los 76 años de edad, pero su nombre ha regresado a los titulares gracias a que la serie de TV sobre el cantante Luis Miguel confirma lo que durante muchos años fue un secreto a voces: la ayuda del político en los inicios de su carrera y la relación que mantuvo con su madre Marcela Basteri, con el consentimiento de Luis Rey, el padre.

El actor cubano mexicano Andrés García, quien fue uno de los primeros amigos del papá de Luis Miguel en México, ha señalado para distintos programas de espectáculos que fue él quien presentó a Luis Rey con Durazo.

Un día en casa del actor, mientras los tres estaban reunidos, llegó Luis Miguel y cantó para "El General". "Se quedó blanco, no podía hablar, dijo 'qué bárbaro, hay que impulsar a este niño'", recordó García en una entrevista para Radio Fórmula.

Durazo ayudó para que el niño cantará en la boda de Paulina, una de las hijas del presidente López Portillo, el 29 de mayo de 1981.

Después del éxito que tuvo en la boda, consiguió que el niño se presentara en "Siempre en Domingo", de la cadena Televisa, que durante varias décadas fue el programa de variedades más importante del país.

Durazo era cercano a López Portillo desde la infancia, pero el lazo y su influencia se hicieron más fuertes a la mitad del sexenio gracias a su papel para frustrar el secuestro de la hermana del presidente: Margarita López Portillo. De este hecho se originó su nombramiento como "Doctor Honoris Causa" por el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.

El actor mexicano Roberto Palazuelos, amigo de la infancia de Luis Miguel, ha señalado que cuando eran niños, Durazo les regalaba ametralladoras, les enseñaba a disparar y les regalaba billetes de USD 50 y 100.

Durazo y la relación con Marcela Basteri

Mario Gallego, tío de Luis Miguel, aseguró en distintas ocasiones que había sido Durazo quien financió el lanzamiento del primer disco del cantante, a cambio de "favores sexuales" de su madre.

"La relación con Luisito Rey es muy clara y por eso es que la presenta a su esposa y tienen relaciones. Efectivamente en varias acciones era muy visto cómo Durazo la jalaba, la tenía y la llevaba Luisito Rey", dijo en mayo a TV Azteca Miguel Aldana, ex director de Interpol México y un amigo cercano del funcionario.

Aseguró que en más de una ocasión, Luis Rey llevó a su esposa hasta el lugar de trabajo de Durazo, pero era sólo ella quien entraba al despacho y duraban horas encerrados. "Al principio ella no estaba de acuerdo, pero ya después aceptaba, tenía el temor de Luisito Rey que la llevaba y el temor a Durazo, que la jalaba".

Aseguró que de esta forma Luis Rey le pagaba la droga que le mandaba y el dinero que le prestaba.

Parte de este pago era también llevar a Luis Miguel a cantar a sus fiestas en las que corría la droga "de repente su papá se iba con sus cuates y lo dejaba solo (al niño) y veía todos los movimientos, por eso era que él se daba cuenta de todos los movimientos de Durazo".

Aldana negó que esas fiestas fueran orgías, como se ha comentado, pero sí corría droga, de repente la gente se desaparecía "y se iba a los cuartos".

De acuerdo con su testimonio, la madre de Luis Miguel asistió también a algunas de esas fiestas, de ahí la versión de que Marcela Basteri habría muerto de una sobredosis en una de las casas de Durazo.

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