No hace falta que sean contaminadores ex profeso: los hombres se preocupan menos que las mujeres por cuestiones como el embalaje excesivo, las emisiones de carbono o el impacto ambiental del plástico y, desde luego, poco les interesa del movimiento basura cero o la sustentabilidad en general. Según un estudio del Journal of Consumer Research, eso se debe a que la gente en general percibe que las conductas pro-ecología como femeninas.
Aaron Brough, uno de los investigadores que realizó el trabajo, dijo a The Guardian: "Tanto hombres como mujeres juzgan a una persona que tiene una actitud eco-friendly como más femenina, e incluso se ven a sí mismos como más femeninos cuando recuerdan haber realizado acciones pro-ecología". Hasta tal punto el género impacta en las conductas vinculadas al reciclaje que se venden bolsas de lona con la leyenda "Uso esta bolsa porque a mi esposa le importa el medioambiente".
Como consecuencia de esa percepción, los hombres eligen, de manera inconsciente, realizar menos acciones buenas para el medioambiente, como reciclar, para proteger su masculinidad.
"Esta elección tiene consecuencias funestas", advirtió Madeline Somerville, columnista del periódico británico. "Hemos llegado a un nivel de catástrofe ambiental tan grave que algunos expertos advierten que nos acercamos rápidamente a un punto sin retorno".
Brough le dijo a la autora del artículo, quien también escribió el libro All You Need Is Less (Todo lo que necesitas es menos), que tanto los hombres como las mujeres son "susceptibles a las señales que amenazan sus vulnerabilidades". Su investigación no detectó que los hombres "desearan resultados ambientales negativos", sino que simplemente querían ser considerados masculinos.
Brough describió cómo se realizó el estudio: "Le pedimos a un grupo de hombres que imaginasen que sus colegas les regalaban una tarjeta-vale con un diseño floral y una nota que dijera: 'Pensamos que esta tarjeta era perfecta para ti'. A otro grupo de hombres se les mostró una tarjeta de regalo de género neutro. Entonces les preguntamos qué productos se comprarían con ellas".
Los hombres del primer grupo tendían menos a elegir las opciones buenas para el medioambiente de los productos entre los que podían elegir, como lámparas o baterías, que los del segundo grupo. Como si digerir que una tarjeta floral, percibida como femenina, era perfecta para ellos los llevara a no elegir otra opción percibida como femenina como, por ejemplo, baterías recargables.
En la segunda parte del estudio Brough y sus colegas pidieron a los hombres que dieran una muestra de su escritura. Aquellos hombres que se les dijo que habían resultado "fuera de serie" en masculinidad, tendieron a elegir más opciones pro-ecología que los demás.
"Una serie de siete estudios comprobó que los conceptos de medioambiente y feminidad estaban unidos en el plano cognitivo, y que, por consiguiente, los consumidores que adoptan conductas verdes son, a los ojos de otros, estereotipados como más femeninos, e incluso se perciben a sí mismos como más femeninos", resumió el estudio. "Debido al estereotipo verde-femenino, el mantenimiento de la identidad de género puede influir la probabilidad de que un hombre adopte conductas pro-ecología".
Somerville recordó que, aunque reciclan más, las mujeres también son responsables por apoyar casi solas la industria de la belleza, de USD 445.000 millones anuales, y la de la moda, de USD 2,4 billones anuales, que "crean una cantidad asombrosa de desecho y destrucción ambiental". Y el motivo subyacente es el mismo: "Mejorar y mostrar la propia identidad femenina de género".
Otros estudios asociaron la voluntad de reciclar a la empatía: cuanta más empatía puede sentir, más recicla una persona. "La imagen que comienza a emerger de estos estudios combinados no es la de hombres que simplemente son muy irreflexivos o irresponsables", escribió la columnista. "Es la de hombres que actúan exactamente como se esperaría que actuase una persona a la que se ha criado en una cultura empecinada en quitarle despiadadamente hasta la última fibra de compasión e instinto cooperativo".
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