
Nadie sabe qué sucederá con lo que resta de la temporada de tenis. Hace algunos días, el presidente de la Asociación de Tenistas Profesionales, el italiano Andrea Gaudenzi, anunció que la ATP analiza suspender la actividad hasta 2021 si continúa el avance de la pandemia de coronavirus en el mundo.
Hace casi dos semanas se confirmó la cancelación de uno de los torneos más importantes en el planeta tenis: la edición 134 de Wimbledon pasará para el año próximo. Ese mismo día, ambos circuitos profesionales -ATP y WTA- extendieron la pausa de la actividad, al menos, hasta el próximo 13 de julio por la crisis sanitaria.
En este marco, los tenistas, dependiendo las medidas que se adoptaron en sus países de residencia, intentan entrenarse en sus casas para mantenerse activos a la espera de una resolución de parte de las autoridades. Así es el caso una de las figuras del tenis en Alemania, Philipp Kohlschreiber, que se mantiene aislado en su casa junto a su esposa, pero que al mismo tiempo está sufriendo ante la posibilidad de que la crisis de coronavirus lo obligue a terminar con su carrera deportiva.
“Nuestra profesión como tenistas se ve brutalmente golpeada por esta crisis debido a que viajamos mucho a otros países. Esta crisis cambiará todo el deporte”, analizó Kohlschreiber en diálogo con el diario alemán Augsburger Allgemeine.

A pesar que desde la semana pasada podría entrenarse en instalaciones acordes a su preparación por las medidas que anunció la Canciller alemana, Angela Merkel, Kohlschreiber prefirió mantenerse aislado en su domicilio. “Paseo un poco con el perro. Cuando la cosa se vuelva algo más concreta, es decir que se concrete si se podrá continuar dentro de tres meses y medio, hablaré con mi entrenador y preparador físico sobre los planes de entrenamiento”, explicó el tenista de 36 años, ganador de ocho títulos del circuito ATP.
Hasta que se anunció la cancelación parcial de la temporada por el avance de la pandemia, Kohlschreiber se ubicaba en el puesto número 74 del ranking mundial, en el que llegó a estar decimoquinta colocación en 2012, su mejor posición histórica.
“Por supuesto que no quiero terminar mi carrera así, en medio de esta crisis. Quiero volver a la pista de tenis”, confirmó el tenis germano que ganó su último título hace tres años, en 2017, cuando venció al portugués João Sousa en la definición del torneo de Kitzbühel, que se disputa en Austria en una superficie de polvo de ladrillo.
Más allá del confinamiento, que no puede entrenarse como desearía, Kohlschreiber se las ingenia para pasar tiempo en familia, una situación extraña por su rutina en el circuito de tenis profesional. “Claro que hay limitaciones, y los efectos del virus son realmente tremendos, pero en lo personal disfruto de poder compartir el día a día con mi esposa, algo que no tenía hasta ahora”, concluyó.
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