‘La naranja prohibida’: el documental que revive la odisea para presentar la icónica película de Stanley Kubrick en la España del régimen franquista

Una cinta narrada por el mismo Malcolm Mcdowell, dirigida por Pedro González Bermúdez y con la participación de Vicente Molina Foix. Fue uno de los atractivos en la decimosexta edición del Festival Internacional de Cine de Villa de Leyva en Colombia

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'La naranja prohibida', el documental que revive la odisea para presentar la icónica película de Stanley Kubrick en la España del régimen franquista. (Diseño: Jesús Avilés/Infobae).
'La naranja prohibida', el documental que revive la odisea para presentar la icónica película de Stanley Kubrick en la España del régimen franquista. (Diseño: Jesús Avilés/Infobae).

No es un secreto para nadie que la película generó incomodidad en el momento de su estreno. En muchos lugares se dijo que su contenido era escandaloso e inmoral. Comenzó a prohibirse, pero al tiempo fue seguida de cerca con mayor intensidad. Quienes trabajaron en ella sabían que habían hecho algo distinto, que no por distinto tenía que ser necesariamente aceptado, o bien visto, pero tenían claro que aquello era algo realmente bueno.

La que es, probablemente, la obra más disruptiva e icónica del cineasta Stanley Kubrick, se estrenó por primera vez en Reino Unido el 13 de enero de 1972. El público y la crítica reaccionaron todos de manera desigual. Sabían que estaban ante algo grande, pero no conseguían entender qué.

La cinta, protagonizada por Malcolm Mcdowell, un joven actor británico, y basada en la novela escrita por Anthony Burgess, se convirtió en uno de los grandes clásicos de culto de la época moderna para todos los fanáticos del cine. El impacto de ‘La naranja mecánica’ fue masivo. Rápidamente, todo el mundo quería verla, pero no todos lo conseguirían, pero pronto empezarían los problemas.

En algunos países de Europa y Latinoamérica, la película se prohibió debido a sus escenas cargadas de violencia y las situaciones demasiado explícitas para las “buenas mentes” de la gente. Uno de estos países fue España y el que la prohibió no fue otra persona distinta al generalísimo Francisco Franco.

Los cinéfilos tuvieron que esperar cerca de cinco años para poder verla. Primero se presentó en el Festival de Cine de Valladolid, luego de superar varios obstáculos, y después en otras ciudades del país, pero su llegada se resistió hasta el último momento, incluso por decisión del mismo Kubrick, quien alcanzó a negarse a que la cinta se proyectara en Valladolid por falta de calidades técnicas en la sala de proyección escogida. Finalmente se consiguió que la gente viera el aclamado filme, la noche del 23 de abril de 1975.

Sobre esa primera vez en la ciudad al noroeste de la península ibérica trata ‘La naranja prohibida’, el documental dirigido por el madrileño Pedro González Bermúdez.

La cinta, de 78 minutos de duración, se produjo en 2021 y contó con la participación del escritor y crítico de cine, Vicente Molina Foix, quien además fue el encargado, años más tarde, de traducir y adaptar la película de Kubrick a la versión española; el también escritor Gustavo Martín Garzo, y otros nombres como Fernando Herrero y Carmelo Romero, quien presidía la dirección del Festival de Cine de Valladolid en su momento, entre otros. Además, cuenta con la narración del propio Mcdowell, lo que le da un toque magnífico al documental.

González Bermúdez se propone en esta pieza, a través de las voces y testimonios de quienes los vivieron, llevar al espectador a revivir y reflexionar sobre los hechos acontecidos en aquellos días de hace más de cincuenta años, alrededor del primer estreno público de ‘La naranja mecánica’ en tierras españolas, y lo hace adentrándose en la realidad de la época y las condiciones en las que operaba la organización que se hizo cargo de llevar la película a España.

Recuerda los años en que todo estaba en contra de quienes querían ver la película, a merced del gobierno, y el impacto social posterior que supuso la proyección en los españoles. Del mismo modo, en el documental se comparten anécdotas inéditas del rodaje junto Stanley Kubrick y la manera en que poco a poco se le fue dando forma al personaje de Alex DeLarge; también se habla de lo que tenía de especial trabajar de la mano del neoyorkino, uno de los cineastas más importantes y distintos de la historia, y lo que tenía por decir respecto al séptimo arte, como bien se escucha en algunos pasajes de la entrevista grabada que se reproduce en la cinta, en la que Molina Foix le hace preguntas a Kubrick sobre sus concepciones e inquietudes.

El hilo conductor permite que quien está del otro lado de la pantalla se sienta acogido en todo momento y la manera en que un relato se encadena con el otro y al final termina en la proyección de una imagen, o la aparición de un nuevo título, o un apartado en negritas, consigue que el espectador se encuentre realmente a gusto, pues fluye todo, sin necesidad de un narrador que esté presente al cien por ciento.

Finalizando, el director se cuestiona sobre si una película como La naranja mecánica podría ser hecha en nuestros días. La responden diferentes entrevistados y todos llegan a la conclusión de que no lo sería, pero lo cierto es que tanto no ha cambiado la sociedad, así que bien podría pensarse en una producción de tal magnitud, pero solo podría ser hecha por alguien como Stanley Kubrick, y no hay más que un Stanley Kubrick.

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