Extorsionistas siguen amenazando a conductores en Barranquilla a pesar de los esfuerzos de las autoridades

Las víctimas aseguran que no hay claridad sobre los casos y están nerviosos porque temen ser baleados en medio de sus actividades laborales

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Un nuevo día y una nueva llamada extorsiva. Esa es la cotidianidad de los conductores de transporte público de Barranquilla que están siendo amenazados por los Rastrojos Costeños.

Las víctimas aseguran que no hay claridad sobre los casos y están nerviosos porque temen ser baleados en medio de sus actividades laborales. Desde la Asociación de Transportadores de Buses Colectivos del Área Metropolitana (Asotranscol) Denuncian que han cambiado el número de celular y aun así los delincuentes consiguen los números y los llaman.

“Es un hecho evidente es que persisten las amenazas sobre los directivos del transporte, de buses y de empresas. A los pequeños transportadores los siguen llamando, y siguen pidiéndoles grandes sumas de dinero. Eso es una cosa cotidiana. Ese es nuestro pan de cada día. Los gerentes cambian los números, pero el delincuente consigue los teléfonos que cambian los gerentes”, dijo Francisco Pupo, presidente de Asotranscol, al portal Zona Cero.

El líder gremial asegura que hay una “infraestructura” que está haciendo actividades de “inteligencia” contundentes que les permiten conocer todos sus movimientos, por eso los intimidan con facilidad. Señalan que desde el sábado volvieron a recibir llamadas extorsivas.

Estas son ordenadas por Ober Ricardo Martínez Gutiérrez, alias Negro Ober, cabecilla de los Rastrojos Costeños, y por alias Tommy Masacre y alias Cachetes. Hay que resaltar que los tres delinquen desde la cárcel. A pesar de ser trasladados a “celdas frías”, han logrado burlar la ley.

Así las cosas, asegura que las acciones que ha venido implementando la Policía Metropolitana de Barranquilla (Mebar) no han funcionado.

Hay que recordar que desde hace dos semanas la Alcaldía de Barranquilla y el Ministerio de Defensa (MinDefensa) anunciaron que la Policía y el Ejército acompañarían a los conductores. Son 1.000 agentes de policía los que salen junto a unos 220 militares a patrullar 51 puntos priorizados. Además, se asignó un uniformado a cada empresa de transporte para que los “apadrine”.

Se habló de que un policía vaya a borde de cada bus, pero esto es matemáticamente imposible. Por lo anterior, se están evaluando medidas adicionales de protección como chalecos antibalas y un seguro de vida para los conductores.

La medida funcionó unos días, pero las intimidaciones continuaron. Incluso, ayer (16 de agosto) se volvió a reportar un atentado contra otro conductor de transporte público en Barranquilla. El hecho ocurrió alrededor de las 4:30 a. m., cuando la víctima, vinculada a la empresa Coolitoral, a penas estaba empezando a hacer el primer recorrido de su jornada.

Los conductores de Coolitoral estaban sacando los buses de la nevada, ubicada en la carrera 54 con calle 12. El hombre empezaba a recorrer la calle cuando hombres armados lo empezaron a perseguir en una moto y le dispararon.

“Se le pegaron unos muchachos en una moto, le intentaron abrir la ventanilla, y sacaron un arma y él aceleró. Le hicieron tres disparos”, afirmó otro conductor que fue testigo del hecho.

La víctima logró adelantarse a los criminales y por eso las balas no lo impactaron.

En esta oportunidad, la Policía Metropolitana de Barranquilla (Mebar) asegura que no se trata de un caso de extorsión, sino un intento de hurto. Sin embargo, los conductores argumentan que eso no tiene sentido, pues el conductor apenas estaba saliendo a hacer su recorrido y no tenía mucho dinero.

Pupo sostiene que “hay mucho nerviosismo dentro de la comunidad transportadora” y por esto algunos están convocando a un nuevo paro. Incluso, hay quienes están renunciando a sus puestos.

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