Excentricidades, lujos y curiosidades de la Casa de Nariño, la nueva morada de Gustavo Petro

En el palacio presidencial, anteriormente llamado el Palacio de la Carrera, vivió el matrimonio Nariño-Álvarez hasta el deceso de don Vicente Nariño; allí nació Antonio Nariño

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En esta casa vivió el matrimonio Nariño-Álvarez hasta el deceso de don Vicente Nariño, y aquí nació Antonio Nariño y Álvarez el 9 de abril de 1765 y pasó su primera juventud. Al morir don Vicente heredaron la casa su esposa e hijos, según testamento de 1778.
En esta casa vivió el matrimonio Nariño-Álvarez hasta el deceso de don Vicente Nariño, y aquí nació Antonio Nariño y Álvarez el 9 de abril de 1765 y pasó su primera juventud. Al morir don Vicente heredaron la casa su esposa e hijos, según testamento de 1778.

La casa presidencial anteriormente llamado el Palacio de la Carrera, también recibe el nombre de Casa de Nariño en homenaje a Antonio Nariño, el traductor de los derechos del hombre, quien fue su antiguo morador. Fue inaugurada el 20 de julio de 1908 por el General Rafael Reyes y construido en los predios de la casa natal de Antonio Nariño. El diseño estuvo a cargo de los arquitectos Gastón Lelarge y Julián Lombana.

En 1979 fue reinaugurado después de anexarle nuevas construcciones. El palacio alberga obras de arte y mobiliario de diferentes épocas de la historia colombiana.

De acuerdo con el texto escrito por Roberto Velandia de la Academia Colombiana de Historia en esta casa vivió el matrimonio Nariño-Álvarez hasta el deceso de don Vicente Nariño, y en este lugar nació Antonio Nariño y Álvarez el 9 de abril de 1765 y pasó su primera juventud. Al morir don Vicente heredaron la casa su esposa e hijos, según testamento de 1778.

Según cita el historiador en virtud de la autorización dada por Ley 85 de 23 de octubre de 1885, y dado “que la República no posee en propiedad en esta ciudad una casa adecuada para residencia presidencial”, se “obtendrá para la República una casa que reunirá las condiciones requeridas para Palacio Presidencial”.

Conforme con el historiador Eduardo Posada, la casa se compró por mandato del Presidente Rafael Núñez, quien vivió en ella después de la guerra civil de 1885, seguido de los presidentes encargados general Eliseo Payán en 1887 y 1888 y el General Carlos Holguín en 1892.

Como la antigua casa no tenía más mérito que el de haber sido cuna del Precursor y la importancia práctica de estar situada cerca al Capitolio, bajo la administración del general Rafael Reyes, 1904, fue demolida en su mayor parte y reemplazada por otra de dos pisos, con fachada de piedra, un gran salón y más amplías dependencias. En las postrimerías de su gobierno, 1908, el general Reyes trasladó allí la sede presidencial, que desde 1828 regularmente estaba en el Palacio de San Carlos”, relata Roberto Velandia, en un texto citado por la Presidencia de la República.

Los presidentes Conservadores que vivieron la Casa de Nariño

Esta fue la sede del gobierno de los presidentes Rafael Reyes de 1908 a 1909 y los vicepresidentes encargados Euclides de Angulo y Jorge Holguín hasta 1910, y luego de los titulares, general Ramón González Valencia, Carlos E. Restrepo, José Vicente Concha, Marco Fidel Suárez, Jorge Holguín, Pedro Nel Ospina y Miguel Abadía Méndez, Mariano Ospina Pérez, Laureano Gómez y el designado Roberto Urdaneta Arbeláez, conservadores.

Los presidentes liberales que vivieron la Casa de Nariño

A partir del 7 de agosto de 1930 de los presidentes Enrique Olaya Herrera, Alfonso López Pumarejo, Eduardo Santos, por segunda vez López Pumarejo y sus en cargados Carlos Lozano y Lozano y Darío Echandía, y de Alberto Lleras Camargo, en el período liberal que terminó en 1946.

Salón Amarillo

Hernández de Alba describe en el segundo piso del Palacio de Nariño el famoso Salón Amarillo, donde tenían lugar las recepciones oficiales, “...amoblado con fino gusto francés de la época de Luís XV (...), este salón ocupa toda la extensión de la fachada principal, Sobre el vestíbulo principal desarróllanse en dos alas las demás estancias; se suceden a la derecha tres recibos”, describe el historiador Hernández de Alba.

El Salón Amarillo está amoblado con fino gusto francés de la época de Luís XV. (Foto: Presidencia de la República / César Carrión)
El Salón Amarillo está amoblado con fino gusto francés de la época de Luís XV. (Foto: Presidencia de la República / César Carrión)
“Sigue al Salón Amarillo un pequeño y precioso oratorio colonial, decorado de rojo y oro. A uno y otro lado de las puertas principales del salón se admiran dos bustos en mármol del Libertador y del General Santander, obra eximia el primero del escultor Tenerani”, complementa Hernández de Alba.

En 1972, bajo el mandato presidencial de Misael Pastrana Borrero, se amplió la construcción dejando el cuerpo frontal sobre la carrera 7a, que conserva su anterior forma, y donde está el Salón Amarillo. La obra fue adelantada en su casi totalidad durante el gobierno de Alfonso López Michelsen y terminada bajo en la presidencia de Julio César Turbay Ayala.

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