Posición del gobierno de Álvaro Uribe de negar el conflicto armado fue un obstáculo para la protección de los exiliados, aseguró la Comisión de la Verdad

En el más reciente capítulo de la Comisión se refiere a las víctimas que tuvieron que abandonar el país, un millón, mucho más de lo que se habia calculado hasta el momento

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Tomado del informe de la Comisión de la Verdad. Al menos un millón de colombianos salieron del país a causa de la guerra.
Tomado del informe de la Comisión de la Verdad. Al menos un millón de colombianos salieron del país a causa de la guerra.

El capítulo “La Colombia fuera de Colombia”, el más reciente apartado del informe publicado por la Comisión de la Verdad, donde se está relatando lo que pasó durante el conflicto armado en el país, dio unos relevantes detalles sobre como al menos un millón de personas tuvieron que exiliarse por la guerra. Pero, acusa al gobierno de Álvaro Uribe Vélez de invisibilizar no solo la situación bélica, sino también a las víctimas.

Fueron en total 2.080 testimonios donde los colombianos cuentan sus historias sobre sus salidas del país por culpa del conflicto armado, este quinto volumen, Exilio, estuvo a cargo de Carlos Berinstain, quien recibió a personas que actualmente residen en al menos 24 países, donde expresaron sus secuelas físicas, mentales y emocionales que les dejó el exilio del que fueron víctimas.

La Comisión encontró que, en los registros oficiales del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, entre 1980 y 2020, más de un millón de colombianos salieron del país, solicitando protección internacional, que sería al menos, el doble de las cifras que hasta el momento eran las que oficialmente se contenían. Es por esto que se preocupan por la posibilidad de existir un subregistro de estos datos, dificultando el proceso de identificación e individualización de cada una de estas víctimas.

Esta cifra:

“son la punta visible de un iceberg, porque las crisis han sobrevivido al paso del tiempo, han mutado, han decaído y otras han reaparecido. Hay que tener en cuenta que los datos de Acnur dependen de las políticas de registro de los diferentes países, y que estas siguen distintos criterios”, es uno de los apartes del capítulo, donde se asegura que el exilio en el país se presenta desde las décadas del 50 y 60, durante el marco del denominado Frente Nacional.

Agregan, que fue aún más difícil la recopilación de los datos y la situación de las víctimas, por la invisibilización que sufrieron durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez: “La negación del conflicto armado en los gobiernos entre 2002 y 2010 fue un obstáculo para la protección internacional de las víctimas”.

Dentro de los casos que más llamaron la atención, que se abordó con detenimiento, fue el del secuestro y asesinato de la directora nacional de acción comunal y asuntos indígenas, ANUC, Gloria Lara Perdomo de Echeverri en 1982, caso que sigue en la impunidad, pero, que se le atribuye a la Organización Revolucionara del Pueblo, ORP.

Tomado del informe de la Comisión de la Verdad.
Tomado del informe de la Comisión de la Verdad.

Otros de los casos contenidos son las persecuciones realizadas por miembros del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, a personas exiliadas en Europa en el año 2003 y el 2006; los desplazados de la famosa Hacienda Bellacruz, en el departamento del Cesar, los campesinos exiliados del norte de Urabá, entre muchos otros.

“Algunas víctimas tuvieron que partir de un día para otro; otras pasaron meses o años evaluando sus posibilidades, cavilando entre seguir su vida en Colombia o salir del país para minimizar el peligro y encontrar tranquilidad. En algunos casos, la emergencia de la salida llevó a cruzar la primera frontera que se podía y después buscar otros rumbos. Las condiciones económicas, las posibilidades de apoyo, los contactos con instituciones y organizaciones de acogida o el deseo de seguir cerca –por si acaso– marcan las rutas del exilio. También están quienes hicieron gestiones con embajadas y tuvieron que pasar varias entrevistas antes de poder salir y, mientras tanto, vivieron a la espera de soluciones, lejos de sus familias, muchas veces ocultándose en casas ajenas, y quienes recibieron ayuda de un programa de protección, de organizaciones de derechos humanos o de algún gobierno extranjero”, este es uno de los breves apartados del capítulo que contiene unas 428 páginas.

La Comisión señala que el exilio es una muestra del fracaso de las instituciones del Estado, ya que estas no fueron capaces de brindarle protección a las víctimas, además, que esta instancia llega luego de ser uno de los tantos desplazados internos, que es un dilema de nunca acabar, pues en la mayoría de los casos se añora con poder volver al territorio.

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