Por falta de pago, contratistas de un colegio en Charalá (Santander) desmontaron hasta las ventanas y dejaron la obra a medias

El contrato fue adjudicado hace cinco años por el Ministerio de Educación y está avaluado en 3.000 millones de pesos, pero a la fecha, la empresa que lo ganó no ha respondido por el pago de los trabajadores desde hace varios meses

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Puertas, ventanas, el techo y hasta los tornillos de las estructuras metálicas que conformaban el Colegio José Antonio Galán, en Charalá, Santander, fueron retirados este 10 de agosto por los mismos contratistas del proyecto. Los trabajadores aseguran que recurrieron a esta acción como forma de protesta, pues la empresa GMP Ingenieros SAS., a la que se le adjudicó este contrato, no les ha respondido por sus salarios desde hace varios meses.

Las denuncias de los afectados aseguran que la deuda es cercana a los 100 millones de pesos. En este valor están incluidos los salarios de los trabajadores y elementos de la estructura.

“Le pedimos al responsable de esta obra que nos colabore, nos hizo trabajar y qué hizo el dinero. Que nos ponga la cara y nos pague, somos muchos contratistas afectados por la empresa GMP. Me deben más de $100 millones y no he recibido ni aviso de cuándo van a cancelar, y ahora no aparecen. Entonces tomamos la decisión de desmontar todo lo que habíamos hecho, porque no nos dan solución”, explicó Fernando Muñoz, quien está a cargo de los contratistas.

Según Muñoz, los contratistas siguieron trabajando a pesar de los problemas financieros pues GMP se comprometió a pagar su deuda una vez finalizaran la obra, pero ahora ni siquiera responden las llamadas ni los mensajes.

La situación tiene preocupadas a las autoridades locales y a los docentes y padres de familia del colegio porque denuncian que este proyecto ya lleva más de cinco años andando y nada que finaliza. Se pretendía que con la intervención se unificara la sección donde funcionaba primaria y secundaria, y los trabajos estuvieron cerca de concluirse, pero con este problema ahora el retraso es mayor.

“En calidad de represente legal del colegio me siento bastante preocupado ante lo que uno puede observar. Una obra que estaba a punto de ser entregada para el servicio de la niñez y se empieza a desmoronar. Prácticamente estaba pendiente por colocar unos vidrios y hacer acabados. Y hoy encuentro que toda la parte de carpintería metalizada ha sido retirada, hasta el techo de PVC”, señaló Mario Durán, rector del Colegio José Antonio Galán.

El funcionario agregó que no tiene autoridad para evitar el desmontaje de la obra y lo único que puede hacer por ahora es notificar la situación. En este orden de ideas, la Alcaldía y la Personería de Charalá ya están enteradas y aseguraron que están trabajando por solucionar el problema.

En cuanto al grupo de contratistas, ellos manifestaron que están dispuestos a volver a instalar lo que desmontaron este martes siempre y cuando primero les paguen.

“Si nos pagan, nosotros volvemos a hacer el montaje, pero necesitamos que nos paguen porque nosotros somos los que sacamos los préstamos para cancelarle a los obreros y muchos estamos en quiebra”, agregó Muñoz.

Pero volver a montar la obra no es la única preocupación que hay alrededor del proyecto. La ciudadanía pidió que los organismos de control estatales se ocupen del tema porque habría un mal manejo de recursos públicos. Es de mencionar que la obra fue contratada por el mismo Ministerio de Educación Nacional (MEN), a través del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE), y habría costado 3.000 millones de pesos.

“Me dicen que están en mesas de trabajo para evaluar lo que sucede, y hacer el proceso de liquidación y las exigencias al contratista que ha fallado y que no responde ni da solución a este problema. Dicen que esta es una obra pequeña con una inversión de $3.000 millones, pero ya vamos para cinco años de estar esperándola”, concluyó el rector Duran.

Mientras que logra averiguar qué pasó con los recursos, se soluciona el problema y se vuelve a montar la obra, los único perjudicados son los estudiantes del colegio. Los menores de edad no pueden volver a la alternancia educativa y su proceso de aprendizaje presencial se sigue postergando.

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