La historia de Nicolás Reina, el joven que perdió un ojo por una aturdidora del Esmad en Bogotá

Nicolás Reina acordó con sus amigos del barrio salir a una manifestación el pasado martes 4 de mayo, que se convocó en la glorieta de la calle 3 con carrera 50, en Bogotá. Ese día, tras la respuesta del Escuadrón Móvil Antidisturbios resultó gravemente herido en el rostro, según denuncia su familia.

Como lo había hecho el 28 de abril, el día del inicio del Paro Nacional, Nicolás Reina salió a las calles a manifestarse. Estaba en su barrio y según los videos que grabó ese día, un gran número de personas sobre la glorieta del sector cantó el himno nacional, ondeó banderas y gritó arengas en contra del Gobierno.

“Los muchachos estuvieron, entiendo que protestando, cantando, manifestándose y luego se dirigieron por la Tercera, hacia el CAI del Galán. Cuando ellos estuvieron ahí, algunos muchachos lanzaron piedras hacia el CAI y por supuesto que la reacción de la gente del ESMAD fue violenta y empezaron a lanzarles bombas aturdidoras, entonces una de ellas impactó el rostro de mi hijo”, contó Sandra Barbosa, madre del joven, a Infobae Colombia.

Nicolás, tras recibir el impacto, pidió ayuda a un motociclista que se encontraba en el lugar y lo llevó hasta el Centro de Atención Médica Inmediata del Galán. Allí ingresó sobre las 10:43 de la noche con “herida penetrante del globo ocular sin cuerpo extraño”, según el parte médico.

De acuerdo con lo dicho por el joven, en el documento quedó consignado el trauma por bomba aturdidora en la hemicara derecha con disminución de la capacidad visual. También, los médicos señalaron que el joven tenía múltiples excoriaciones faciales poco profundas y “restos de vítreo y coroides adheridos al párpado superior” calificadas como abundantes, las cuales no fueron removidas en el CAMI por riesgo de aumento del daño.

El mismo joven llamó a su madre esa noche para informarle que estaba herido en el CAMI y ella, impactada, tuvo que dejar a su hija de nueve años al cuidado de una persona cercana para poder atender la emergencia de su hijo.

Tras los cuidados con medicamentos del CAMI, le fue autorizada la valoración de preanestesia y orden de sutura de córnea y de esclera y derribamiento de tejido necrótico. De acuerdo con la madre, el joven fue remitido al Hospital Kennedy para esa cirugía, la cual se realizó el pasado viernes 7 de mayo, pero tras la operación, los médicos le notificaron que no era posible recuperar la visión de su ojo derecho.

“Contando que mi hijo está con vida, porque el impacto en el ojo fue a dos centímetros de la corteza cerebral, que si hubiese sido dos centímetros más allá, mi hijo estaría en estado vegetal. Es la forma en que reaccionan los entes que supuestamente nos cuidan”, señaló Sandra, madre del joven.

Tras conocer la incapacidad visual que tendrá que sortear su hijo tras los hechos, la familia de Nicolás Reina ha buscado denunciar la situación y encontrar justicia o reparación. Él tiene 22 años de edad y es padre de familia, está a pocas semanas de terminar su formación en Gestión Administrativa en el SENA. Había realizado sus prácticas en 2019, pero a causa de la pandemia de covid-19 no fue contratado por la compañía y se sostenía como domiciliario de una de las plataformas que ofrecen ese servicio.

“Necesito denunciar, necesito que quienes son los culpables, de alguna manera, paguen lo que hicieron, aunque la integridad de mi hijo ya no la van a devolver”, asegura la madre, quien es maestra y confiesa que no tiene ingresos para mantener a su hijo tras la incapacidad.

Según ella, la idea de su hijo para salir a protestar el pasado 4 de mayo “en ningún momento era agredir a la fuerza pública o causar desmanes, sino manifestarse, como lo están haciendo todos los colombianos, en contra de este gobierno que nos tiene cada vez peor”.

Tanto la ONG Temblores como el Instituto de Estudios para la Paz (INDEPAZ) coinciden en la cifra de 28 víctimas de lesiones oculares durante las manifestaciones del paro nacional, que ya completan 12 días continuos, con corte al pasado 4 de mayo, día en que Nicolás resultó herido y perdió su ojo derecho.