Asesinan a patrullero que trabajaba en labores de erradicación en Tarazá, Antioquia

Según el reporte preliminar, dos uniformados adscritos a la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional fueron atacados cuando se encontraron con un grupo de hombres en zona rural de la vereda Puqui, en Tarazá, Antioquia.

La víctima mortal fue el patrullero de la Policía Luis Carlos Gamboa Girón, de 25 años, quien falleció luego de ser trasladado en helicóptero al hospital César Uribe Piedrahita, en Caucasia, tras recibir un impacto de bala en medio de enfrentamientos con un grupo de hombres que impedía la labor de los uniformados.

El policía César Uribe Piedrahita, compañero de Gamboa Girón, señaló a RCN Radio que, en medio del incidente, él fue golpeado con un objeto contundente en la cabeza y, minutos después, “escuchó una detonación” y vio cuando su compañero recibió un disparo con arma de fuego, que le causó la muerte.

El policía Luis Carlos Gamboa Girón era oriundo de Santa Marta, Magdalena. Las autoridades abrieron una investigación para esclarecer lo ocurrido y capturar a los responsables.

Los hechos se dan cinco días después de que el presidente Iván Duque insistió en la necesidad de continuar en la lucha contras las organizaciones criminales. El mandatario pidió a los comandantes de la Fuerza Pública capturar o dar de baja a alias Otoniel, máximo jefe del clan del Golfo; a alias Cabuyo, jefe de las disidencias del frente 36 de las Farc, y a alias Nelson, cabecilla del ELN, grupos armados que accionan en el Bajo Cauca, frontera entre los departamentos de Antioquia y Córdoba.

Pese a que el mandatario señaló que los homicidios en el Bajo Cauca bajaron un 14%, durante las últimas semanas, en Colombia se ha incrementado el número de homicidios de líderes sociales, entre ellos Deimer Alberto Lucas Lora, hijo del Gobernador Mayor Senú del municipio de El Bagre, Antioquia.

El pasado 15 de octubre, el investigador de la Corporación Jurídica Libertad Eberhar Cano entregó a la Comisión de la Verdad el informe “Vestigios de las Rutas Paramilitares en el Bajo Cauca” en el cual logró identificar 12 masacres cometidas por estos grupos entre 1984 y 2019 en municipios como Valdivia, Zaragoza y Cáceres.

El investigador advirtió que “se identificó como obstáculo para los procesos de verdad y esclarecimiento el difícil acceso a la información y la falta de un registro completo de las principales modalidades de agresión”. Las principales víctimas fueron miembros de juntas de acción comunal, comunidades indígenas, líderes sociales y campesinos.

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