Qué le pasa al cuerpo si se deja de consumir sal en exceso

El cloruro de sodio es un mineral abundante en la naturaleza que está compuesto aproximadamente por un 40% de sodio y un 60% de cloro. Es uno de los compuestos químicos que componen la sal de mesa.

En la cantidad recomendada, la sal tiene beneficios. Pero hoy casi todos los grupos de la población mundial consumen demasiado sodio. Los adultos consumen hoy más del doble de la cantidad diaria que es recomendada por la Organización Mundial de la Salud. Tiene consecuencias: se calcula que se producen 1,89 millón de muertes por año por el consumo excesivo de sodio. Al dejar de consumir sal en exceso, se reduce entonces el riesgo de sufrir problema de la presión arterial y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, como infartos y ataques cerebrovasculares.

“Cuando se deja de agregar sal, la comida puede sentirse desabrida al principio. Pero luego las papilas gustativas se van acostumbrando y la comida se disfruta”, dijo a Infobae la licenciada en nutrición Cecilia Martinelli, coordinadora del comité científico de la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas (AADYND) y docente de la carrera de Nutrición de la Universidad de Belgrano

El agregado de sal cumple varias funciones en los alimentos. Realza el sabor; ayuda a la conservación y seguridad de los alimentos y ayuda a mejorar la textura, y la estabilidad, según la Red Nacional de Protección de Alimentos, coordinada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) de la Argentina.

Además de aportar sabor salado, resalta y potencia el sabor de otros ingredientes en los alimentos. También, la sal puede modificar la percepción de otros sabores, ya que reduce o enmascara el sabor amargo y el dulce, equilibra el sabor amargo y ácido e intensifica el sabor umami (que puede sentirse -como ejemplos- en la salsa de soja o la anchoa)

El sodio es un elemento que el cuerpo necesita para funcionar correctamente. El organismo humano utiliza el sodio para controlar la presión arterial y el volumen sanguíneo. También lo necesita sodio para que los músculos y los nervios funcionen apropiadamente.

“El sodio es un nutriente esencial, necesario para el mantenimiento del volumen plasmático, el equilibrio ácido-básico, la transmisión de los impulsos nerviosos y el funcionamiento normal de las células”, expresó la OMS. Aclaró que la deficiencia de sal “es extremadamente improbable en individuos sanos”.

En la actualidad el problema es el exceso del consumo de sal. “Su exceso está relacionado con resultados adversos para la salud, incluido el aumento de la tensión arterial”, señaló la OMS. Una situación que favorece el exceso es que muchos alimentos ricos en sal pueden no parecer salados porque contienen otros ingredientes como azúcares y disimulan la sal.

Reducir la ingesta de sodio es una de las formas más costo-eficaces de mejorar la salud y reducir la carga de las enfermedades no transmisibles, de acuerdo con la agencia sanitaria de las Naciones Unidas.

Al bajar el consumo de sal, se puede evitar un gran número de muertes y complicaciones cardiovasculares mediante programas de costos totales muy bajos.

Para los adultos, la OMS recomienda una ingesta inferior a 2000 mg/día de sodio (el equivalente a menos de 5 g/día de sal: poco menos de una cucharadita).

En el caso de los niños de 2 a 15 años, la OMS recomienda ajustar la dosis del adulto a la baja en función de las necesidades energéticas de aquellos. Esta recomendación para los niños no atañe al periodo de lactancia materna exclusiva (0-6 meses) ni a la alimentación complementaria durante la lactancia materna (6-24 meses).

“Toda la sal que se consume debería ser sal yodada (fortificada con yodo), algo esencial para el desarrollo saludable del cerebro del feto y del niño de corta edad y para optimizar las funciones mentales de las personas en general”, informó la agencia sanitaria.

En diálogo con Infobae, la licenciada Martinelli, comentó: “El organismo humano necesita sodio para regular fluidos, participa en la conducción de impulsos nerviosos, ayuda en la relajación y contracción muscular, entre otras funciones. Para eso, se necesita una cantidad muy baja de sodio, que equivale medio gramo de sal por día”.

Pero -resaltó Martinelli- las personas hoy consumen más del doble del consumo máximo recomendado. El consumo elevado de sodio (más de 2 gramos por día o 5 gramos de sal) aumenta la presión arterial tanto en las personas sanas o en las ya diagnosticadas con hipertensión.

Se aumenta también el riesgo de padecer osteoporosis, cáncer de estómago, patologías en los riñones, cardiopatías y enfermedades cerebrovasculares.

A veces las personas dejan de agregar sal a las comidas. Pero pueden estar consumiendo sal sin advertirlo. “Generalmente el sodio se encuentra oculto en alimentos ultraprocesados, panificados, fiambres embutidos, quesos duros, sopas preparadas. Por eso, hay que evitar el consumo excesivo de esos productos”, afirmó Martinelli.

Para reducir el consumo de sal, la experta Martinelli recomendó:

• Cocinar directamente sin sal
• Probar la comida antes de ponerle sal
• No llevar el salero a la mesa
• Reemplazar la sal por nuez moscada, orégano, pimienta, y laurel
• Leer las etiquetas de información nutricional para ver si el alimento contiene exceso de sodio
• Aumentar el aporte de alimentos ricos en potasio, como frutas y verduras