Cuando las temperaturas descienden o aumentan, la pregunta sobre la temperatura ideal para el aire en la oficina se vuelve recurrente en muchos entornos laborales. Según le dijo a Daily Mail Stephen Day, ingeniero de calefacción, la temperatura óptima para la oficina es de 21 °C. Este ajuste, según el experto, proporciona un equilibrio que permite a los empleados trabajar de manera productiva sin sentirse demasiado calientes ni fríos.
Sin embargo, como es habitual en las discusiones sobre el bienestar en el trabajo, la temperatura perfecta varía según diversas variables, desde el género y la edad de las personas hasta el tipo de trabajo que realicen.
El equilibrio ideal para la mayoría
El consenso general es que 21 °C es la temperatura de referencia para oficinas, ya que es cómoda para la mayoría de las personas. Según Day, este nivel les permite a los empleados sentirse cómodos durante su jornada laboral, favoreciendo la productividad sin causar distracciones por temperaturas extremas. Sin embargo, también subraya que esta cifra no es una regla fija y puede variar dependiendo de otros factores, como la humedad o el flujo de aire en el espacio.
En ambientes más húmedos, por ejemplo, podría ser necesario ajustar el aire a una temperatura algo más baja para contrarrestar el efecto de la humedad, que tiende a atrapar el calor. Los administradores de oficinas deberían, por lo tanto, estar dispuestos a realizar ajustes según las características específicas de cada espacio.
Diferencias
A lo largo de los años, diversos estudios demostraron que, en general, las mujeres prefieren temperaturas más cálidas que los hombres en entornos laborales. En un estudio realizado por investigadores de la Universidad Federal de Santa Catarina en 2018, se observó que las mujeres tendían a sentirse más cómodas en 24 °C, mientras que los hombres preferían un entorno ligeramente más fresco, con 23,2 °C. Este fenómeno se debe en parte a las diferencias hormonales entre los géneros.
Christian Moro y Charlotte Phelps, científicos de la Universidad Bond, explicaron en theconversation que las mujeres, debido a la mayor cantidad de grasa subcutánea y una tasa metabólica más baja, tienden a producir menos calor corporal, lo que las hace más susceptibles al frío. Por el contrario, los hombres, con mayor masa muscular, generan más calor, lo que puede hacer que prefieran temperaturas más frescas.
Efecto de la temperatura en la productividad
Un estudio realizado en 2019 por la Escuela de Negocios Marshall de la Universidad del Sur de California (USC), concluyó que la temperatura de la oficina puede influir directamente en la productividad de los empleados. El estudio reveló que los hombres obtenían peores resultados en tareas matemáticas y verbales cuando la temperatura de la oficina superaba los 25 °C.
Por otro lado, las mujeres eran más propensas a tener un rendimiento inferior en estas mismas tareas cuando la temperatura era inferior a los 25 °C. Sin embargo, este estudio también indicó que la temperatura no afectaba la concentración o las tareas cognitivas, lo que sugiere que ajustes térmicos moderados pueden mejorar la productividad en lugares de trabajo con mezcla de géneros.
Preferencias térmicas en función de la edad
Aunque el género es un factor determinante, otros aspectos también influyen en las preferencias de temperatura de los empleados. La edad juega un papel clave: las personas mayores tienden a experimentar más frío que los más jóvenes. Además, las personas con más masa muscular y los individuos con obesidad generalmente prefieren temperaturas más frescas, ya que el músculo genera calor y el exceso de peso puede incrementar la sensación térmica.
Consejos para mantenerse cómodo cuando hace frío en la oficina
Si alguien se encuentra trabajando en un ambiente frío, existen diversas estrategias para mejorar el confort sin afectar a los demás:
- Vestirse en capas: utilizar varias capas finas de ropa, como una camiseta térmica bajo un suéter o un cárdigan, permite regular mejor la temperatura corporal durante el día.
- Moverse de lugar: si es posible, buscar un lugar más cálido alejándose de las corrientes de aire, de la ventilación del aire acondicionado o de las ventanas expuestas al viento.
- Usar accesorios térmicos discretos: llevar una bufanda ligera o una manta pequeña para la silla puede ser una forma práctica de mantener el calor sin interrumpir el trabajo.
- Dejar un abrigo en la oficina: Guardar un abrigo en el lugar de trabajo para evitar trasladarlo diariamente y así hacer frente al aire acondicionado.