
Las vacaciones generan diferentes circunstancias que fácilmente pueden transformarse en estrés si no ponemos especial cuidado en cómo manejarlas. Desde la elección del lugar, pasando por el esfuerzo de ponerse de acuerdo y compatibilizar los intereses de todos los que las vayan a compartir, hasta los preparativos previos y las corridas de último momento, los horarios inflexibles de salida cuando se trata de transporte público, o la tensión de manejar por la ruta.
“Esto provoca que muchas veces, en el afán de “aprovechar” el tiempo de vacaciones, sometamos al cuerpo a exigencias poco habituales llevando a que el estrés mental cambie por el físico”, cuenta a Infobae la licenciada María Fernanda Giralt Font, jefa del Departamento de Psicoterapia Cognitiva de INECO y subdirectora Operativa de Salud Mental de INECO.
Por otro lado es cierto que nuestra vida laboral se vio facilitada por el avance en las comunicaciones. “El desarrollo de los teléfonos celulares y el acceso a Internet nos permite tener conexión en cualquier lugar del mundo y la pandemia reforzó esta situación. Tal es así que nos permite llevar la “oficina a cuestas” a cualquier lugar”, dice Giralt Fort quien además es directora del curso de Posgrado Abordaje Cognitivo Conductual del estrés de Universidad Favaloro.
Pero, la otra cara de esa moneda es que estos avances nos han perjudicado especialmente en lo que respecta a las vacaciones, viajes, vida social y personal. “El trabajo se ha transformado en un continuum sin corte y sin final. Por eso, separar la vida personal de la laboral se ha vuelto cada vez más difícil y las vacaciones no están exentas de eso”, agrega la experta.

Para algunas personas nunca llega el momento adecuado para tomarse vacaciones, porque siempre hay cosas que resolver antes, y nunca parece ser el momento oportuno. Otras, que deciden tomar vacaciones, lo que no pueden hacer es cortar con el trabajo y se lo llevan a dónde vayan: miran el mail a cada rato, se comunican telefónicamente, siguen trabajando en proyectos, etcétera.
“Todas estas cuestiones pueden afectar el descanso vacacional. Y dado que las vacaciones son una excelente oportunidad para relajarnos y renovarnos espiritualmente, reflexionar, trabajar las relaciones interpersonales, resolver pendientes y hacer todas aquellas cosas que se nos dificultan en la rutina cotidiana”, suma Giralt Fort.
Entonces, ¿cómo podemos hacer para tomarnos vacaciones, disfrutarlas y no fracasar en el intento?
En exclusiva para Infobae, Ineco ideó la siguiente guía:

Dejar libre al menos un día antes y un día después de las vacaciones para no “salir con el último aliento”, respondiendo mensajes y sin poder conectarse con los preparativos de las vacaciones.
De igual modo, evitar volver el mismo día o la noche antes de reincorporarse al trabajo, para poder hacer una mejor transición, en lugar de volver a trabajar con las valijas sin deshacer. En cuanto a la duración de las vacaciones, lo ideal, es tomarse tiempo suficiente para dar lugar a “desengancharse” de los estresores y tener tiempo para el descanso, el cambio de rutinas, las actividades placenteras y la vida social.



Es fundamental realizar actividades que nos sumerjan en “flow”. Cuando hacemos algo que nos gusta, nos entusiasma y nos apasiona, fluimos, perdemos la noción del tiempo, del espacio y hasta de nosotros mismos.
“El estado de alerta baja y nos involucramos con lo que hacemos, dejándonos llevar por la actividad, y de ese modo disminuyen los niveles de ansiedad. Leer un libro, bailar, pescar, escuchar música, pintar mandalas, sacar fotos, dibujar, charlar, practicar deportes o jugar videojuegos, para cada uno es diferente lo que lo sumerge en flow”, explica la experta de Ineco.
El estado de flow suele ocurrir básicamente cuando las tareas que realizamos representan desafíos y sentimos que contamos con las herramientas adecuadas para resolverlos. De manera contraria, si percibimos que los desafíos son demasiado pequeños, surge la apatía y el aburrimiento. “Si sentimos que no podemos enfrentarlos y que nos supera en nuestra capacidad de respuesta o en la percepción de nuestros recursos, surge la ansiedad y la respuesta de estrés”, dice Rial.

Se hicieron encuestas a distintas personas cada dos años para ver qué circunstancias y actitudes hacían que mejorara o empeorara su calidad de vida. Los últimos resultados (qué reúnen los resultados de 75 años) arrojaron que uno de los factores más importantes es cuánto disfrutaban de las relaciones más personales.
Mantener lazos sociales y cultivar vínculos afectivos que otorgan sentido de pertenencia, protege contra el estrés y genera bienestar.
Seguir Leyendo:
Últimas Noticias
Qué es el menowashing: advertencias y claves para atravesar la menopausia con bienestar físico y mental
De qué se trata esta estrategia de marketing, cuáles son los tres síntomas característicos en las mujeres argentinas al llegar a esta etapa de la vida y los nuevos recursos para un abordaje integral, según tres expertas consultadas por Infobae

Manjares de fin de año: recetas frescas y fáciles, consejos de chefs y opciones para compartir
Platos coloridos, ideas prácticas y sabores de estación animan las reuniones de despedida en la temporada más cálida. En diálogo con Infobae, referentes de la gastronomía compartieron consejos y alternativas originales para sorprender en cada encuentro

Cuál es el mejor horario para el sexo y por qué a veces planificar ayuda al deseo
La costumbre de mantener relaciones por la noche está influida tanto por normas sociales como por cambios hormonales, pero el momento ideal depende de múltiples factores

Vinos espumosos argentinos: cómo lograron el mismo nivel de calidad que los afamados Champagne
Las bodegas locales pueden competir de igual a igual en el mercado interno con los vinos espumosos más reconocidos. La diversidad, el concepto definido, el mayor cuidado en los viñedos y la mejora en los métodos de elaboración son factores clave en este avance

Cinco estrategias para dejar de fumar y superar las recaídas
Abandonar el hábito de fumar es una meta que muchas personas se plantean de cara al año que termina, al momento de hacer balances. Por qué cuesta lograrlo sin ayuda y qué recomiendan los especialistas para no frustrarse en el intento



