Cómo combinar pizza y vino, el maridaje más rico del verano

La variedad que ofrece una de las comidas preferidas de los argentinos se potencia con la diversidad de la bebida nacional, conformando un maridaje muy atractivo, incluso en épocas de calor. Infobae propone varias combinaciones para entretenerse tanto en la cocina como en la mesa

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Pizza y vino. Está claro que son dos de los más elegidos a la hora de comer, aunque muy pocas veces se los ve juntos en las mesas argentinas. Esto tiene más que ver con la costumbre de acompañar la pizza con cerveza, o los más tradicionalistas con Moscato.

El 12 de enero se celebra en varios países del continente el Día del Pizzero (y Pastelero); sin dudas, una excelente oportunidad para poner en valor una combinación bastante innovadora, y que está al alcance de todos.

Se sabe que gracias la influencia de los inmigrantes italianos y al auge del delivery, la pizza se ha convertido en un plato popular. De fácil preparación en casa, resulta tan económico como atractivo. Además, a lo largo del país hay más pizzerías que parrillas, permitiendo una diversidad de propuestas inédita, incluso en la mismísima Italia. Esto significa que existen pizzas para todos los gustos y bolsillos.

Y si bien se disfruta a lo largo de todo el año, su practicidad la convierte en una de las comidas más elegidas del verano. Además, permite a cualquiera lucirse y agasajar a muchos invitados a la vez.

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Aunque parezca mentira, muy pocos suelen disfrutar las pizzas con vinos, a pesar de ser la bebida más indicada para hacerlo. En su momento, el vino espumante se había puesto de moda para acompañarla, el famoso “pizza con champagne” de los noventa. Y más allá de la política, esa tendencia escondía algo de lógica, ya que el espumoso se bebe bien fresco y posee burbujas como la cerveza, aunque contenga el doble de alcohol.

Sin embargo, la combinación de burbujas y masa, ya sea a la piedra o de molde, no es lo más aconsejable para una buena digestión. Ahí es donde el vino asoma como el compañero más apropiado.

El tema es que el vino implica cierta complicación para muchos, y está lejos de la practicidad que propone la cerveza. Pero si realmente importan el punto de la masa, los sabores de los ingredientes combinados, y las texturas, entonces el vino es el partenaire ideal para realzar todos los atributos de la pizza.

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Muchos creen que es imposible maridar el mismo vino con diferentes tipos de pizza, pero la realidad es que así como existen miles de vinos para cada pizza, existen miles de pizzas para cada vino. La clave está en dejarse llevar y no ser tan purista, ya que no se trata de una comida sofisticada, sino más bien de una propuesta sumamente entretenida y sabrosa, a la cual el vino puede sumarle nuevas sensaciones.

Otra de las cuestiones a tener en cuenta es que generalmente los quesos calientes quedan mejor con vinos blancos o rosados frescos, que con tintos, aunque hay ocasiones en las que un tinto bien fresco es la mejor opción.

Y no importa si se trata de los gustos más conocidos o de combinaciones más arriesgadas y preparadas, cualquiera puede elegir el vino ideal para su pizza.

Maridajes de pizzas y vinos

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Pizza de mozzarella

Es la más tradicional de todas y la más fácil de hacer en casa, pre pizza mediante. Queso mozzarella y salsa de tomate, simple y directa, como tiene que ser el vino. Un rosado de Malbec, liviano, de aspecto tenue y del año (2019), es ideal, porque es fresco y vibrante, con sus sabores moderados que no compiten con la pizza. Este vino también es apropiado para la versión Margherita, que viene con hojas de albahaca fresca.

Pizza de jamón y morrones

Algunos la bautizan con otro nombre a partir de algún otro ingrediente agregado. Pero en general lleva salsa de tomate, mozzarella, jamón cocido y morrones. Es evidente que acá hay más preparación, y es necesario un blanco con cuerpo y cierto carácter, pero a la vez refrescante, como un Viognier.

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En cualquiera de sus versiones (incluso rellena con jamón) predominan la mozzarella y la cebolla. A estos sabores y texturas más intensas y hasta picantes o pungentes, les viene bien un vino que limpie pero que no compita, como un Semillón, con frescura y austeridad.

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Pizza de rúcula y jamón crudo

Ya sea que lleve o no queso brie y/o tomates secos, el vino debe ser equilibrado y tenso. No puede ser tinto, porque este no se lleva bien ni con lo salado del jamón (se potencian los taninos y las sensaciones de aspereza) ni con el amargor del verde. Ahí es donde hace falta un Chardonnay, porque si bien suele ser un blanco poco expresivo, pero cuerpo y frescura, y tiene todo en su lugar.

Pizza de jamón y huevos

Con mozzarella, jamón cocido y huevo picado, es necesario un vino que llene la boca y humecte el paladar, ya que muchas veces el exceso de huevo termina secando mucho la boca. Es ahí donde un Bonarda amable, pero con cuerpo y ciertas texturas se puede acoplar muy bien.

Pizza de frutos de mar

En la costa se ofrecen mucho en verano, a base de salsa de tomate, con mejillones, almejas, camarones, etc. Teniendo todo el mar en el plato, es preciso un vino refrescante y casi chispeante, pero no por burbujas sino por frescura y acidez, como un joven Sauvignon Blanc.

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Pizza de salmón

A pesar de la polémica que gira en su entorno, sigue siendo uno de los pescados favoritos por estas tierras. Puede venir en fetas y ahumado en una pizza con mozzarella y queso brie. Un Pinot Noir va a ir muy bien con la masa, con el queso y con el pescado. Además, por ser el tinto más suave y liviano, permite ser servido bien fresco, ideal para las noches de verano.

Pizza de papa y romero

Popularizada en la Argentina por Dolli Irigoyen esta pizza de apariencia gourmet es muy sencilla de replicar en casa. La mozzarella y la papa se funden en la boca, con el perfume inconfundible de la hierba fresca. Es necesario recurrir a un blend blanco, porque además de frescura le va a venir bien su carácter frutal.

Pizza de hongos

A esta pizza de mozzarella y la salsa de tomates se la suele servir con champiñones, los hongos más utilizados. Y para disfrutarla más, se puede elegir un tinto fresco y envolvente, como un Malbec o un Merlot, pero tienen que ser jóvenes, sin muchas pretensiones y sin paso por madera.

Pizza vegetariana

Para acompañar cualquier pizza que combine vegetales, ya sean de estación o no, queda claro que el vino tinto no es el apropiado. Por lo tanto, se puede recurrir a cualquier rosado o blanco, incluso un Torrontés con es carácter bien expresivo y efusivo, y sus perfumes florales y frutales.

Pizza de ananá

Dejando de lado la polémica por lo agridulce, hay algunos que gustan de este tipo de combinaciones. Y si bien suele venir con jamón cocido, el único vino que puede combinar bien es un vino blanco dulce natural, servido bien fresco, porque no enfrenta al dulzor de la fruta y gracias a su acidez no resulta empalagoso.

Fabricio Portelli es sommelier argentino y experto en vinos

Twitter: @FabriPortelli

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