Harvey Weinstein había construído un imperio cinematográfico creando en los 70 una nueva manera de comunicar. Fundó junto a su hermano Bob la productora y distribuidora más importante del medio The Weistein Company, que lo llevó a obtener 350 nominaciones al Oscar y más de 80 estatuillas.
Esa trayectoria laboral multipremiada se desmoronó con el escándalo que sacude a Hollywood: más de una veintena de mujeres denunciaron que Weinstein había pedido favores sexuales a cambio de un impulso profesional. La caída del magnate volvió a poner sobre la mesa el debate sobre el acoso laboral como forma de violencia de género.
La revista estadounidense The New Yorker y el diario The New York Times fueron los encargados de revelar a través de las publicación de reportajes lo que varias mujeres detallan como situaciones abusivas por parte de Weinstein. Entre ellas Gwyneth Paltrow y Angelina Jolie. Además, actrices como la italiana Asia Argento lo denunciaron por violación.
La icónica revista TIME lo señaló como "productor, depredador y paria", en su portada de octubre, con revelaciones exclusivas sobre su libidinoso accionar.
Consultado por Infobae, Gervasio Díaz Castelli, psicólogo explicó que el acoso sexual dentro del mundo del trabajo, forma parte dentro de la violencia de trabajo. "Es una situación sumamente compleja que generalmente no se denuncia porque ocurre en la clandestinidad", resaltó el especialista.
Y así actuaba el magnate. Ashley Judd reveló que hace veinte años Weinstein la invitó al hotel Peninsula en Beverly Hills para lo que ella creía sería un desayuno de trabajo. Sin embargo, él la esperaba en una habitación en bata y le preguntó si podía darle un masaje o acompañarlo mientras se duchaba. "¿Cómo hago para irme de este cuarto lo antes posible sin ganarme como enemigo a Harvey Weinstein?", recuerda Judd.
Jolie vivió una situación similar a finales de la década de los 90, durante el lanzamiento de la película Playing by heart, cuando Weinstein intentó sobrepasarse en una habitación de hotel. "Como resultado, nunca volví a trabajar con él y advertí a otras que no lo hicieran. Este trato a las mujeres en cualquier sector, en cualquier país, es inaceptable", resaltó.
Otro de los relatos escalofriantes fue el de Asia Argento, con un modus operandi similar. Uno de los productores de Weinstein la invitó a lo que ella creía era un evento de Miramax en el Hôtel du Cap-Eden-Roc, en la Riviera francesa. Argento fue de compromiso. Al llegar se percató de que no había ninguna fiesta, sólo una habitación de hotel vacía preparada por Weinstein.
Al principio, el productor se mostró amable con ella y alabó su trabajo en cine, pero minutos más tarde salió con una crema y le pidió que le hiciera masajes, detalló al New Yorker. "Luego, forzó su entrada a mi cuarto de hotel diciendo 'no voy a [tener sexo] contigo, solo quiero hablar'. Al rato se puso muy agresivo, exigiendo y pidiéndome que me desnudara", contó. Luego, Weinstein se lanzó sobre ella y le realizó sexo oral sin su consentimiento.
Para Díaz Castelli, esta conducta del productor con sus víctimas se inscribe bajo el término mobbing, una conducta que comienza de manera gradual, por ejemplo a través de un 'piropo' pero luego la amenaza incrementa generando una actitud paralizante sobre la víctima.
Haciendo gala de su cargo, poder y conexiones, entre ellos Barack y Michelle Obama, Weinstein logró manipularlas y a las que no aceptaban se quedaban fuera de sus proyectos. Éste fue el caso de Rosanna Arquette y Mira Sorvino. "El 70% se termina silenciando, y por temor a perder su puesto no toman acciones. Se siente sola. Esto vulnera el derecho de trabajo digno y debe ser repudiado", explicó el especialista
“Hay algo de acoso hacia hombres pero es el 10% en comparación con las mujeres”, resaltó Díaz Castelli
El productor ha respondido pidiendo perdón y explicando que se encuentra trabajando junto a terapeutas: "Soy consciente de que la forma en la que me he comportado con mis compañeros en el pasado habría causado mucho daño, sinceramente me disculpo por ello. Estoy intentando ser mejor, pero aún tengo un largo camino que recorrer".
Fue expulsado de la Academia de cine de Estados Unidos y suspendido de la Academia británica de cine. En esa misma línea el cineasta estadounidense Quentin Tarantino, que debe gran parte de su carrera a Weinstein, admitió que conocía su comportamiento. "Sabía lo suficiente como para haber hecho más de lo que hice", dijo al diario The New York Times.
A partir del primer caso, poco a poco otras mujeres comenzaron a confesar sus propias experiencias, que habían permanecido en secreto durante años. "Por solidaridad de género el resto comienza a manifestar lo vivido, dejando atrás el miedo que las paraliza", detalló.
Para sorpresa de muchos, Lubov Tolkalina y Agniya Kuznetsova -referentes del cine ruso- se manifestaron a a favor del 'depredador'. Este fenómeno se inscribe frente a la problemática actual que se conoce como "victim blaming", cambiando el foco, como si la persona agredida hubiese "provocado el hecho", en lugar de provocar el repudio por la situación que se merece. Se comienza a culpar a la víctima en vez de dirigir esta culpa al acosador.
"En el mundo del trabajo también existe la envidia. De alguna manera culpabilizan a la víctima como responsables o cuestionan su 'silenciamiento'. Es motivo de consulta permanente", dijo el especialista.
En contrapartida, Lena Dunham y Amber Tamblyn, dos actrices activamente involucradas en las cuestiones de género, tildaron de "valiente" decisión el señalamiento que realizaron las víctimas.
El especialista admite que estas situaciones denigrantes que viven en su mayoría las mujeres suceden desde hace tiempo como expresión del machismo encubierto."Es momento de exponerlos para actuar", concluyó Díaz Castelli.
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