
Cuando la conexión a internet comienza a fallar, la reacción más común es culpar al router o a la compañía de telecomunicaciones. Sin embargo, en muchos casos el origen del problema está en un detalle mucho más simple y fácil de pasar por alto: el cable Ethernet que conecta el router al módem o a otros dispositivos.
Un ejemplo real lo expone un editor tecnológico, quien, pese a contar con una conexión simétrica de 1 Gbps, veía cómo la velocidad en sus dispositivos no superaba los 90 Mbps. Tras revisar el router, la red y el hardware, descubrió que el problema estaba en un antiguo cable Ethernet Cat 5, incapaz de soportar el ancho de banda contratado. Este cuello de botella hacía que incluso el WiFi pareciera más lento e inestable de lo normal.
Aunque los routers modernos están preparados para conexiones de gran capacidad, el cable que los conecta puede limitar drásticamente el rendimiento. Muchos equipos todavía incluyen cables Cat 5 o Cat 5e, diseñados para velocidades de hasta 100 Mbps y 1 Gbps respectivamente, cifras que hoy resultan insuficientes frente a las demandas de hogares con fibra de alta velocidad, teletrabajo, juegos en línea y streaming en 4K.

La solución es económica y sencilla: sustituir esos cables por otros de categorías superiores como Cat 6, Cat 6a o Cat 7. Estos modelos permiten alcanzar hasta 10 Gbps y frecuencias de hasta 1.000 MHz, lo que garantiza un flujo de datos mucho más estable. Identificar qué cable se está utilizando no es complicado, ya que la categoría está impresa en la cubierta del mismo.
Qué ofrece cada categoría de Ethernet
- Cat 5: hasta 100 Mbps y 100 MHz.
- Cat 5e: hasta 1.000 Mbps y 100 MHz.
- Cat 6: hasta 10 Gbps (50 metros) o 1 Gbps (más de 50 metros), con 250 MHz.
- Cat 6a: hasta 10 Gbps y 500 MHz.
- Cat 7 y 7a: hasta 10 Gbps con frecuencias de 600 a 1.000 MHz.
- Cat 8: hasta 40 Gbps y 2.000 MHz.
Con un coste de apenas unos dólares, pasar de un Cat 5 a un Cat 6 o superior puede marcar la diferencia entre una conexión limitada y una red que aprovecha todo el potencial de la fibra.

Funciones del router que mejoran tu conexión
Si bien el cableado es clave, el router también esconde opciones que muchos usuarios desconocen y que pueden optimizar la experiencia. A través de la configuración web es posible:
- Revisar dispositivos conectados: permite detectar intrusos y liberar ancho de banda.
- Crear una red de invitados: útil para visitas, evitando exponer la red principal.
- Usar el puerto USB: sirve para compartir archivos desde un disco duro externo o conectar impresoras en red.
- Configurar el filtrado por direcciones MAC: otorga acceso solo a dispositivos autorizados.
- Priorizar conexiones con QoS: asigna más recursos a actividades críticas como teletrabajo o videojuegos.

Un detalle pequeño, un gran impacto
En definitiva, antes de culpar al router o a la compañía por una conexión deficiente, conviene revisar el cable Ethernet. Un componente aparentemente secundario puede ser el responsable de que la red no alcance su máxima capacidad. Cambiarlo por una versión moderna y aprovechar las funciones del router puede transformar una conexión frustrante en una experiencia mucho más fluida.
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