La temperatura a la que nunca se debe cargar el celular porque su batería se dañará

El calor extremo afecta la química interna de las baterías, reduciendo su vida útil y autonomía diaria

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Cargar el celular por encima
Cargar el celular por encima de los 35°C acelera el deterioro de la batería y puede provocar fallos graves. (Imagen Ilustrativa Infobae)

El uso extendido de los teléfonos móviles ya forma parte del día a día, pero el desconocimiento sobre los límites de temperatura adecuados para su funcionamiento puede poner en problemas la vida útil de la batería, la seguridad del dispositivo y, en casos extremos, hasta la integridad física del usuario.

Entre los hábitos más peligrosos se encuentra cargar el celular a temperaturas inadecuadas, una práctica que no se recomienda, ya que con el tiempo se verán las afectaciones como la rápida descarga, el sobrecalentamiento o afectaciones físicas.

A qué temperatura nunca se debe cargar el celular

Existen datos precisos sobre los límites seguros de temperatura para cargar la batería de un celular. Las baterías de iones de litio, presentes en la mayoría de los teléfonos móviles modernos, han sido diseñadas para operar de manera óptima dentro de un rango que va de los 0 a 35°C, aunque algunos fabricantes amplían el rango de uso seguro hasta los 40°C.

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Superar los 50°C durante la carga puede causar hinchazón, cortocircuitos o incluso explosiones en la batería. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Sin embargo, cargar el celular en ambientes que superan los 35°C implica un riesgo real de aceleración del deterioro de la batería y fallos imprevistos.

Un punto crítico se produce al alcanzar los 50°C o más. A partir de esta temperatura, aumenta la probabilidad de que la batería comience a formar burbujas en su interior y se degraden sus componentes, lo que puede llevar a fallos permanentes e incluso a la posibilidad de explosión en casos extremos.

La exposición por encima de los 45°C acorta la vida útil del acumulador de forma drástica; los 50°C marcan ya una barrera de peligro que bajo ningún concepto se debe cruzar durante el proceso de carga.

Por qué el calor es tan nocivo para la batería

El calor afecta directamente la química interna de las baterías de litio, compuestas por materiales extremadamente sensibles a las variaciones térmicas. A partir de los 40 grados comienzan a producirse reacciones internas que alteran los componentes de la batería.

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El calor extremo afecta la química interna de las baterías, reduciendo su vida útil y autonomía diaria. (Imagen Ilustrativa Infobae)

Si el calor se incrementa hasta alcanzar los 50 grados, la situación se vuelve crítica: las reacciones químicas aceleradas pueden generar gases, hinchazón y, en escenarios graves, desencadenar fallas irreparables como cortocircuitos o explosiones.

Este proceso de degradación no solo ocurre en baterías defectuosas o en dispositivos muy antiguos. Incluso en móviles nuevos o recientemente comprados, la exposición a altas temperaturas (ya sea por el calor ambiental, la radiación solar directa o el uso exigente del procesador) afecta el rendimiento, acelera el deterioro y reduce notablemente la autonomía diaria del teléfono.

Los propios fabricantes han incorporado sistemas de alerta y control dentro del software de los móviles. Estos sensores miden la temperatura del procesador y de la batería para evitar daños mayores: si se detecta que la temperatura sube demasiado, algunos dispositivos cortan de manera automática la carga, bajan el rendimiento o muestran alertas al usuario.

Los fabricantes incorporan sensores y
Los fabricantes incorporan sensores y sistemas de alerta para evitar daños por altas temperaturas en los celulares. (Imagen ilustrativa)

Factores que generan el sobrecalentamiento durante la carga

Son varios los factores que pueden provocar que un celular supere la temperatura segura de carga:

  • Cargar el móvil sobre superficies blandas, como la cama o un sofá, impide la correcta ventilación y favorece la acumulación de calor.
  • Usar fundas gruesas mientras se carga dificulta la disipación térmica.
  • Dejar el teléfono expuesto al sol o cargarlo en ambientes calurosos, como el interior de un auto en verano, dispara la temperatura interna del dispositivo con rapidez.
  • Uso simultáneo del teléfono mientras está conectado –especialmente con aplicaciones exigentes o juegos– incrementa la generación de calor.

A esto se suma una tendencia de diseño: la fabricación de dispositivos cada vez más delgados obliga a concentrar mayor capacidad energética en espacios reducidos, elevando el riesgo de sobrecalentamiento y de accidentes ante cualquier descuido.