
La popularidad de las freidoras de aire ha crecido de manera exponencial en los últimos años, consolidándose como uno de los electrodomésticos más solicitados en diversas partes del mundo. Este auge se atribuye en gran medida a su promesa de ofrecer una forma más saludable de cocinar, utilizando poco o nada de aceite. Lo que inmediatamente genera la comparativa frente al horno tradicional.
Continuamente se tiene la incertidumbre cuál de las dos opciones es más saludable y cuál es más económica, en términos energéticos, ya que ambos funcionan con electricidad y necesitan de un esfuerzo continuo para cocinar los alimentos.
Cómo funcionan la freidora de aire y el horno
La freidora de aire opera haciendo circular aire caliente a alta velocidad alrededor de los alimentos. Este método de cocción, que recuerda al funcionamiento de un horno con ventilador, permite lograr una textura crujiente similar a la de los alimentos fritos tradicionales, pero con mucho menos aceite.
Jakub Radzikowski, diseñador de educación culinaria en el Imperial College de Londres, explicó que “es esencialmente lo mismo que un horno con ventilador, pero más pequeño y con un ventilador mucho más fuerte”.

Por su parte, el horno convencional utiliza calor generado por resistencias eléctricas o gas para cocinar los alimentos, calentando el aire dentro de una cámara cerrada. Aunque su capacidad es mayor, también requiere más tiempo para alcanzar la temperatura adecuada y cocinar los alimentos de manera uniforme.
Diferencias entre la freidora y el horno
- Tiempo de cocción y eficiencia energética
Uno de los principales beneficios atribuidos a las freidoras de aire es su rapidez. La potencia del ventilador y el tamaño compacto permiten que los alimentos se cocinen en menor tiempo que en un horno tradicional. Por ejemplo, un muslo de pollo puede estar listo en unos 20 minutos en una freidora de aire, mientras que en un horno podría demorar alrededor de 35 minutos.
En cuanto a la eficiencia energética, la diferencia también es notable. Simon Hoban, productor del programa Sliced Bread de la BBC, realizó una prueba comparativa: al cocinar muslos de pollo, el horno utilizó 1,05 kilovatios de electricidad por hora, mientras que la freidora de aire consumió solo 0,43 kilovatios por hora.
En el caso de las papas, el horno requirió cerca de una hora de cocción con un consumo de 1,31 kilovatios por hora, mientras que la freidora necesitó apenas 35 minutos y 0,55 kilovatios por hora. Según los datos obtenidos, “cocinar en una freidora de aire utiliza menos de la mitad de la energía necesaria en un horno”, concluyó Hoban.

Sin embargo, la capacidad de la freidora de aire es más limitada. Para preparar alimentos para cuatro o seis personas, se necesitarían varias tandas, lo que podría incrementar el tiempo y el consumo total de energía.
- Salud y método de cocción
En términos de salud, la freidora de aire ofrece ventajas claras frente a métodos tradicionales de fritura. Al requerir poco o ningún aceite, ayuda a reducir el consumo de grasas, lo que es beneficioso para mantener niveles adecuados de colesterol y controlar la ingesta calórica. Además, cualquier exceso de grasa en los alimentos se escurrirá hasta el fondo de la cesta perforada, disminuyendo la cantidad de grasa absorbida durante la cocción.
No obstante, el horno también es una opción saludable, especialmente para quienes optan por técnicas de cocción como el asado o el horneado sin añadir aceites adicionales. Preparar vegetales o carnes magras en el horno puede ser igual de saludable, siempre que se controle la cantidad de grasa utilizada.
- Versatilidad y facilidad de uso
La elección entre una freidora de aire y un horno también depende del tipo de alimentos y las cantidades a preparar. La freidora de aire es ideal para cocinar alimentos que requieren una textura crujiente, como papas fritas, nuggets o chips de vegetales. Su tamaño compacto y la facilidad de uso la convierten en una opción práctica para cocinar porciones pequeñas o individuales. Además, su limpieza es sencilla, ya que solo requiere lavar la cesta y las bandejas.

Por otro lado, el horno ofrece una versatilidad superior. Permite asar grandes piezas de carne, hornear pasteles, gratinar y tostar, lo que lo convierte en un electrodoméstico indispensable para preparaciones más complejas o en grandes cantidades. Sin embargo, su mantenimiento es más demandante, ya que requiere una limpieza regular del interior.
- Costos iniciales y mantenimiento
En cuanto al costo, las freidoras de aire suelen tener un precio inicial más bajo en comparación con los hornos convencionales, lo que las hace más accesibles para quienes buscan una opción económica. Además, su mantenimiento es menos exigente, ya que basta con limpiar las piezas removibles tras cada uso.
Los hornos, aunque más costosos, son una inversión a largo plazo. Su mayor capacidad y versatilidad justifican el gasto inicial para aquellos que cocinan con frecuencia y en grandes cantidades. No obstante, requieren mayor cuidado y limpieza para asegurar su buen funcionamiento y durabilidad.
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