Inteligencia artificial y cine: los desafíos éticos y económicos que enfrenta Hollywood

La revista norteamericana The Hollywood Reporter analiza cómo la tecnología está redefiniendo la producción cinematográfica, impulsando ganancias mientras amenaza con desestabilizar los empleos tradicionales en el sector

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La inteligencia artificial está revolucionando
La inteligencia artificial está revolucionando Hollywood, pero también enfrenta un guion cargado de dilemas éticos y desafíos laborales (Imagen Ilustrativa Infobae)

La inteligencia artificial (IA) está transformando la industria del cine como nunca antes, abriendo posibilidades para reducir costos, revitalizar proyectos y superar limitaciones técnicas. Sin embargo, este avance tecnológico plantea una encrucijada: mientras promete beneficios económicos tangibles, también suscita debates éticos y temores sobre la desaparición de empleos clave en la producción.

Hollywood, un sector históricamente resistente a los cambios, enfrenta ahora un desafío monumental: integrar estas herramientas innovadoras sin comprometer la calidad artística ni la estabilidad laboral de miles de profesionales.

Reducción de costos: un salvavidas para los estudios

El impacto más notable de la IA en el cine se observa en la reducción de los costos de producción. Here, la última película de Robert Zemeckis, ejemplifica cómo esta tecnología está redefiniendo las reglas del juego. Con un presupuesto ajustado de 45 millones de dólares, se utilizaron herramientas generativas desarrolladas por Metaphysic para rastrear el envejecimiento del personaje de Tom Hanks en tiempo real. Esto permitió que el actor ajustara su actuación mientras la IA añadía detalles físicos en postproducción, evitando técnicas más costosas como el CGI tradicional.

Producciones que antes eran descartadas por falta de rentabilidad ahora son posibles gracias a la IA. Estudios como Lionsgate comenzó a adoptar herramientas generativas personalizadas en colaboración con startups como Runway, mientras que Blumhouse utilizó la tecnología de Meta para crear cortometrajes enteramente digitales.

Michael Burns, vicepresidente de Lionsgate, enfatizó en la importancia de esta tecnología: “Estamos analizando cómo la IA puede ahorrar dinero en áreas como efectos especiales y paisajes”. Además agregó que “si podemos utilizar esas herramientas con cineastas, eso permitirá que se hagan películas que de otro modo no habrían recibido luz verde.”

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Metaphysic y Tom Hanks: la IA permite ahorrar millones en efectos visuales en la última película de Robert Zemeckis (Créditos: Sony Pictures)

El lado oscuro: automatización y pérdida de empleos

Sin embargo, detrás de este panorama optimista se esconde una preocupación real: el impacto de la IA en la fuerza laboral de Hollywood. Los trabajadores de postproducción, incluidos especialistas en efectos visuales (VFX) y animadores, están entre los más vulnerables.

En noviembre, Ben Affleck avivó el debate al advertir que la industria de VFX está “en problemas” debido a la automatización. Esta predicción se basa en la posibilidad de que equipos de cientos de artistas sean reemplazados por algoritmos, una tendencia que podría consolidarse si los estudios priorizan los costos sobre la colaboración humana.

Jim Geduldick, supervisor de producción virtual en Here, admite que la IA reducirá los tamaños de los equipos, aunque asegura que siempre será necesario contar con artistas especializados para manejar las herramientas.

En contraste, los sindicatos como la WGA (Sindicato de Guionistas de los Estados Unidos) y SAG-AFTRA (Screen Actors Guild y la American Federation of Television and Radio Artists) lograron salvaguardar los derechos de actores y escritores. Sus contratos incluyen cláusulas para regular el uso de clones digitales y evitar que los guiones generados por IA impacten en los pagos y créditos. Sin embargo, el resto de los equipos técnicos no cuenta con estas garantías.

Mike Rianda, director de The Mitchells vs. The Machines, expresó su frustración en redes sociales: “Los estudios pueden sustituir a los trabajadores por IA”. También añadió que “no conseguimos mínimos de personal para proteger el tamaño de las tripulaciones de la pérdida de empleos por IA.”

Dilemas éticos: el costo humano de la tecnología

Más allá del impacto económico, la adopción de la IA plantea cuestiones éticas que afectan tanto a los trabajadores como al público. La utilización de imágenes digitales de actores fallecidos, como en los próximos estrenos Furiosa: A Mad Max Saga y Alien: Romulus, empujó a los estudios a compensar a los herederos de los actores originales.

Casos como el de Scarlett Johansson, quien amenazó con demandar a OpenAI por usar su voz sin consentimiento, reflejan los riesgos legales asociados al uso indebido de datos personales y creativos. Aunque los contratos de SAG-AFTRA exigen autorización para crear clones digitales, muchos estudios independientes y productoras más pequeñas operan fuera de estas regulaciones.

Por otro lado, el público también podría enfrentar dilemas sobre la autenticidad en las películas. ¿Cómo cambiará la percepción de una actuación si se sabe que parte del trabajo fue realizado por un algoritmo?

Un futuro incierto para la industria del cine

La IA no solo está ganando legitimidad como herramienta de producción, sino que también está transformando la narrativa de Hollywood. Grandes estudios como Lionsgate y Blumhouse están liderando el cambio, adoptando estas tecnologías para optimizar procesos y explorar nuevos horizontes creativos.

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Hollywood, en un punto de inflexión: ¿es posible equilibrar tecnología, ética y empleos? (Imagen Ilustrativa Infobae)

No obstante, el camino hacia esta revolución no será sencillo. La industria deberá equilibrar las ventajas económicas de la IA con la protección de los empleos y el mantenimiento de estándares éticos que resguarden tanto a los artistas como al público.

Hollywood está en un punto de inflexión, donde el uso responsable de la tecnología podría definir no solo el futuro del cine, sino también la relación entre la creatividad y la innovación. Lo que está en juego no es solo la eficiencia, sino el alma misma de la producción cinematográfica