Rosario: la compleja trama extorsiva de Los Monos detrás de balaceras e incendios a una agencia de quinielas

Ariel Máximo “Guille” Cantero fue acusado de haber planificado intimidaciones a un agenciero, a quien le exigió el pago de un millón y medio de dólares a cambio de “dejarlo trabajar”. El fiscal sugirió que Mariana Ortigala, quien fue testigo clave en el juicio contra el narco rival Esteban Alvarado, es la presunta testaferro del cabecilla de Los Monos

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"Guille" Cantero (lacapital)
"Guille" Cantero (lacapital)

Ariel Máximo “Guille” Cantero, líder de Los Monos, fue imputado este lunes por haber planificado extorsiones y atentados contra el dueño de la agencia de quinielas que tiene varias sucursales en Rosario, desde marzo de 2021 hasta la actualidad, para exigirle el pago de un millón y medio de dólares en concepto de “protección”. En las seis horas que duró la primera parte de la audiencia –que pasó a un cuarto intermedio hasta este martes–, el fiscal Pablo Socca expuso cómo el capo narco se apoyó en dos grupos de personas para ejecutar las intimidaciones. Uno de ellos, encabezado por Mariana Ortigala –testigo estrella en el juicio contra Esteban Alvarado, rival territorial de los Cantero–, su pareja Sebastián Rodolfo Felipe y Lorena Córdoba, viuda de David Perona, alias “Rey del juego clandestino” de Rafaela, que murió por coronavirus.

Al empezar la audiencia, Cantero hizo de las suyas. Al presentarse ante la jueza María Trinidad Chiabrera, expresó que “no tiene domicilio” porque está preso hace diez años y agregó que actualmente comenzó a cursar el primer grado del nivel primario. “Nunca tuve trabajo”, afirmó el cabecilla de la organización criminal, que acumula penas por 113 años de cárcel.

Durante la acusación, el fiscal dio datos inquietantes. Uno de ellos, que “Guille” Cantero se comunica desde el penal federal de Marcos Paz desde un teléfono fijo que está a nombre del Servicio Penitenciario, pero que figura asignado a él en el pabellón 7 donde está alojado. Desde allí, frecuentemente llamó a Daiana Micaela Leguizamón (30), alias “Mica la diabla”, que cumplía arresto domiciliario por narcomenudeo en San Nicolás, quien a su vez trianguló las comunicaciones para que el capo narco pueda comunicarse con un tercero –o verdadero destinatario de la conversación–, que era difícil de descifrar para investigadores judiciales. Esa presunta dealer, cuando fue allanada el lunes de la semana pasada, se tragó un chip que podría ser relevante para la causa.

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En esta primera parte de la imputación, Socca aseguró que “Guille” Cantero planificó las extorsiones y ataques que tuvieron lugar entre marzo de 2021 y julio de este año contra distintos inmuebles vinculados al dueño de la agencia de quinielas El Califa, a quien buscaron escrachar por estar relacionado con el juego clandestino, suponiendo que así no iba a radicar denuncia alguna.

Según contó la propia víctima ante el Ministerio Público de la Acusación, quienes comenzaron a “apretarlo” fueron Mariana Ortigala y su pareja Sebastián Rodolfo Felipe, a quienes conoció en un gimnasio de Fisherton, ubicado en la zona noroeste de Rosario, donde mantuvieron charlas en las salas de musculación.

El dueño de la agencia de quinielas señaló que varias veces vio que la pareja lo fotografiaba mientras entrenaba y que en una ocasión Felipe fue personalmente a decirle: “A mí me manda la mafia, tenés que poner un palo y medio verde para poder seguir trabajando tranquilo, si no no trabajas más. Te vamos a denunciar en Fiscalía. La viuda de Rafaela (Lorena Córdoba, que estaba en pareja con David Perona, ‘Rey del juego clandestino’, quien falleció por coronavirus) tiene videos, pruebas, cosas contra vos. Te vamos a denunciar en la Afip”.

Mariana Ortigala y Guille Cantero
Mariana Ortigala y Guille Cantero

Según contó el propio extorsionado, respondió: “Tomatelás, vos y tu mujer que es vigilanta, que te extorsiona por un lado y por otro lado le da datos a los fiscales”.

El fiscal se apoyó en declaraciones de testigos del “apriete” hecho por Felipe al dueño de El Califa. Incluso encontró que la pareja imputada dejó de asistir a ese gimnasio después de ese hecho, según la propia base de datos del comercio que fue brindada ante el Ministerio Público de la Acusación.

En un tramo de la acusación, Socca sugirió que tanto Ortigala como su pareja podrían ser testaferros del jefe de Los Monos. “Llamativamente, tuvieron de golpe una gran cantidad de propiedades, al menos quince, desde que comenzaron a tener relación con Cantero”, bromeó. En ese marco, añadió que Ortigala se quedó con una casa de la ciudad de Funes “en una operación fraudulenta que fue denunciada penalmente, y en esa propiedad de Alberdi al 1400 actualmente cumple prisión domiciliaria Vanesa Barrios”, esposa de “Guille”, por la causa por narcotráfico conocida como “Los Patrones”.

A su vez, el funcionario judicial, de manera ilustrativa, contó que Ortigala llegó a activar 400 chips de número correlativos en un solo teléfono en el transcurso de 2021. “Pedí informe a la empresa de telefonía. Yo no recuerdo algo así. Es una operación mayorista, fueron 400 números consecutivos los que activó”, subrayó Socca.

Para mostrar un vínculo “de vieja data” entre la pareja Ortigala-Felipe y Cantero, el fiscal reprodujo varias escuchas telefónicas y exhibió las visitas frecuentes que hacía la mujer y el hombre al líder de Los Monos detenido en Marcos Paz.

En algunos de los diálogos telefónicos ventilados, Ortigala le llegó a contar a “Guille” que estaba preocupada por su hermano Rodrigo Ortigala, quien estaba por ir a una audiencia –tras ser condenado por extorsiones para Los Monos– donde se iba a definir su libertad o encarcelamiento, y le manifestó haber hablado con el fiscal de la causa Matías Edery para pactar una reunión.

No obstante, la extorsión para hacerse de un millón y medio de dólares siguió, cuando Lorena Córdoba fue personalmente el 16 de febrero del año pasado al local de El Califa ubicado en Avellaneda y Pellegrini, es decir, varios meses después del episodio ocurrido en el gimnasio. En ese hecho, se presentó, pidió hablar con el dueño y dejó escrito de puño y letra un número de teléfono. Luego, hizo exactamente lo mismo en la sucursal de Mendoza y Valparaíso.

En julio del año pasado, después de negarse en reiteradas oportunidades a pagar la extorsión, la víctima, su grupo familiar, su casa y algunas sucursales fueron objeto de ataques a tiros e incendiarios. Desde esa serie de extorsiones, balaceras e incendios intencionales que tuvieron lugar entre 2021 y 2022 no pasó más nada hasta principios de junio de este año, cuando prendieron fuego un local de barrio Pichincha, en el macrocentro. Según el fiscal Socca, las nuevas agresiones fueron ordenadas por “Guille” Cantero, pero ahora ejecutadas por un grupo de sospechosos que responde al recluso Brian Díaz, condenado a 5 años de prisión por extorsiones y hermano de Maximiliano “Cachete” Díaz, que recibió una pena de 29 años de cárcel por el crimen del casino City Center ocurrido en enero de 2020.

Las extorsiones fueron continuadas por un ataque incendiario del 7 de junio pasado en la sucursal El Califa de Mendoza y Valparaíso, en barrio Echesortu, y por visitas frecuentes de un sospechoso que iba en una moto con caja de delivery que siempre decía ir en nombre de Brian Díaz al local de la víctima de Pellegrini y Avellaneda, donde le exigían una reunión para acordar un pago. “El muchacho de anteojos quiere hablar con vos”, le indicó Díaz al agenciero, y ofreció que el encuentro se lleve adelante en un bar con Mariano Ruiz –condenado miembro de Los Monos– o con el cantante de cumbia Beto Riba, personas que supuestamente responden a la confianza del líder de Los Monos. “Se te garantiza que no te molesta más nadie. Te lo garantiza El Loco y nosotros”, concluyó Díaz.

Nuevamente, al negarse a desembolsar la plata que le pedían, un comercio de la víctima fue baleado. Fue el caso del inmueble de Pellegrini y Avellaneda, que el 5 de julio pasado recibió ocho disparos de parte de dos sicarios que pasaron en moto.

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