Muerte del rugbier: nuevas pericias determinaron a qué velocidad iba la autora del homicidio

La investigación sobre el homicidio de Genaro Fortunato (25), el rugbier que murió en Mendoza tras ser atropellado por su novia Julieta Silva (30), arrojó nuevas conclusiones que pueden beneficiar a la acusada. Las nuevas pericias determinaron que la joven conducía a 30 kilómetros por hora la noche de la tragedia y que la visibilidad era escasa.

Esas fueron las conclusiones de los estudios mecánicos y lumínicos que obtuvo la fiscal a cargo de la causa Andrea Rossi, sobre la escena donde se produjo la embestida.

La pericia recreó la escena de la fatídica madrugada del 9 de septiembre. Se tomaron como elementos la luminaria pública de la zona, las luces del automóvil FIAT Idea (que manejaba Silva), el estado del pavimento y la precipitación con el apoyo de personal de Bomberos.

El perito oficial Mario Giambastiani constató que aquella noche la luminosidad "se vio afectada" debido a la lluvia y aseguró que "es posible que pueda producirse deslumbramiento, ya que en condiciones atmosféricas adversas como lluvia, no sólo se reduce la visión sino que la luz de los faros se refleja en el agua y crea una sensación de espejo, que se puede magnificar al ingresar a una zona iluminada artificialmente". Aunque descartó la posibilidad de encandilamiento a razón de que ningún vehículo circulaba en sentido contrario, consignó el Diario San Rafael.

El factor luz

El día del choque, Silva y Fortunato discutieron en el boliche La Mona ubicado en la localidad mendocina de San Rafael. La mujer se fue y subió a su Fiat Idea, pese al intento del rugbier por evitar que se fuera. El joven, que estaba ebrio, se apoyó en la ventanilla del auto de su novia, ella aceleró y él cayó sobre el asfalto.

La mujer anduvo con el vehículo un par de metros por la calle El Chañaral, pero luego hizo un giro en U, volvió y atropelló al deportista que todavía estaba tirado, pisó su cabeza y produjo su muerte en forma instantánea.

La pericia lumínica es relevante porque la poca intensidad de la luz es uno de los principales argumentos utilizados por la defensa para afirmar que el fatal giro en U fue un accidente. Silva afirma que no había visto en el piso a Fortunato porque en ese momento no tenía puestos sus lentes (tiene astigmatismo) y el vidrio estaba empañado.

Según el análisis del perito oficial, el alumbrado público de la zona arrojó una potencia de casi 60 lux. En cambio, a 11,5 metros hacia el norte del foco eléctrico, donde finalmente el Fiat Idea impactó el cuerpo de Fortunato y le dio muerte, la medición arrojó una reducción lumínica del orden del 83%. Es decir, de 59,5 lux bajó a 9,8 lux.

Giambastiani evaluó, además, que al momento de producirse la colisión el vehículo circulaba entre los 27,5 y 30 km/h. El número es menor al que había calculado la Policía Científica, que midió la velocidad en 40 km/h. Además, precisó que en la zona existe un cartel que daba cuenta que la velocidad máxima permitida era de 60 km/h.

El abogado defensor Alejandro Cazabán consideró que las pericias demuestran que el hecho se produjo al pasar de una zona oscura a una zona iluminada, lo que agudizó las patologías oftálmicas que padece la joven. E insistió que ese cóctel de circunstancias, junto el asfalto mojado, fueron determinantes para que se concretara el homicidio.

La investigación por la muerte de Fortunato seguirá por dos meses y, luego, la fiscal Rossi podrá elevar la causa a juicio oral a mediados de año.

Por su lado, Silva continuará bajo prisión domiciliaria. La mujer estuvo en cárcel solo dos meses hasta que se le otorgó el beneficio, ya que tiene dos hijos pequeños de su anterior matrimonio que requieren de su cuidado.

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