AMIA: el documental de los rescatistas israelíes que hace 26 años participaron de la búsqueda de sobrevivientes

Las Fuerzas de Defensa de Israel grabaron un video en el que tres miembros de la delegación que acudió al llamado de auxilio de las autoridades locales y un voluntario argentino que les sirvió de intérprete cuentan en primera persona la experiencia vivida

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El documental del Ejército de Israel con los testimonios del equipo que participó de las tareas de rescate tras el atentado contra la AMIA

“El relato escalofriante de primera mano sobre la explosión que sacudió a Argentina hace 26 años”, dice el tuit de las Fuerzas de Defensa de Israel anunciando el mini documental con el cual conmemoran el nuevo aniversario del atentado terrorista contra la mutual judía de Argentina que el 18 de julio de 1994 causó 85 muertes y más de 300 heridos.

“El grupo terrorista Hezbolá atacó Argentina” se lee en letras sobreimpresas al comienzo del documental, sobre imágenes de archivo de los momentos inmediatamente posteriores a la explosión. “De nuevo el terror en pleno centro de Buenos Aires”, se escucha decir a voces en off que corresponden a los cronistas de la radio y TV argentina de la época.

Apenas conocida la noticia del terrible atentado, y a pedido de las autoridades argentinas, Israel envió una delegación de búsqueda y rescate para cooperar en las tareas de auxilio a los heridos.

En el documental que acaban de subir a las redes, tres integrantes de ese equipo, Nissim Nassi, Mati Guefen y Amir Golan, recuerdan cómo fueron llamados de urgencia e inmediatamente embarcados hacia Buenos Aires en un avión de la Fuerza Aérea de su país.

Describen, a su llegada. lo perturbador del espectáculo de un edificio de seis pisos convertido en una pila de escombros. De inmediato la comunidad puso a un grupo de jóvenes a colaborar con ellos; varios hablaban hebreo y sirvieron de intérpretes.

Amir Golan: hace 26 años vino de urgencia a Buenos Aires para participar de las tareas de rescate de víctimas de la AMIA
Amir Golan: hace 26 años vino de urgencia a Buenos Aires para participar de las tareas de rescate de víctimas de la AMIA

Andy, el joven voluntario que habla en el video, vio por televisión como desembarcaba en el aeropuerto el jeep del ejército israelí y de inmediato se dirigió al sito de la explosión, en la calle Pasteur. Muestra el casco amarillo de voluntario que le dieron para identificarse, escrito en español y en hebreo, y que todavía conserva como recuerdo de aquella dura experiencia. Cuenta que llegaba al sitio a las seis de la tarde y se quedaba hasta las seis de la mañana, doce horas corridas, sin sentirlas.

“Era difícil, era cansador, pero trabajábamos con la adrenalina de que sabíamos que estábamos buscando a nuestra gente”, dice uno de los soldados.

La tarea de Andy era esencialmente garantizar la comunicación entre el jefe del grupo israelí y el jefe de los bomberos argentinos.

En el video se ve el momento en que le traduce al jefe de bomberos la convicción del jefe del equipo de rescate israelí de que la voladura había sido producto de un coche bomba estacionado en la puerta de la AMIA

Los soldados también describen el clima de trabajo, desenterrando cuerpos pero también buscando personas con vida, y rodeados de los amigos y familiares que buscaban a los suyos y la emoción cada vez que lograban rescatar a una víctima.

Andy, el voluntario e intérprete, mostrando el casco que usó en la AMIA
Andy, el voluntario e intérprete, mostrando el casco que usó en la AMIA

Uno de los soldados se emociona al recordar que encontraron fallecida a la hermana de uno de los voluntarios que trabajaba junto a ellos. Pese al dolor, dice, con la voz quebrada: “Pudimos darle un cierre”.

Otro dice que, recién 20 años después, cuando un grupo de familiares fue a Israel a agradecerles, tomaron dimensión del trauma que este atentado había significado para la comunidad judía de Argentina.

Andy vive desde hace unos años en Israel. “Increíblemente mi hija está ahora en el ejército, y por supuesto me llena de orgullo”.

“El terrorismo de Hezbolá no tiene fronteras. Estamos peleando la misma guerra”, son las palabra con las que se cierra el documental.

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