
Desde los gimnasios hasta las rutinas caseras, las sentadillas se han convertido en uno de los ejercicios más practicados por su versatilidad y efectividad. Ayudan a tonificar músculos, quemar calorías, mejoran la postura y la movilidad articular. Sin embargo, su ejecución adecuada y las recomendaciones específicas sobre su práctica son esenciales para evitar lesiones y maximizar los resultados.
Cuántas sentadillas se recomienda hacer por día
El número de sentadillas diarias depende del nivel físico, el objetivo y la progresión de cada persona. Según el portal especializado en salud y ejercicio Women’s Health, una buena meta inicial para principiantes es comenzar con 15 sentadillas diarias, realizadas de 3 a 4 veces por semana. Posteriormente, el número puede incrementarse a 50 sentadillas al día para obtener resultados notables.
Esta progresión también puede incluir variantes para evitar que los músculos se adapten al ejercicio. “Ve cambiando de tipo de sentadilla para que tus entrenamientos sean más dinámicos”, recomienda el sitio, que sugiere aumentar el número de repeticiones y añadir peso con una kettlebell o pesa rusa después del primer mes de práctica.
Qué músculos trabajan cuando hacemos sentadillas
Las sentadillas son un ejercicio compuesto, lo que significa que trabajan varios grupos musculares al mismo tiempo. Los principales músculos que se activan son los cuádriceps y los glúteos, aunque también involucran los isquiotibiales, los aductores y los músculos de la parte baja de la espalda.

Además, al realizar sentadillas correctamente, se fortalecen los músculos del core, incluyendo los abdominales y lumbares, que son esenciales para mantener el equilibrio y la estabilidad. Este ejercicio, además de construir fuerza, mejora la movilidad y coordinación del cuerpo.
Cómo hacer sentadillas correctamente
La técnica adecuada es clave para evitar lesiones y maximizar los beneficios. Según la guía del sitio especializada Mayo Clinic, se deben seguir estos pasos para realizar sentadillas de manera correcta:
- Posición inicial: colocar los pies un poco más separados que el ancho de los hombros, con los dedos apuntando hacia adelante.
- Descenso: flexionar las caderas, las rodillas y los tobillos, bajando lentamente hasta formar un ángulo de 90 grados con las piernas.
- Postura: mantener la espalda recta y los abdominales contraídos durante todo el movimiento. “La fuerza a la hora de levantarnos tenemos que hacerla con nuestros talones, para no perder la postura”, detallan en Women’s Health.
- Equilibrio: usar los brazos extendidos frente al cuerpo para mantener la estabilidad.
Evitar que las rodillas giren hacia adentro o afuera y no superar la punta de los pies al descender son errores comunes que pueden comprometer la seguridad del ejercicio.

En cuánto tiempo se ven resultados
La constancia es esencial para notar los efectos de las sentadillas. Los resultados pueden observarse al cabo de un mes de práctica regular. Comenzar con 50 sentadillas diarias y aumentar gradualmente el número o la dificultad permite tonificar los glúteos y fortalecer las piernas de manera efectiva.
Sin embargo, el progreso también dependerá de factores como la dieta, el descanso y la incorporación de otras rutinas complementarias. La clave está en no acostumbrar los músculos al mismo tipo de esfuerzo y variar los ejercicios.
Quiénes no deberían hacer sentadillas
A pesar de sus múltiples beneficios, las sentadillas no son adecuadas para todos. Personas con problemas en las rodillas, como lesiones previas de meniscos o artritis, deben consultar a un médico o fisioterapeuta antes de incorporar este ejercicio a su rutina.
Además, aquellos que experimenten dolor lumbar persistente o falta de movilidad en las caderas deberían abstenerse hasta mejorar estas condiciones con ejercicios alternativos o terapias supervisadas. “Si no puedes flexionar las rodillas a un ángulo de 90 grados, simplemente desciende tanto como puedas”, aconsejan en Mayo Clinic.
Las sentadillas, realizadas de manera adecuada y con un plan progresivo, son un ejercicio altamente efectivo para quienes buscan fortalecer su cuerpo. No obstante, respetar las limitaciones físicas y consultar con profesionales de la salud son pasos fundamentales para garantizar una práctica segura y beneficiosa.
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