Secuestrador de Caseros: ignorar la salud mental llevará a repetir estas tragedias

Lo ocurrido con el hombre abatido por la policía, tras secuestrar y asesinar a un rehén, muestra que no considerar la salud mental como parte del bienestar individual y social, lleva a padecer este tipo de hechos

Compartir
Compartir articulo
El darle la espalda a la salud, (¿habrá que aclarar a la salud mental?), el no vivirla como parte de un todo, como propia, parte de una misma sociedad a la que todos pertenecemos, lleva invariablemente a padecer la carga no aceptada (Universidad de Granada)
El darle la espalda a la salud, (¿habrá que aclarar a la salud mental?), el no vivirla como parte de un todo, como propia, parte de una misma sociedad a la que todos pertenecemos, lleva invariablemente a padecer la carga no aceptada (Universidad de Granada)

La icónica y hoy popular frase “es la economía estúpido”, usada en la campaña del presidente Bill Clinton, simbolizaba que por encima de otras discusiones de lo que se trataba en la política era de la economía de la población.

El caso de Caseros, en el cual una persona aparentemente con patología psiquiátrica mantiene como rehén a otra durante horas, y finalmente lo asesina, nos refiere a un tema recurrente en el cine, la literatura y los mitos. Es como un día que se repite de la misma manera una y otra vez.

En este caso, otra crónica policial que, aun con modificaciones, es la misma historia que se repite una y otra vez. De todas formas, parece alertar siempre por vez primera. En el relato, la historia comienza de adelante para atrás, del presente al pasado, la contingencia lógica de la noticia hace referencia a ese emergente que es el ahora, pero la historia siempre viene de muy lejos.

Como si un artículo olvidado que era para la sección de salud, indefectiblemente termina en la de crónicas policiales.

En ese inicio lejano, tan difícil de situar en el tiempo en sus primeras manifestaciones de peligro, acalladas, negadas, sin embargo, vemos a alguien en situación de riesgo, en la que su propia salud lo está y casi invariablemente la de otros, primero sus seres cercanos luego, en la progresión del malestar ignorado, vendrán las denuncias judiciales.

Alejandro Maldonado, en foto de su legajo policial
Alejandro Maldonado, en foto de su legajo policial

Si bien siempre se dice que se considera al ser como un todo, necesitamos aclarar que la salud mental es negada, estableciéndola como algo diferente de “la salud” y, aún más, del bienestar. Pero la salud mental no es algo diferente de la unidad de la salud del ser humano.

Un individuo está inevitablemente unido, integrado, para mal o bien, a una sociedad. Eso explicará cómo, en la tardía búsqueda de respuestas, cuando ya no hay sentido en buscarlas, se pregunten sobre la “patología” o enfermedad mental del mismo, La invariable pregunta: ¿qué signos pueden alertar a los familiares? lleva a una respuesta simple, la que los mismos han clamado durante años, en este caso 10 años de denuncias, sin encontrar respuesta.

La policía debió intervenir, pero todo terminó con el secuestrador abatido y su víctima asesinada (Matías Arbotto)
La policía debió intervenir, pero todo terminó con el secuestrador abatido y su víctima asesinada (Matías Arbotto)

Sumado a esto, la mayor parte de estos casos aberrantes, de enfermos psiquiátricos, o brote psicótico, cursaban con un flagelo al que la sociedad también parece estar alertada pero no asume, no da respuesta y es el incremento exponencial en las toxicomanías etc.

El darle la espalda a la salud, (¿habrá que aclarar a la salud mental?), el no vivirla como parte de un todo, como propia, parte de una misma sociedad a la que todos pertenecemos, lleva invariablemente a padecer la carga no aceptada.

Creemos que bastará con pedir seguridad o justicia, sin saber cuál es la respuesta posible o aún la esperada
Creemos que bastará con pedir seguridad o justicia, sin saber cuál es la respuesta posible o aún la esperada

La falta de recursos, es la manifestación de esa negación infantil, como si en este mecanismo estuviera la respuesta, ya que invariablemente es una anomalía y no una variable en crecimiento, a la cual, de no incorporar al cálculo, siempre dará mal el resultado.

En estas áreas, así como adicciones, el malestar social en general, creemos que bastará con pedir seguridad o justicia, sin saber cuál es la respuesta posible o aún la esperada.

Uno está condenado a repetir sus errores hasta encontrar en uno la solución al dilema. En estos casos hasta que aceptemos que, “es la salud estúpido”.

*Enrique De Rosa es médico psiquiatra, neurólogo, sexólogo y perito forense

SEGUIR LEYENDO: