“Halo”, la serie producida por Steven Spielberg y basada en la exitosa franquicia de videojuegos

El primer episodio de Halo es tan apabullante que el espectador podría preguntarse por qué no es un largometraje estrenado en salas de todo el mundo. Queda claro que el motivo son las posibilidades de extender la historia por varios capítulos e incluso temporadas. Para ciertas historias es mejor una serie que una franquicia de películas. Es posible que los grandes videojuegos encuentren en las series de streaming un espacio más generoso y amplio que lo que podrían encontrar en cine. Hacer una película de dos horas que solo sea una presentación cuya secuela debe esperar dos años no sirve para todos los personajes e historias.

Halo transcurre en el siglo XXVI y cuenta un conflicto entre la humanidad y una amenaza alienígena conocida como Covenant. La Oficina de Inteligencia Naval del UNSC (United Nations Space Command) avanza con un programa piloto para el desarrollo de supersoldados, conocidos como Spartans, que incluye la manipulación genética. El líder de la operación se llama Master Chief (Jefe Maestro), o John-117, y a pesar de ser el militar perfecto pronto descubrirá algo que cambiará por completo su punto de vista. El rol principal está interpretado por Pablo Schreiber.

La escena inicial muestra una insurrección en el planeta Madrigal que es masacrado por el Covenant. Una sobreviviente, Kwan (Yerin Ha), es rescatada por los Spartans. La joven y John-117 generarán un vínculo que lo pondrá a él en riesgo. En Madrigal, John descubrirá un artefacto que parece conectarlo con su pasado y es también de interés para el Covenant. La Dra. Catherine Halsey (Natascha McElhone) lo ayuda a enfrentarse a sus superiores cuando John y Kwan deben emprender una fuga. La doctora le asignará a John una inteligencia artificial llamada Cortana que lo acompañará en su misión.

El comienzo es sólido, pero la llegada de los Spartans es directamente memorable. Se trata de una escena de acción con aires clásicos. La sofisticación de los efectos visuales y la construcción de ese momento tiene los méritos de una narración cinematográfica. El uso de subjetivas para emular el concepto de disparo en primera persona resulta muy impactante en ese comienzo. El productor, Steven Spielberg, tuvo una activa participación en todo el proyecto y es posible que su eficacia en parte se deba a él. La historia, por otro lado, no pretende ser secuela ni precuela de ninguno de los juegos, sino más bien crear una línea propia.

Los fans de Halo, por supuesto, pusieron el grito en el cielo por varios motivos. A veces es mejor no conocer el material en el que se basa una serie para poder disfrutar de lo que se tiene delante sin tantos nervios. El rediseño de Cortana produjo enojos. La humanización del personaje (que sigue siendo interpretado por Jen Taylor, hay que aclarar) no convenció al alejarse de la idea del holograma de la original. Pero quienes no la conocían no notarán nada y el concepto sigue siendo el mismo. Pero lo que puso a todos como locos fue el rostro del protagonista. En los juegos Master Chief no se saca el casco y hay todo un punto allí. Pero acá lo hace y vemos el rostro del actor todo el tiempo. Pero los que siguen el universo expandido de Halo no se preocuparon tanto. Es cuestión de acostumbrarse.

¿Hay motivos para estos dos cambios mencionados? La respuesta es que sí. Los fans siempre estarán, pero llegar a un nuevo público requiere algo más. El rostro de Master permite una identificación diferente con el personaje, así como también la exploración de su humanidad, un tema clave en la serie. En ese debate no es difícil pensar en The Mandalorian, donde Nando (Pedro Pascal) también se sacaba el casco, algo que no debía hacerse según la historia. Pero allí eran instantes significativos que por ser tales generaban emoción y sorpresa. Aquí es diferente y no es tratado como un tema importante. Cortana, por otro lado, apunta al mismo concepto, aunque si los espectadores vieran la original, no aprobarían con facilidad el cambio.

Hechas estas salvedades que suelen ser discusión de fans, lo que la serie ofrece es una interesante combinación de elementos, citas a otros films del género y una filiación a ciertas cosas del universo Star Wars sin que esto reste ni parezca una desviación. Los trajes de los personajes principales sí son espectaculares e indiscutibles. En ese aspecto no hay nada que reclamar y mucho para festejar. Ojalá no se agote la energía y haya historia para rato. Por lo pronto no busca ahorrar nada al comienzo, lo que siempre se agradece. La serie arranca con potencia suficiente como para no dejar indiferente a nadie. Por eso la afirmación de que Steven Spielberg siguió de cerca la producción de Halo se confirma hasta ahora si nos guiamos por el resultado.

La primera temporada de Halo puede verse a través de Paramount+.

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