“Cobra Kai”: la lenta decadencia de una serie que todos aman

En esta columna de opinión, el crítico de Qué Puedo Ver argumentó por qué cada nueva temporada de la serie es inferior a la anterior. ¿Estás de acuerdo o sigues amando la fórmula inspirada en “Karate Kid”?

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La cuarta temporada de "Cobra Kai" no es la final: ¿habrá una quinta mejor? (Netflix)

En el principio fue una película. En 1984 John G. Avildsen, el director de Rocky (1976), estrenó Karate Kid (The Karate Kid) un drama con toques de humor que contaba, a partir de las artes marciales como fuerza transformadora, la historia del joven Daniel LaRusso (Ralph Macchio) y su difícil vida en el nuevo barrio de los suburbios de Los Ángeles donde se había mudado junto a su madre. Un anciano japonés, el señor Miyaji (Pat Morita) se convertirá en su maestro y le permitirá reivindicarse dentro de la comunidad, superando a los jóvenes matones del lugar, los chicos del dojo Cobra Kai, en una competencia deportiva.

La película fue muy impactante para una generación. Los espectadores saltaban, literalmente, de sus butacas en los momentos culminantes. El director de Rocky lo había hecho de nuevo, pero ahora para un público más juvenil. Tres secuelas y una remake marcaron el éxito y la decadencia de la franquicia. Hasta que en el año 2018 apareció una serie que reavivaría la llama inicial. Con 10 episodios de media hora estrenada en YouTube Red, empezó a generar un boca a boca creciente. Se llamaba Cobra Kai y se corría el rumor que era lo que los fanáticos habían estado esperando.

"Karate Kid", película de John G. Avildsen, estrenada en 1984, fue muy impactante para una generación. (Tráiler)

Pero no fue hasta el estreno en Netflix que la serie se volvió un furor mundial. Dos temporadas en el 2020 lograron algo inédito: que la serie pareciera completamente nueva. Su paso por la plataforma premium de YouTube —que había sido ruidoso pero no tanto— quedó eclipsado por la locura que se generó en Netflix. Su segundo estreno fue el verdadero.

Cobra Kai era un festejo de la cultura de los ochenta que ahora, con sus personajes ya grandes y sin Miyagi, se enfrentaban a la realidad del mundo adulto en el siglo XXI. Una vuelta de tuerca causaría aún más sensación: Johnny Lawrence (William Zabka) ya no sería el villano, sino un perdedor con un corazón enorme, mientras que Daniel LaRusso sería lo contrario, un ganador que explota su éxito en las artes marciales y ha dejado atrás las enseñanzas de su maestro.

Al llegar a Netflix la serie se volvió un furor mundial y logró algo inédito: parecer completamente nueva. (Netflix)

La nueva serie dio en el corazón mismo de una generación. Todo funcionaba perfectamente. Se agregaron hijos, conflictos cruzados y mucho humor. Todos se identificaban con Johnny, una persona fuera de época que había crecido pagando por sus errores y malas influencias, pero finalmente una gran persona. Las teorías que circularon en internet sobre Daniel como el villano del film original alimentaron este nuevo punto de vista. Pero atención: la serie los ama a ambos, como los espectadores ahora. Las clases sociales del film original se han invertido, todos los puntos de vista son respetados, todos desean una nueva oportunidad.

Las primeras dos temporadas funcionan, aunque la primera es un poco mejor que la segunda, porque todavía los giros de la trama, en particular todos los personajes de los jóvenes, no se han repetido. La segunda muestra un desgaste, pero las apariciones especiales y las sorpresas la mantienen en pie.

La tercera temporada de "Cobra Kai" mostró que la fórmula conducía al estancamiento. (Netflix)

La tercera ya muestra un cansancio notable. Una vez más, los regresos del elenco original producen momentos luminosos, pero no es lo mismo. El problema con los fans es que, al no tener una mirada crítica, encuentran ganancia en todo, pero para quienes hacen la serie esa es una fórmula para el estancamiento.

La sobriedad de la temporada uno se perdía en la dos y se rompía en la tres. Todos los personajes se cruzan de un lado para el otro, las confusiones y los malos entendidos ya no se pueden seguir explotando. La cuarta temporada, que no es la final, agudiza los problemas e incluso las artes marciales ya no son filmadas de forma divertida. La atmósfera cultural del siglo XXI ha hecho que se le baje el tono a la violencia, tomando nota de todo aquello que podría herir sensibilidades.

Esta escena emblemática de la película original encierra el espíritu de "Karate Kid".

Cobra Kai no ha entregado todas sus banderas, pero ya ha diluido su impacto inicial. Sigue siendo divertida y es una opción más simpática que la mayoría de la oferta actual, pero su calidad con respecto al inicio ha bajado demasiado.

Las series —no todas, pero sí muchas— suelen tener un auge y un declive. Cobra Kai no es una excepción. Las secuelas del film original habían caído de manera más abrupta que la serie, aun cuando las pensemos de forma nostálgica. Pero el espíritu de la historia original se reinventó en la serie y siempre estaremos agradecidos por eso. Esperemos que la quinta temporada sea razonablemente digna y no arruine este regreso con gloria de Johnny, Daniel y el espíritu de Karate Kid.

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