Joaquín De La Torre: “Estamos más cerca que nunca de concretar una tercera vía en la provincia de Buenos Aires”

Convencido de que hay que salir de la trampa de la pelea entre “El Calafate y la Recoleta”, cree que una alternativa que supere la grieta uniría a referentes de otras provincias, como Córdoba, Salta, Santa Fe y Mendoza

Compartir
Compartir articulo
infobae

Aunque aún no hace anuncios con nombre y apellido, el ex intendente de San Miguel y ex ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Joaquín De La Torre, da a entender que existen conversaciones bastante avanzadas como para presentar en las próximas elecciones legislativas una alternativa que supere la grieta y una polarización que compromete las chances del país.

Rechaza la estrategia actual de Cambiemos que se traduce en un minué de candidaturas: “Es muy difícil que la gente sienta que la estás defendiendo cuando Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal están disputando la Ciudad”. Considera necesario dejar de lado los personalismos y construir en torno a una idea. Aspira a llevar el modelo de San Miguel a toda la provincia y critica duramente las mini-gobernaciones del actual gobernador Axel Kicillof: “Son para generarle un poder paralelo al intendente”.

— ¿Es posible una tercera alternativa por encima de la polarización constante que plantean el kirchnerismo y el macrismo?

— Es una posibilidad cierta. El kirchnerismo humilló a la provincia mandando un candidato desde afuera y Cambiemos está haciendo lo mismo. Yo me siento bonaerense, vivo rodeado de bonaerenses a los que tengo que dar explicaciones. Sabiendo que eso no funciona, no voy a participar de algo así. Si María Eugenia no es candidata por la provincia de Buenos Aires, está claro que ese no es mi lugar.

— ¿Qué pasará con Cambiemos en la provincia?

— La voluntad de (Horacio Rodríguez) Larreta por adelantar la elección del 2023 al 2021 puede traerle más costos que beneficios, porque hay gente que se va a enojar. No puede pretender decirles a los referentes de la provincia que no pueden ser candidatos y esperar que no reaccionen. Eso está bien que lo haga la gente con su voto pero no políticos que están fuera del distrito. Hubo un grupo de referentes de Cambiemos que funcionó bien en estos años en la provincia, que mantuvo la unidad. Y de pronto la Ciudad de Buenos Aires los interviene y les manda un candidato.

— Esto del candidato paracaidista es una práctica muy común, no sólo de Cambiemos. fue el caso de Daniel Scioli y ahora el de Axel Kicillof.

— Sí. Pero la pregunta es: ¿cómo le fue a la provincia? ¿Vamos a seguir usando estrategias que sirven tal vez para posicionar candidatos y luego no sirven para gobernar? No da la sensación de ser una experiencia virtuosa, un sistema que haya funcionado. ¿Cómo se le explica a la gente que se la está defendiendo cuando todo es una lucha por cargos electorales en la Ciudad de Buenos Aires, que es el distrito donde tenes 50 o 60 puntos? Es muy difícil que la gente sienta que la estás defendiendo cuando Patricia y María Eugenia Vidal están disputando la Ciudad.

infobae

— ¿Ya tiene tomada la decisión Vidal?

— No, pero una vez que ella haya decidido jugar en la Capital, yo resolveré cuál es la mejor estrategia para ganarle al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires. Yo tengo una idea y una estrategia y voy a trabajar en función de eso.

— Ya que está rodeado de bonaerenses, le pregunto: ¿Qué piensan? ¿Hay hartazgo del constante tironeo entre gobierno y oposición? ¿Espacio para una alternativa?

— La gente está esperando algo que la saque de la grieta. Como dije en otra ocasión, hay que salir de la pelea entre El Calafate y la Recoleta. Esa pelea destruye al 99 por ciento de la Argentina, destruye a la Argentina del trabajo, a la Argentina de la educación. Es una pelea que favorece exclusivamente a los que la dan. Los dirigentes tenemos que mostrarle a la sociedad que esa pelea es sólo de los políticos y no de la gente. En vez de construir políticas públicas, se dedican a destruir todo lo anterior para empezar de cero o para echar culpas.

— Existe esa expectativa en la gente, pero ¿existe también la posibilidad concreta de un armado que le dé respuesta a esa expectativa? Se le dice a la gene que “vote bien” pero ¿cómo hacerlo cuando la elección se limita a elegir el mal menor?

— El 50 por ciento de la gente dice hoy que rechaza tanto al kirchnerismo como a Cambiemos. El espacio está. Luego está la habilidad y la capacidad en la construcción de ese espacio. Por eso hay que ver en qué se ha fallado para no reiterar esos errores. ¿Y en qué falló aquella incipiente tercera vía de 2013? Que en 2013 fuimos el Frente Renovador, y en 2015 fuimos el massismo. Hay que hacer una tercera vía con un nombre que exprese al espacio y no hacer seguidismo de una persona, no un randazzismo. Eso no genera confianza e impide sumar a otros. La suma no tiene que ser de todos iguales, porque eso es no tener amplitud. Perón hablaba de las dos alas. El camino no es hacer un espacio con todos iguales. Los ismos tienden hacia espacios con todos iguales.

— ¿Es posible deponer egos y juntar a todos los que tienen aspiraciones?

— Estamos más cerca que nunca de que eso pueda terminar bien.

— ¿A nivel bonaerense solamente o también a nivel nacional?

— La provincia de Buenos Aires tiene que ser parte y todo empieza por ahí. No quiere decir que deba ser cabeza. Córdoba, Santa Fe, Salta y Mendoza están preparadas para encabezar un armado. Necesitamos bonaerenses que quieran gobernar la provincia de Buenos Aires, no que quieran ser presidentes.

infobae

— Los referentes que están apareciendo deberían estar adentro, dejando de lado los personalismos?

— Creo que sí. Ahí lo interesante es que los que son importantes den el ejemplo. Ver trabajar a un José Manuel Urtubey sin intención de ser diputado habla bien, es positivo.

— ¿Hay diálogo entre esos referentes?

— Hay mucho más diálogo del que se supone…

— En estos días se escucha mucho a los políticos decir “me gustaría ser presidente” o “quisiera ser presidente”, pero no dicen para qué.

— ¿Por qué querría yo ser gobernador de Buenos Aires, por ejemplo? Para hacer lo que hicimos en San Miguel. Para mostrar que la inseguridad es un flagelo que se puede terminar. Que la ayuda social tiene que ver con cambiar a la persona antes que con asistirla y no respetar su dignidad humana. Que se debe armar un sistema de salud integral que incorpore lo municipal, lo provincial, lo nacional y lo privado. Gobernar junto con los intendentes entendiendo que son tus mejores socios. En cuanto al trabajo y la producción, el Estado debe dar servicios y hacer obra pública. Necesitamos un Estado eficiente que aparezca antes y no un Estado presente que después de haber ayudado a crear el problema traiga la supuesta solución. Volver a tener una educación pública de calidad y para eso el primer derecho a defender en el sistema educativo es el derecho de los chicos a aprender. Todo lo demás debe estar sometido al cumplimiento de ese primer derecho.

— Usted decía en otra oportunidad que en materia de educación es tanto lo que hay que reparar, que es necesario priorizar y que la brecha educativa empieza en la más temprana edad.

— Sí, la grieta se da antes de los 4 años. En San Miguel, medimos por ejemplo el uso y comprensión de las palabras. En los jardines de los barrios más humildes los chicos usaban entre 160 y 180 palabras y en los barrios más acomodados, entre 600 y 800. Entonces creamos los Centros para el Desarrollo Infanto juvenil, porque la única solución es igualar oportunidades para esos chicos. Allí se trabaja en base a cuatro letras, dos “A” y dos “E”: Alimento, Afecto, Estimulación y Educación. Hay que cuidarlos para que cuando lleguen a primer grado estén en las mismas condiciones que el resto. Eso tiene que ver con cuidar la dignidad de la persona. El asistencialismo no soluciona los problemas de base sino sólo lo urgente. El asistencialismo no reconoce la dignidad de la persona sino sólo la urgencia ¿Está mal eso? No, pero ni para los políticos ni para el conjunto de la sociedad debería ser suficiente y sin embargo en todos los discursos en los últimos años parecería que es suficiente. Se festeja y se destaca que crecen los programas y los planes y que crece el número de gente asistida. Y eso es la muestra del fracaso. Deberíamos celebrar que cada vez haya menos planes y más gente que trabaje. Sólo con trabajo se sale de la pobreza, con los planes se los mantiene en la pobreza. La destrucción del sistema público de Educación -con gran responsabilidad de Baradel y su gente-, la destrucción del sistema productivo y la comodidad política de que se resuelve el problema entregando planes: con ese triple combo la Argentina ha ido para atrás en estos últimos 20 años.

— ¿Cómo evalúa la gestión de Axel Kicillof?

— La gestión en sí no la podemos evaluar porque la pandemia se la llevó puesta, pero la gestión de la pandemia ha sido mala. Aparte de eso, tiene la idea de que la provincia se puede gobernar desde un centralismo, desde La Plata, creando mini gobernaciones, eliminando las instituciones que ya existen: los municipios, que ya están creados, donde la gente vota a sus intendentes. Si eso ya está, ¿para qué crear otra cosa? La política se debe hacer con las instituciones que ya existen. Porque si no, el Estado sigue creando organismos que no sirven que se pisan unos con otros con el cuento del Estado presente. Lo que hay que hacer es trabajar con el Estado eficiente que ya existe y que es el municipio. Mejorémoslo, controlémoslo, mirémosle los números, si los índices son buenos o malos... Cada dos períodos hay que cambiar el Intendente. Son condiciones muy favorables como para no apostar a esa institución. En el año 2000, se fomentó el crecimiento de las organizaciones sociales para la distribución de ayuda ante la crisis. Tenemos organismos paralelos no institucionales pero que son cien por ciento estatales, pues manejan fondos públicas. Ya existen los municipios, ya existe la provincia. ¿Cuál es el marco legal en que actúan esos grupos?

— Es otro el criterio evidentemente...

— Las mini gobernaciones van a ser lugares para meter doscientos tipos y generarle un poder paralelo al intendente. Entre las organizaciones sociales, las mini gobernaciones y la policía… ¿para qué existen los intendentes?

— ¿Cuándo debería concretarse esa tercera opción?

— El día que se presentan las alianzas y las listas.

— El factor sorpresa…

— Tenemos que llegar a acuerdos. Cuanta más gente esté adentro, más difíciles son los acuerdos, pero más valioso va a ser.

SEGUIR LEYENDO: