El día que quisieron vender el busto de Isabel Perón que la Rosada encargó en 2007 y un anticuario lo impidió

La intervención de Pablo Miño evitó la desaparición de la pieza de mármol de carrara y posibilitó su devolución a la Casa de Gobierno. Enrique Savio, el escultor que hizo la obra, confirmó que estaba perdida desde hacía varios años

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Las fotografías que recibió el anticuario Pablo Miño del busto de mármol de carrara de Isabel Perón, y que despertaron sus sospechas
Las fotografías que recibió el anticuario Pablo Miño del busto de mármol de carrara de Isabel Perón, y que despertaron sus sospechas

Cuando Pablo Miño recibió las fotografías, de inmediato intuyó que había algo raro. “Me dedico hace tiempo a la compra venta de muebles antiguos y me llegan ofertas por distintos medios. Mi empresa es Mundo Antigüedades y vendo en subastas privadas o a través de Remate Baires”, contó a Infobae.

La experiencia le hizo darse cuenta enseguida de que el busto femenino de mármol de Carrara de 75 centímetros de altura que le ofrecieron la semana pasada no podía provenir de un particular cualquiera.

Pero además el destino hizo que la oferta le llegara justamente a él que no sólo es anticuario: también milita en el justicialismo provincial. Le contó esta historia a Sergio Patrón Costas, nieto de Benito Llambí, último ministro de Interior de Juan Perón, y éste lo puso en contacto con Infobae. Miño, Patrón Costas y otros referentes justicialistas bonaerenses, como Miguel Saredi, están organizando el Partido Federal en la provincia. La oferta del busto de Isabel no podía haber ido a parar a mejores manos.

“Isabel Perón ha sido tan calumniada que me costaba creer que alguien estuviese fabricando esculturas de ella para vender”, dijo Miño a Infobae. Le preguntó entonces a la mujer que se lo había ofrecido quién firmaba la escultura. Enrique Savio, fue la respuesta.

Pablo Miño, el anticuario gracias a cuya intervención el Estado recuperó el busto de Isabel Perón
Pablo Miño, el anticuario gracias a cuya intervención el Estado recuperó el busto de Isabel Perón

Una llamada al artista bastó para confirmar que el busto que le estaban ofreciendo era el que en 2007 la Casa Rosada le había encargado a Enrique Savio. Ese año, por decreto de Néstor Kirchner, se dispuso la realización de los bustos de tres presidentes argentinos para cumplir con la ley que dispone que éstos sean instalados en la Casa de Gobierno: Héctor Cámpora, Isabel Martínez de Perón y Raúl Alfonsín.

Pero después de este primer movimiento, la sucesora de Néstor Kirchner en la presidencia congeló el proyecto. Durante su mandato, Cristina Fernández de Kirchner sólo inauguró el busto de Alfonsín. Además frenó el proyecto de monumento a Juan Domingo Perón, cuyo concurso también había ganado Enrique Savio y debía erigirse en inmediaciones de la Casa de Gobierno.

“Savio me contó que efectivamente la obra estaba extraviada, aunque él la había enviado a la Casa de Gobierno. En algún momento, no se sabe todavía cómo, la pieza volvió a manos de la empresa de transporte que la llevó desde el taller de Savio hasta la Rosada. De hecho, la mujer que me la ofreció me contó que era viuda y que su esposo hacía transportes hacia Casa de Gobierno”, explicó Pablo Miño.

Enrique Savio, el autor de la escultura
Enrique Savio, el autor de la escultura

“Cuando vi las fotos se me prendieron todas las alarmas -recordó-. Y luego de hablar con Savio confirmé que no podía dejar pasar esto y que debía avisar. Y le dije a la señora que había que devolverlo”.

Todo empezó el viernes pasado. Desde este martes, la escultura está de regreso en la Casa Rosada, ahora bajo custodia del Museo.

En charla telefónica con Enrique Savio, Infobae pudo confirmar que el busto encargado fue llevado a la Casa de Gobierno, donde quedó depositado en la Casa Militar.

“Todo el mérito de esta recuperación es de Pablo Miño -dijo el escultor-. Con buen criterio, preguntó por el autor de la obra y me contactó. Yo sabía que en Gobierno no estaba porque me habían llamado de la Rosada para preguntarme por el paradero de la obra”.

Cuando Alberto Fernández asumió la presidencia, anunció su deseo de entronizar los bustos faltantes de ex presidentes argentinos, entre ellos, el de Isabel Perón. Fue así que se detectó la ausencia de la escultura.

El busto de Isabel Martínez de Perón. Fotografía tomada por el artista para su página web (https://www.el-savio.com.ar/)
El busto de Isabel Martínez de Perón. Fotografía tomada por el artista para su página web (https://www.el-savio.com.ar/)

¿Qué pudo haber pasado? Una versión es que, ante la decisión de no colocarla, la escultura fue enviada a un depósito externo, perteneciente a la empresa que lo había transportado inicialmente. En el año 2009, un incendio en la Casa de Gobierno destruyó papeles de la Dirección General de Programas de Gobierno y se perdieron las constancias del derrotero del busto de Isabel Perón, entre otros documentos.

Desde principios de año, los funcionarios del Museo de la Casa Rosada intentaban dar con el busto para cumplir con el deseo presidencial de colocarlo en el lugar al que estaba destinado. Cuando ya se empezaba a pensar en encargar uno nuevo, el destino puso la escultura en el camino de un anticuario profesional y consciente que dio la alarma.

“Miño hizo una gestión importante para el Estado -dijo el escultor Savio-. Él me contó que era militante justicialista. Yo le sugerí incluso que comprara la escultura, por temor a que cayera en manos de un inescrupuloso y le dije que luego el Gobierno lo compensaría por el gasto. Pero se ve que la misma señora que lo tenía comprendió que debía devolverlo".

Una de las fotografías que recibió Pablo Miño. Puede verse que la escultura está en el piso del patio o pasillo de una casa particular
Una de las fotografías que recibió Pablo Miño. Puede verse que la escultura está en el piso del patio o pasillo de una casa particular

”Ahora intervino la gente del Museo, Adriana Mare, la curadora, que organizó la recuperación -siguió contando Savio-. Ella era la que estaba buscando la obra desde que asumió Alberto Fernández. Incluso llegaron a pensar que tal vez yo no lo había entregado. Por suerte, tenía los papeles que lo confirmaban".

“Es increíble que el busto haya estado desaparecido casi 12 años…”, agregó, pensando en voz alta.

“Ahora me siento como si hubiera hecho el busto dos veces…”, concluyó satisfecho Enrique Savio.

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