Macri y Moyano han mantenido una larguísima relación. La mayoría del tiempo fueron amigos y aliados. Se conocen desde hace mucho tiempo. La Ciudad hizo negocios con Moyano. Macri sabía quién era Moyano, no creo que Macri se haya desayunado la semana pasada de su enriquecimiento. Lo sabía como lo sabe de otros sindicalistas con los que mantiene relación.
Macri no es alguien para quien las instituciones sean los valores sobre los cuales no se puede poner la mano. No lo creo así. No es una acusación: vivió casi 60 años así. Esa es su vida. No es alguien para quien la Constitución y las leyes sean un principio.
Para hacer renunciar a esta persona que tenía USD 1,2 millones en Andorra tuvieron que intervenir los radicales, que por lo general no lo hacen mucho. Hasta ahí, el jefe de Gabinete había sobrevolado la cuestión.
Macri es un empresario. Tiene una visión empresaria del país. Usa un discurso que el piensa que es entusiasmante, cosa que es totalmente inverosímil. Argentina no es un gran país, ni siquiera en recursos naturales. Si vos tuvieras plata, decime cuáles serían los 20 países a los cuáles la llevarías… Usa un discurso entusiasmante que no es real.
Espero que el Presidente no crea que la Argentina es un gran país y la gente prefiere traer la plata acá antes que a Singapur. Espero que no lo crea porque si así lo hiciera sería un gran acto de enajenación de la realidad mundial. Espero que sea un discurso entre un cierto voluntarismo y una cierta hipocresía.
Jorge Triaca había blanqueado a su empleada en un sindicato que él había intervenido. Si eso es Cambiemos, quiero cambiar de Cambiemos. Me parece una profunda inmoralidad.
Cristina es alguien que ya no tiene chances políticas. Es la figura que Macri necesita. Necesita un fantoche autoritario para recordar: "Ojo que si no me votan a mí, viene esto".
Cristina es útil para la reorganización del peronismo. Nadie quiere perderla porque quien la tenga va a tener una mano para jugar en la mesa que es simbólicamente importante. Por eso los Rodríguez Saá se encolumnaron de manera sorpresiva. Eso marca también una debilidad, porque antes era ella quien trazaba los límites de quiénes podían ser sus amigos.
Hablé una sola vez con Macri. Fue en 2010.Fue un almuerzo agradable. Es alguien que en el cara a cara con sus excelentes modales mejora cualquier cuestión. Se sentó a la mesa y uno de los que estaba casi se desmaya cuando lo escuchó decir: "Estoy harto de que los peruanos se vengan a curar a los hospitales de la Ciudad". Todos quedamos sorprendidos porque quizás hay personas que piensan eso, pero decirlo de una manera tan brutal en un almuerzo donde no conocía a los comensales era raro.
A Néstor lo conocí en un almuerzo que organizó Julio Bárbaro en la oficina de Alberto Fernández. Néstor no se sentó en la mesa. Hacía cinco meses que era Presidente. Entraba y salía y largaba sus frases. Me impresionó como alguien extremadamente inteligente y astuto. Estaba también la entonces senadora Cristina Fernández, que no nos impresionó del mismo modo.
Cristina es muy parecida a lo que muestra cuando habla en público. Le bajaba historia argentina a Tulio Halperín Donghi, que estaba también en el almuerzo, cosa que uno se cuida de hacer… Yo lo conocí mucho y más bien uno le preguntaba cosas, no se me ocurría decirle nada. Tulio era un depósito viviente de la historia argentina. Daba la impresión de que la senadora no tenía el mismo juicio.
Recuerdo que salimos de Casa de Gobierno con Halperín y yo le dije: "¿Qué piensa?". Me dijo: "Para hablar con él, vuelvo".
Marcos Peña seguramente tiene mucho poder. No le importa deslumbrar a nadie. En ese sentido, es como Capitanich. Es lo más parecido a Capitanich que yo he visto como jefe de Gabinete. No se mueve un centímetro de lo que él tiene que bajar por pedido del Presidente. No inspira desde el punto de vista político.
Perón consideraba que el mundo de las ideas formaba parte de la política a pesar de que él era un líder carismático que hacía discursos carismáticos como nadie. Él discutió con Sampay cuestiones constitucionales, cuestiones de armazón de un Estado. Ese mundo importaba y siguió importando en el peronismo.
Entre Macri y Macron está el Océano Atlántico, el Pacífico, el Índico y la Antártida. Macron es un intelectual político, que fue muy eficaz en el mundo de las empresas, que fue ministro, que se graduó en una de las cinco grandes escuelas de Francia. Y su foto presidencial te juro que no es con la camiseta de Boca. Su foto es en su escritorio, con las dos novelas más importantes del siglo XIX francés, para que se vean.
No me gusta Macri, pero no importa. A mí me importa cómo gobierna y cuál va a ser la Argentina que va a quedar. Ojala sea algo mejor de lo que tenemos ahora, que es muy penoso.
Macri va a dejar mucha infraestructura seguramente. No te quedes parado porque te pasan por arriba con el cemento. Son constructores. Eso dicen que están haciendo. Hay gobiernos que se caracterizaron por eso, como Justo, en la década del 30. No me parece mal si quieren el destino del general Justo.
Uno va donde le interesa mucho. Yo tenía interés de conocerlo a Kirchner porque era desconocido. ¿De qué puedo hablar con Macri? ¿Por qué va a perder un presidente dos horas conmigo? ¿Y por qué yo las perdería si no van a servir para nada? No tiene sentido.
Me parece más importante la política educativa que la cultural. Me parecería mejor que estén pensando qué van a hacer con el secundario y los chicos que van a quedar afuera del mundo del trabajo. Y eso no se hace con pasantías en quinto año.
Borges es lo máximo. Un Prode. Nos tocó. Les hubiera podido tocar a los uruguayos. Y por tanto para todos los que hacemos literatura es inevitable.
Francisco no es un Prode. Hubo muchos problemas durante el gobierno de Cristina y los sigue habiendo hoy. Es un Papa peronista.