El Papa nombró a un cura argentino en la entidad que administra las propiedades del Vaticano

Francisco asignó al obispo emérito Gustavo Zanchetta dentro de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. Es una entidad que tiene a cargo más de 5000 propiedades

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El Papa y Gustavo Zanchetta
El Papa y Gustavo Zanchetta

Gustavo Zanchetta, el obispo emérito de la ciudad salteña de Orán, fue nombrado por el papa Francisco como "asesor" dentro de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), una entidad que maneja más de 5.000 propiedades del Vaticano.

El cura argentino, de 53 años, había renunciado inesperadamente hacia finales de julio a la sede episcopal de Orán por un problema de salud: "Esto no me permite llevar plenamente el ministerio pastoral que me fue confiado, sobre todo teniendo en cuenta la vasta extensión de nuestro territorio diocesano, y los enormes desafíos que tenemos como Iglesia en el norte de la patria".

Sin embargo, ahora se mudará a la sede de Santa Marta, donde participará de la administración de un patrimonio valuado en 3.200 millones de dólares.

El APSA está presidida por el cardenal italiano Domenico Calcagno, que en febrero alcanzará el límite de edad de 75 años y podría dar un paso al costado. Zanchetta fue ordenado el 13 de diciembre de 1991. El diario italiano Il Messaggero resaltó que el cargo de "asesor" fue creado por el Papa específicamente para el obispo emérito argentino.

Cuestionado fuera y dentro de la Iglesia, tuvo una carrera meteórica: desde sus comienzos como vicario parroquial de la catedral de Quilmes y con funciones en el seminario diocesano, con apenas 34 años fue enviado en 1998 a Roma para cursar durante dos años una especialización en Teología.

Diez años después, fue nombrado subsecretario ejecutivo del episcopado y secretario de la Comisión Episcopal para la UCA, por entonces bajo el mando de monseñor Alfredo Zecca, quien recientemente también renunció a su misión como arzobispo de Tucumán.

Hace tres, su nombre cobró notoriedad porque se negó a someterse a un control antidroga de la Gendarmería Nacional en rutas de Salta: argumentó que por su investidura no debía ser revisado y amenazó a los oficiales con denunciarlos ante sus superiores. Finalmente, su vehículo fue inspeccionado y se le permitió seguir.