El tierno abrazo que el papa León XIV protagonizó junto a su hermano Louis Prevost en misa de entronización

Al hablar en castellano y saludar a su diócesis en Chiclayo, Perú, se suma un gesto que enterneció a los asistentes y feligreses que presenciaron la entronización del papa León XIV a distancia. Durante el saludo tras la misa inaugural, el máximo pontífice rompió el protocolo habitual al ver entre los presentes a un ser muy querido para él: su hermano mayor, Louis Prevost.

Este momento, cargado de simbolismo y emoción, tuvo lugar en el interior de la Basílica de San Pedro, y destacó por su simplicidad y autenticidad en medio de la solemne liturgia. El ver a su hermano generó tal emoción para el ahora líder de la iglesia católica que no dudó en abrazarlo, un gesto que no tuvo con ninguna otra persona del lugar.

El abrazo entre los hermanos Prevost, que rompió con la tradición de la distancia protocolaria, fue un recordatorio del amor familiar en el contexto de una institución tan antigua como la Iglesia. Este gesto, que no fue ensayado ni planeado, capturó la atención de los miles de fieles, líderes religiosos y autoridades presentes, quienes vieron en él una manifestación de afecto genuino. El medio News Digitales destacó que, a diferencia de otros papas que también tuvieron hermanos, como Juan Pablo II y Benedicto XVI, nunca se había presenciado un abrazo público de esta naturaleza en una ceremonia papal.

La reacción de los presentes en la Plaza de San Pedro fue de sorpresa y emoción. Algunos aplaudieron, mientras que otros se persignaron con lágrimas en los ojos. Entre los asistentes, una religiosa argentina expresó que el abrazo fue “el momento más auténtico de toda la ceremonia”, destacando que en ese instante se pudo ver al hombre detrás del Papa, lo que les dio esperanza.

Tal como se ve en las imágenes, no solo se fundieron en el abrazo, sino que el pontífice intercambió, en comparación con los demás, mayor alegría y tiempo. Su hermano y quien sería su esposa fueron parte de la delegación de Estados Unidos.

Louis Prevost, hermano mayor de León XIV, fue uno de los primeros en dar entrevistas al conocerse de la elección de su hermano menor, Robert Francis, ahora papa León XIV. En diálogo con AFP, reveló que era tal la determinación del sumo pontífice que solía jugar a ser sacerdote cuando eran niños en Chicago. “Cuando éramos niños, le gustaba mucho jugar a ser cura. Yo pensaba: ‘¿Qué diablos? ¿Cura?’ Él compraba pequeños caramelos con forma de disco y fingía que eran obleas de comunión y se los daba a todos nuestros amigos en el patio”, recordó.

Asimismo, brindó detalles de cómo vivió el anuncio de su hermano como sucesor del papa Francisco. Contó que empezó a ponerse nervioso cuando vio la fumata blanca porque tenía el presentimiento de que el elegido iba a ser su hermano. Prendió el televisor, trató de calmarse, y estalló de felicidad cuando el cardenal protodiácono, el francés Dominique Mamberti, pronunció al fin el nombre de su hermano.

“Estaba en la cama sentado, y menos mal, porque si no probablemente me habría caído al suelo. Pensé: ‘Mi hermano es el papa. No me lo puedo creer’. “Mi mente voló fuera de este mundo. Estaba tan emocionado”, dijo y develó que, pasada la euforia, comenzó a cuestionarse cómo debería llamarlo. “¿Lo volveremos a ver? ¿Volveremos a hablar con él como hermanos? ¿O tendrá que ser todo oficial? […] Sigue ahí, pero está fuera de alcance. Uno no puede simplemente agarrar el teléfono y llamarlo. Tiene que ser algo especial para llamar al papa”, concluyó entonces.

El papa León XIV, conocido anteriormente como Robert Francis Prevost, también ha mostrado una cercanía inusual con los fieles, rompiendo con el protocolo establecido durante siglos. En un evento reciente en la basílica de San Pedro, interactuó de manera afectuosa con delegaciones de todo el mundo, destacándose su trato con los representantes peruanos, incluidos miembros de la Conferencia Episcopal Peruana.

Monseñor Jorge Izaguirre, obispo de Chosica y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, compartió una anécdota que ilustra la familiaridad del papa con la cultura peruana. Después de una ceremonia litúrgica, el papa accedió a tomarse fotos con los asistentes, sonriendo y participando en un ambiente relajado, lo que contrastó con la rigidez habitual de estos eventos. Izaguirre explicó que esta cercanía se debe al extenso trabajo pastoral de León XIV en Perú, donde fue obispo de Chiclayo durante más de una década.

Durante sus desplazamientos por Roma, León XIV también sorprendió a los presentes al responder con un “¡Habla!” a un ciudadano de Piura que lo saludó. Este gesto, junto con su comentario en italiano sobre la belleza de Piura, reflejó su conexión con la región donde trabajó como misionero agustino. En la basílica de Santa María la Mayor, el papa expresó su emoción por regresar a un lugar significativo para él, destacando la importancia de la presencia de la Virgen y la responsabilidad que conlleva.