Una llama que no se apaga: fósforos Inti y su historia de innovación en los últimos 60 años

Detrás de cada objeto cotidiano existe una historia fascinante, un viaje a menudo no contado que ha moldeado su presencia en nuestras vidas de maneras inesperadas. Los fósforos Inti no son la excepción. Su origen y evolución encapsulan una narrativa de innovación, tradición y adaptabilidad que trasciende la simple acción de encender fuego. Desde sus inicios en 1962, esta marca se ha convertido en un testigo silencioso de los cambios sociales y tecnológicos en Perú, adaptándose y prosperando en cada etapa. Pero, ¿qué historias y secretos se ocultan detrás de su icónica cabeza de color rojo?

La trayectoria de esta marca es un testimonio del ingenio peruano, de cómo un producto aparentemente simple puede transformarse en un símbolo de identidad nacional e innovación continua. Al adentrarnos en la saga de Inti, no solo descubrimos los avances técnicos y las decisiones estratégicas que definieron su camino, sino que también destapamos un relato sobre persistencia y visión de futuro. Este es el viaje de Fosforera Peruana S.A., una empresa que comenzó con la producción de fósforos con palitos de velilla para llegar a ser un referente de sostenibilidad y diversificación de productos en el mercado actual. La pregunta que surge es, ¿cómo una marca de fósforos ha logrado mantenerse relevante a lo largo de seis décadas en un mundo en constante cambio?

La trayectoria de la marca Inti, un ícono en la producción de fósforos en Perú, se extiende a lo largo de seis décadas, consolidándose como una de las compañías más destacadas y longevas del país. Fosforera Peruana S.A., más ampliamente reconocida por su nombre comercial Inti, cuyo fundador fue Ignacio Fierro Viña, comenzó su operación en el territorio nacional desde su creación el 14 de noviembre de 1962, emergiendo como un punto de referencia clave en el sector.

El año siguiente, en 1967, Inti presentó al mercado el primer fósforo fabricado con palitos de madera y decorado con el emblemático logo de la marca, distinguiéndose especialmente por la icónica cabeza de color rojo.

• En 2012, se produjo un cambio significativo en Inti, dinamizando su producción y visión de mercado con la introducción del formato de fósforo familiar de 200 luces, ampliando su accesibilidad a través de bodegas, mercados y mayoristas. Según datos de InfoMercado, esta fase también introdujo innovaciones en el tamaño de los fósforos, añadiendo al surtido productos de 10 cm y 20 cm.
• Hacia el 2015, el desarrollo de Inti se orientó a la diversificación y mejora de su línea de fósforos, lanzando las nuevas presentaciones de fósforos largos de 5 cm y fósforos extra largos de 9.5 cm. Estos fósforos fueron diseñados para una amplia gama de aplicaciones, desde la industria restaurantera hasta el uso doméstico en el encendido de velas, inciensos y fogatas, apuntando a satisfacer las necesidades de distintos grupos de consumidores.
• El impulso innovador de la compañía continuó en 2016, enriqueciendo su catálogo con la inclusión de palitos para brochetas de 25 centímetros de largo y 3 mm de diámetro, pensados para garantizar la higiene y fabricados de bambú. Durante este mismo año, Inti logró una mejora significativa en su fórmula, haciéndolos más resistentes a la humedad, según se reporta.

• El avance hacia la innovación no se detuvo y en 2017, Inti enriqueció aún más su oferta con el lanzamiento de los encendedores ‘Fragata’, disponibles en variantes de piedra y electrónicos, reforzando su presencia y utilidad en los hogares peruanos. La continua expansión de su gama de productos también llevó a la creación de líneas especializadas, como la hogar, parrillera, espirales, joven y eco, ampliando su portafolio a 48 productos distribuidos por todo Perú e impulsando el desarrollo local.
• En los recientes tres años, la marca ha mantenido su tendencia hacia la innovación, como se menciona en el portal oficial, incorporando cucharitas de madera para helado y removedores para bebidas, y ampliando su línea ECO FOOD con envases descartables producidos a partir de Bagazo de Caña de Azúcar, demostrando así su compromiso con prácticas sostenibles y adaptándose a las tendencias del mercado.

La estrategia publicitaria desplegada en 2012 estuvo notablemente marcada por la figura de ‘Don Pedrito’, un personaje que logró captar el afecto y simpatía del público a gran escala. Este personaje se convirtió en el eje central de la campaña, simbolizando no solo la tradición y valores de la marca sino también conectando emocionalmente con la audiencia a través de su carisma y familiaridad.

Además de centrar sus esfuerzos en ‘Don Pedrito’, la campaña implementó una serie de estrategias creativas y tácticas de comunicación que buscaron maximizar el impacto y la penetración en el mercado. Se utilizaron diversos medios y plataformas para difundir el mensaje, desde espacios tradicionales hasta digitales, buscando así alcanzar al máximo espectro del público objetivo.