Después de más de 45 minutos intensos luchando y resistiendo en el Estadio Nacional, de dos decisiones minuciosas del VAR que todos celebraron como goles, y de haber quedado en vilo más de una vez, Juan Reynoso gozó de unos pequeños instantes para meditar y refugiarse en su instinto de ‘Ajedrecista’. ¿Es necesario arriesgar una ficha en el tablero en estos momentos o aún debo aguardar?, habrá pensado en el entretiempo. Tras un fugaz análisis interno, el ‘profe’ arriesgó y colocó a su nuevo caballo ganador en zona de jaque: Joao Grimaldo.
Andy Polo, de 28 años, fue la pieza sacrificada de Reynoso para darle lugar a la ‘joya’ de 20 años que tanto peleó por llegar a este momento. Mientras todos los jugadores volvían al campo de juego, Joao se plantó en el lugar del cuarto árbitro para esperar por su estreno.
Ese instante fue significativo no solo para él, sino para todos los que deseaban que ya tenga una chance en el equipo. Desde las gradas preguntaban confundidos “¿quién es ese número 23?”. Fue cuestión de segundos para que todos se dieran cuenta de que se trataba de Grimaldo y, automáticamente, la ilusión se dibujó en los rostros de cada uno.
El prometedor extremo, muy criticado por un error del pasado en la Sub-17, tenía delante suyo la oportunidad de redimirse con la selección absoluta. Y no defraudó. Juntó sus manos, cerró los ojos, rezó y se encomendó en cuerpo y alma.
Paolo Guerrero, el más veterano del equipo, que debutó profesionalmente cuando Grimaldo tenía menos de dos meses de nacido, se le acercó para darle una particular arenga bastante necesaria. “Tenemos que dejar la vida dentro del campo por el Perú”, le dijo. Siguiendo el mismo itinerario, el segundo capitán del equipo, Pedro Gallese, también le manifestó su aliento y apoyo. Por último, Reynoso le dio unas últimas indicaciones y le sacó una sonrisa antes de que ingrese.
Así, Joao ya estaba listo para la acción. No le importó tener al mismísimo Neymar o a un tacleador como Casemiro al frente. Él solo quería demostrar de lo que estaba hecho y eso fue lo que hizo.
Palmas para Grimaldo
Debutar con 20 años ante una selección temible como Brasil en la Eliminatoria más difícil del mundo puede verse como una pesadilla para cualquiera. Pero para Grimaldo fue un sueño cumplido. Los nervios se apoderaron de él en sus primeros minutos, le costó acoplarse un poco al resto de sus compañeros, pero cuando se soltó y se acopló, ya nada podía frenarlo.
Cada vez que Joao tenía el balón en sus pies, especialmente en posición de ataque, todos en la tribuna se levantaban automáticamente, presintiendo que algo bueno se avecinaba para la selección de cara al arco rival. La ilusión estaba a tope con él. No es para menos.
Un pase de taco en salida, unos cuantos regates en la cara de uno de los mejores regateadores del mundo -sino el mejor- (Neymar) y un contragolpe generado por él mismo que provocó una amarilla en Brasil, hizo recordar los buenos tiempos del “chocolate” peruano.
Su atrevimiento y sus ganas contagiaron a todos en el campo. Incluso, el mismo André Carrillo -de pronto- comenzó a animarse a jugar como lo hacía en su mejor etapa... cuando estaba al nivel de Premier League. Y los ojos de las gradas se deleitaron por unos instantes.
Grimaldo también auxilió mucho a nivel defensivo. Hizo el recorrido necesario para apoyar a Aldo Corzo en su banda. Tener a Rodrygo del Real Madrid no era motivo para dar el brazo a torcer en ningún momento y ese gran esfuerzo la hinchada se lo reconoció con incesantes aplausos.
“A Joao le costó acomodarse cinco a siete minutos como le hubiera costado a cualquier jugador de experiencia y después sacó todo el barrio del Rímac y es un proyecto que en el corto o mediano plazo va a terminar jugando en equipos importantes”, presagió Reynoso en conferencia de prensa.
Más allá de la derrota (0-1), completamente frustrante para todos por lo bastante que se luchó, se ganó algo más importante que un punto: el inicio de un recambio generacional por el que tanto se esperó en la ‘bicolor’. Aunque decidió no declarar en Zona Mixta, la sonrisa con la que Grimaldo se marchó del Estadio Nacional representó la ilusión y esperanza que millones de peruanos ahora tienen con él.
Y no solo es Joao, sino también Jesús Castillo (debutó ante Paraguay), Piero Quispe, Jhamir D’Arrigo, Jostin Alarcón y muchos más que vienen detrás esperando por su oportunidad con la selección. La figura de Sporting Cristal ya evidenció que todo es posible y con tan solo 50 minutos jugando en Eliminatorias ya avizora un futuro muy alentador.