
El comportamiento de lamido es muy natural cuando los gatos lo practican hacia ellos mismos o con otros felinos, sin embargo no es tan frecuente cuando lo hacen con los seres humanos y las razones para hacerlo son diferentes.
Convivir con un gato es una tarea que requiere amor, tiempo y mucha atención. También es necesario saber qué tipo de cuidados hay que darle según su estado de salud, su estructura corporal e incluso, su raza o biotipo.
Es conveniente también llevarlo a visitas periódicas al veterinario, así como tener en cuenta algunos comportamientos a los que hay que prestar atención para descubrir si manifiesta afecto, ansiedad o nerviosismo.
Los gatos nos lamen a menudo y este comportamiento es natural cuando lo practican con ellos mismos o con otros gatos, por múltiples razones entre las que se encuentran el cuidado e higiene del pelaje. Sin embargo, son pocos los tutores de gatos los que saben a ciencia cierta porque estos animales los lamen. Los gatos, para socializar y vincularse, aplican lo que han aprendido con y de sus semejantes durante años.
Las razones por las que un gato lame a su tutor son varias y entre ellas están:

1. Marcar el territorio
Cuando un gato se apega mucho al ser humano conviviente quiere marcarlo, identificarlo claramente, para asegurarse que el resto sepa que es algo así como de su propiedad.
De esa forma, cuando un gato lame, está dejando partículas de olor que los otros felinos detectan.
En el caso en el que otro gato ajeno nos lama, lo más seguro es que al llegar a nuestra casa nuestro gato lo perciba y comience a lamernos insistentemente para eliminar el olor del otro y dejar el propio.

2. Por gusto
Esto ocurre preferentemente si estamos transpirados, circunstancia en la cual nuestro gato puede comenzar a lamernos, ya que se ha comprobado que el sabor salado del sudor les agrada.
3. Expresión de afecto
Es muy probable que nuestro gato saque la lengua más de una vez después de acariciarlo, alimentarlo u otro claro comportamiento de cuidado.
En lenguaje felino nos está diciendo “gracias”. Es algo así como su manera de besar y casi siempre tiende a hacerlo en la mano o en la cara. No lo hace muy a menudo ya que éste es un comportamiento más frecuente en los perros que en los gatos.
Si no nos gusta que nuestro gato nos lama en la cara, no es bueno despreciarlo bruscamente ni con agresividad. Lo correcto es tratar de enseñarle que demuestre su afecto en otras zonas como por ejemplo las manos.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
Seguir leyendo:
Últimas Noticias
Las señales que muestran que un gato está estresado y cómo ayudarlos en casa
La eliminación inadecuada, el sueño interrumpido y la tensión entre felinos domésticos suelen tener origen en estímulos cotidianos, emociones o carencias del entorno. En Data Animal, Nai Osepyan describió por qué surgen estas conductas y cómo intervenir

La convivencia con perros en la adolescencia transforma la microbiota y favorece el bienestar mental
Un equipo de investigadores de Japón identificó que los adolescentes desarrollan una microbiota única, experimentan mayor bienestar emocional y registran menos dificultades de conducta. Los detalles publicados en un estudio de iScience

Golpe de calor en perros y gatos: cómo prevenirlo con temperaturas de 35° en gran parte del país
Ante marcas térmicas extremas en varias localidades de Argentina, cuáles son los síntomas y señales de alarma para proteger a los animales domésticos

Cómo expertos argentinos aplican la acupuntura en animales y qué beneficios tiene
Profesionales de la Universidad de Buenos Aires combinan técnicas para mejorar la calidad de vida de perros y gatos, especialmente en el tratamiento del dolor crónico

Convivir con un perro en la adolescencia se asocia con mejor salud física y mental
Investigadores de Japón descubrieron que los chicos que comparten la vida cotidiana con esos animales presentan una microbiota única, son más felices y muestran menos problemas de conducta




