Conocé la historia de estos hermanos que dejan huella desde hace 30 años: "Un buen zapato te viste"

Herederos de la pasión por el trabajo, Alfredo, Pablo y Rodolfo Chiodini fundaron Viamo hace tres décadas coinciden que : "la moda del siglo XXI es muy variada: plataformas, borceguíes, zapatillas, pantuflas, ¡de todo! Hay zapatos para cada tipo de mujer y cada situación"

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Rodolfo, Alfredo y Pablo Chiodini. (Foto: Fabián Uset/ Para Ti)
Rodolfo, Alfredo y Pablo Chiodini. (Foto: Fabián Uset/ Para Ti)

"Te podés poner la camisa y el pantalón más elegante que tengas en el guardarropas, pero si la pifiás en la elección del calzado, ves todo lo de arriba feo. Un buen zapato te viste y es la mejor prenda para lucir", coinciden los orgullosos fundadores de Viamo, la marca de zapatos que hace 30 años es un must entre las argentinas.

Es que detrás de esta súper empresa con más de 300 empleados se esconde una historia familiar digna de película: todo comenzó hace más de 50 años cuando la italiana María Rosa Parini (74) y el argentino Damián Fernando Chiodini (hoy tendría 78) se conocieron trabajando en una zapatería. Tiempo después, ella se dedicó de lleno a la crianza de los chicos y él abrió su propia fábrica, Artecal.

Tres décadas juntos.
Tres décadas juntos.

"Me acuerdo que cuando éramos chiquitos en mi casa había una máquina de aparado (con la que se hacen las costuras de los zapatos). Nosotros volvíamos del colegio e íbamos a ayudar a mi mamá a doblar cortes. Cuando terminamos de estudiar nos dedicamos a colaborar con mi papá en su fábrica. Él se especializaba en el típico zapato con taco llamado Luis XV. Aprendimos el oficio de zapateros desde muy chiquitos", explican Alfredo (54), Pablo (52) y Rodolfo (51) Chiodini sentados en el showroom de su empresa mientras nos muestran la enorme y variada colección de verano que presentan con un photoshoot hecho en Roma.

Zapatos colorados.
Zapatos colorados.

Con apenas 22 y 24 años, Alfredo y Pablo decidieron abrir su propio negocio y lanzar unos novedosos zapatos de goma. "Mi viejo nos apoyó muchísimo. De hecho fue él quien nos impulsó para que fuéramos emprendedores y nos animáramos a romper las reglas", confía el mayor de los hermanos, que hoy se dedica al diseño de cada colección.

Desde aquel 8 de agosto de 1988 en el que emitieron su primera factura ya pasaron tres décadas y no han parado de crecer: "Empezamos fabricando 24 pares de zapatos por día en un galpón diminuto; al año hacíamos 100 y, a los tres años, 240 pares por día. Hace cuatro años nos mudamos a esta fábrica de 5.000 metros. Obviamente que nos fuimos adaptando a todos los movimientos del país. Imaginate que en 30 años ¡las pasamos todas!", recuerda entre risas Pablo, hoy convertido en director de la marca y responsable de finanzas, marketing y locales.

Sandalias.
Sandalias.

El último en sumarse a este proyecto fue Rolo, el más chico de los hermanos, quien estudió Ciencias Políticas y se fue a trabajar a Londres. "Yo llegué en 2005 para pensar estrategias a mediano y largo plazo. Incorporar procesos, sistemas, códigos de barra y todo lo que hace a la estructura de la empresa", agrega.

¿Cuál es el secreto de su éxito? "La pasión, nosotros heredamos el amor y definitivamente la pasión por los zapatos. Nos criamos con un taco en la mano y, al día de hoy, seguimos entrando a la fábrica a la misma hora que en 1988", coinciden los Chiodini. Quizás fue por este motivo que bautizaron a la empresa Viamo, que significa "con amor" en italiano.

Mochila de cuero.
Mochila de cuero.

-¿Cuáles son los pros y contras de trabajar con hermanos?

-Alfredo: El principal pro es la confianza, estamos cortados por el mismo cuchillo. Y a pesar de que los tres somos muy distintos, hay valores que no se traicionan y lo comprobamos a lo largo de la vida. -Pablo: La contra es que quizás nos enojamos un poco más de lo que haríamos con otros socios. Pero jamás llegamos a pelearnos y nunca trasladamos los temas de la empresa a la mesa familiar. –Rodolfo: ¡Y ahora se sumó la tercera generación de zapateros! La hija de Alfredo, Camila (24), está en la parte de abastecimiento y producto y el hijo de Pablo, Juan Pablo (24), trabaja en venta online.

-¿Cómo hago para darme cuenta que un zapato es bueno?

-A: Visualmente. Cuando un zapato está mal hecho, se nota. Te das cuenta en las terminaciones y calidad de los detalles. -P: El mejor parámetro es observar la historia de cada marca y la relación con sus clientas. La mujer de hoy tiene que sentirse cómoda. Y por suerte la moda del siglo XXI es muy variada: plataformas, borceguíes, zapatillas, pantuflas, ¡de todo! Hay zapatos para cada tipo de mujer y cada situación.

Los fundadores de Viamo con Camila y Juan Pablo, tercera generación de zapateros.
Los fundadores de Viamo con Camila y Juan Pablo, tercera generación de zapateros.

-¿Y qué aprendieron en estos 30 años sobre las mujeres?

-P: No vamos a poner en discusión sus virtudes como madres, profesionales, amigas… Pero como zapateros lo que más nos fascina es su versatilidad y audacia a la hora de acompañar las modas. ¡Las mujeres son hermosamente impredecibles!

Texto: Agustina D' Andraia (adandraia@atlantida.com.ar) (Foto: Fabián Uset/ Para Ti)

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