El impacto del nuevo escenario internacional en el comercio de Asia Pacífico

Así como hubo ganadores y perdedores en el panorama global de los pasados dos años, las consecuencias del conflicto bélico de Ucrania también implicará asimetrías económicas entre los países y sectores de la región

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REUTERS/Alexey Malgavko
REUTERS/Alexey Malgavko

La invasión rusa a Ucrania generó fuertes impactos en el comercio internacional y en la geopolítica, y el Asia Pacífico no es la excepción. En una región con países con diversas capacidades productivas y disponibilidad de recursos, algunos se están beneficiando de este nuevo contexto, mientras que en otros sufren el incremento en el precio de la energía y los alimentos.

En los primeros siete meses de 2022 el comercio internacional en el Asia Pacífico e India aumentó 16,6%, medido en dólares. Sin embargo, la Organización Mundial del Comercio estima que en 2022 el volumen del intercambio internacional crecerá un mero 3% y que se explica mayormente por el incremento de precios. Comparado con el mismo período de 2019 (cuando aún no había ningún impacto por la futura pandemia de COVID-19), el incremento del comercio en 2022 es cercano al 40%, en dólares. En estos tres años, las exportaciones (+42,8%) aumentaron más que las importaciones (+37%), ampliando el superávit comercial general que tiene la región.

Del lado de los que han visto beneficiada su balanza de comercio con el nuevo escenario se destaca China. Este país exportó en los primeros meses de este año 215 mil millones de dólares norteamericanos más que en el mismo período de 2021. Las importaciones, por su parte, “solo” aumentaron 70 mil millones. También Indonesia se benefició, con un superávit comercial que creció 13.000 millones de dólares. Del lado de los “perdedores” se destacan India, cuyo déficit comercial aumentó unos 55 mil millones, y Japón, con un saldo negativo cercano a los 75 mil millones de dólares.

Japón importa cerca del 90% de su energía, y al sumarse los mayores costos internacionales a una fuerte devaluación del yen, los precios internos de la energía han aumentado significativamente, generando un salto en el costo de vida y de producción. Esto puede llevar a profundos cambios en su política energética: el primer ministro Kishida anunció que Japón reiniciaría reactores nucleares que fueron frenados luego del accidente de Fukushima.

La suba de tasas de interés internacionales pone, además, presión sobre las autoridades monetarias del Asia Pacífico, que seguirían esa misma política a fin de controlar la inflación

India es un gran importador tanto de petróleo, como de gas y de carbón. Su principal proveedor es Indonesia, el tercer productor mundial y primer exportador global. Su balanza energética es sumamente negativa, y la necesidad de importar hidrocarburos podría llevar a un descalabro en su macroeconomía. En el segundo trimestre del año India importó petróleo crudo por 47,5 mil millones de dólares, comparado con 25 mil millones en 2021. Con esto en vista, y aprovechando las sanciones impuestas a Rusia, cuya producción no encuentra comprador, India ha aumentado su importación de petróleo ruso con un fuerte descuento.

Solo el 10% de las exportaciones de gas de Rusia son hechas a través de barcos, en forma de gas natural licuado (GNL). La gran mayoría de sus exportaciones sigue dependiendo de un sistema de ductos, que llevan mucho tiempo y dinero para ser construidos. China ha aumentado casi 50% las importaciones desde Rusia en los primeros 7 meses del año, principalmente por la importación de petróleo, gas natural por cañería y GNL. A principio de agosto, la compañía rusa Gazprom anunció que las exportaciones de gas natural a China a través del gasoducto “Poder de Siberia” aumentaron más de 60% en el primer semestre de este año, comparado con el año anterior. Se está estudiando la posibilidad de desarrollar otro gasoducto a través de Mongolia, y el primer ministro de este país afirmó que los trabajos comenzarían en 2024 y que el gasoducto estaría operativo en 2030.

La suba de tasas de interés internacionales pone, además, presión sobre las autoridades monetarias del Asia Pacífico, que seguirían esa misma política a fin de controlar la inflación. Esto llevaría a una menor actividad económica, ralentizando el veloz paso al cual venían creciendo.

En definitiva, así como hubo ganadores y perdedores del escenario económico de los pasados dos años, el nuevo también implicará asimetrías económicas entre los países y sectores de la región.

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