Con el nuevo capital político la gobernabilidad dejaría de ser un problema

La mejora del consumo resultó notoria y fue clave en el resultado de las elecciones de medio término para el oficialismo. Por ejemplo, las ventas de autos usados en la Tercera Sección crecieron 21% interanual durante el tercer trimestre (julio a septiembre), mientras que la demanda de combustibles aumentó el 10% en la misma comparación.

Esto se explica en buena medida por la recuperación de los ingresos reales, en un marco de desaceleración de la inflación. Pero también por la apuesta oficial por el crédito. Si se analiza el stock de créditos personales Argenta (destinado a jubilados, pensionados y beneficiarios de la AUH), se multiplicó por seis entre julio y octubre. Estos préstamos, que se otorgan por un mínimo de $1.000 y un máximo de $60.000, fueron otorgados en una proporción de uno de cada cuatro en diversos partidos del conurbano.

Esa mejora de la capacidad de consumo se reflejó en la confianza del consumidor, y consecuentemente en la respuesta del electorado a los candidatos del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, pero también en el resto de las grandes jurisdicciones del país.

A partir de ahí es probable que en 2018 resignifique el "gradualismo", dándole velocidad a varias reformas estructurales orientadas a impulsar la competitividad de la economía argentina. El objetivo: que la recuperación se convierta en un proceso de crecimiento de largo plazo motorizado por la inversión. Para esto, se trabajaría en cuatro ejes:

– Reforma fiscal: Se espera la aprobación de la reforma tributaria y una ardua discusión en torno a la responsabilidad fiscal con provincias (en el marco de una dura discusión).

– Mejora de infraestructura: También se le dará un fuerte dinamismo a la inversión en obras públicas, en el marco de la aplicación de la Ley de Participación Público Privado.

– Reforma del mercado de capitales Con foco en la eliminación de trabas para emisión de Obligaciones Negociables, ventajas impositivas para los Fondos Comunes de Inversión, límite al pago a plazos de grandes empresas a pequeños proveedores, e igual posición de inversores extranjeros y locales.

– Reducción de costos no salariales: Donde probablemente haya un mix de cambios generales (orientados a bajar la informalidad) combinado con estrategias "sector por sector".

Los cambios implementados desde los marcos regulatorios e institucionales significarán para las empresas la necesidad de adaptar sus estrategias y estructuras organizacionales a nuevos modelos de negocios. Para eso, deberán hacer especial foco en mejorar su competitividad interna, apuntando a la profesionalización, la implementación de procesos formales, y la incorporación de nuevas tecnologías.